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Las hojas del calendario -
Seguro que en todas las casas y lugares
de trabajo hay uno o varios calendarios que consultamos frecuentemente a lo
largo del mes. O del día, según los casos.
El calendario es un artículo útil e
imprescindible que marca el paso del tiempo, nos señala el día en que vivimos,
la onomástica que se celebra, los días festivos. En él apuntamos las citas
importantes, las vacaciones, los acontecimientos que no debemos olvidar. Nos
sirve de referencia para hacer planes y nos acota el tiempo.
Existen multitud de modelos: de mesa,
de pared, de bolsillo, de agenda, decorativos, digitales, sonoros, originales,
pequeños, medianos o grandes. El caso es que, queriendo o sin querer, nos va
pautando la vida.
A veces, la curiosidad me lleva a mirar
el calendario de principio a fin buscando una fecha determinada y, estando a
principios de año, me descubro en diciembre. Entonces me doy cuenta de lo
rápido que puede pasar el tiempo concentrado en doce hojitas de nada.
De un tiempo a esta parte, cada vez que
arranco la hoja del mes concluso, siento que mi vida se va en parte con ella,
porque lo vivido en ese mes no volverá de nuevo y los momentos perdidos tampoco.
Los días y los meses pasan inexorablemente, los aprovechemos o no.
O me embarga la nostalgia cuando
encuentro en una casa cerrada un calendario de hace años, de cuando había vida
en ella, de cuando era útil a sus moradores. Ellos se fueron y el tiempo –que
parece detenido allí- sigue corriendo, ajeno a quien lo sigue.
M.E.Valbuena
¡Qué poco valor tiene el tiempo si no lo llenamos de cariño! ¡Qué bello es cada instante si nos fijamos en él! El tiempo en sí no es nada. Lo que cuenta es su contenido. Norecic
ResponderEliminar¡Cómo que el tiempo en sí no es nada! ¡Ya quisiera yo que el tiempo no me dejara canas, ni arrugas, ni debilidad... ni tantas otras cosas!
EliminarEl hombre es el único ser que mide el tiempo... y lo llena de sentido. De ahí la palabra nostalgia (el dolor por el regreso... al pasado), ese tiempo que ya no volverá pero que en realidad sigue en nosotros, porque nos ha hecho crecer, a veces de maneras que no imaginábamos, de forma dura o amorosa.
ResponderEliminarPor eso también valoramos cosas antiguas y nos sorprendemos al encontrar algo perteneciente al pasado y cargado de sentido y amor.
El tiempo sigue hacia adelante... pero no olvida el pasado. Lo malo es aferrarse sólo al pasado. ¡Gracias por la reflexión, que además comparto!
Paco
A mí me ocurre parecido. Siento que la vida pasa demasiado rápida y que la mayoría de los días se escurren sin enterarme.
ResponderEliminarEs verdad que los días, los años se pasan sin enterarnos, por eso yo creo que tenemos que aprender a disfrutar y a vivir el aquí y el ahora y hacerlo cada día con optimismo y con ilusión,de esta forma las hojas del calendario se caerán,los años pasarán,pero las arrugas no aparecerán.
ResponderEliminarEl tiempo para Pepi corre más deprisa o más despacio según que se le presenten o no problemas en su vida.
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