El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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martes, 28 de febrero de 2017

El poder del silencio (Segunda parte)

Pax Vostrum
Beatriz


Tras Jose María Doria, le tocó el turno a Yolande Durán Serrano. Fue la segunda ponente del foro.
A Yolande, la vida, en agosto de 2003, le regaló una experiencia de no-dualidad.  Ella creía ser una persona ajena al mundo que luchaba por ser feliz. Se declaraba como una ejecutiva materialista hasta que le llegó “esa experiencia”, vivencia que al cumplir los 40 años, le despertó a su verdadera naturaleza. Desde ese instante se rindió a la evidencia de lo real dejándose guiar por la idea de que hay un Amor mucho mayor por vivir.
Yolande nos sorprendió a todos los asistentes por su silencio y espontaneidad. Estamos acostumbrados a que en una conferencia el ponente hable, hable y hable y de esa forma se comunique con los asistentes. Pues a Yolande le sobran la mitad de las palabras, el silencio es su manera de comunicarse, tanto, que incluso llegó a incomodar y poner nerviosos a muchos de los que allí estábamos escuchando. Es “curioso” ver cómo nos comportamos y reaccionamos ante el silencio. Parece que nos asusta.
Según  Chantal Rémus (es la mujer que la entrevista en su libro “Enamorada del silencio”), Yolande, está VIVA, es transparencia pura sin ninguna preocupación por su reflejo, como el cisne o el pato sobre el agua.
Palabras textuales de Yolande: “Estoy aquí para testimoniar que podemos pasar cuarenta años de la vida a merced de los vaivenes. En un instante, el silencio puede mostrarnos que somos aquello que ve los vaivenes, en la paz y la tranquilidad. Entonces en nosotros ya no aparece la menor dualidad.
Antes de esa experiencia Yolande era un cuerpo y una mente que se levantaba cada mañana para existir. Vivía la vida, siempre con ese deseo de más, de tener cada vez más trabajo, más amor., más… Siempre creyendo que los demás tenían el poder de hacerla feliz hasta el día que tuvo la revelación de que el amor ya estaba en ella ( y en todos) y que no necesitamos a nadie para estar en paz.
“El espíritu profundo, ¿qué es?
No sabría decirlo.
Mira la nieve en la montaña.
Dogen
Unos meses después de su “despertar”, Yolande perdió a su hijo en un accidente, lo cual llevó con una aceptación y comprensión no habituales, fruto directo de su manera de vivir y “funcionar” en este mundo, fruto de la disolución de su “personalidad”.
Palabras textuales de Yolanda acerca de esto: “La paz y la tranquilidad vividas en lo más profundo de mí misma no dependen de nada, están ahí pase lo que pase en el mundo. Lejos de sentir la separación entre mi hijo y yo, sentía que estábamos totalmente conectados, más allá del corte habitual que establecemos entre la vida y la muerte, lo visible y lo invisible. Para mí, ahora, lo vivo es todo. Me enamoro de la vida sin ninguna condición”.
Si pudieras  deshacerte de ti mismo
Aunque fuera una vez
El secreto de los secretos
Te sería revelado.
El rostro de los desconocido,
Oculto más allá del universo,
Aparecería sobre el Espejo de tu percepción.
Rumi.
Vivimos tan identificados con nuestra persona, con nuestra mente y con nuestros pensamientos que no vemos la realidad. Nos sentimos separados y lejos del resto.  Y personas que han vivido experiencias como Yolande evidencian lo contrario.
“Me enamoro de la vida sin ninguna condición” – Yolande Durán Serrano
Dice Nisargadatta:
No me ocupo de ningún milagro fuera de los tres que están en mi:
el primero es que tengo la facultad de vivir en el mundo;
el segundo es que el mundo está contenido en este minúscula
mancha de conciencia que soy yo.
El tercero es la aparición del ser a partir del no-ser.
Pensad en estos milagros. Todo lo que está en vosotros.
Yolande dice que la naturaleza de lo que somos es clara: solamente testigos de la sucesión de actividades que se desarrollan en nosotros. Y que nuestro único trabajo es “SER PRESENCIA”. 
La comunicación de silencio a silencio es su manera de transmitir. No hacen falta “palabras”. Lo mental, la parte del ego estropea la verdadera comunicación.  Este tipo de lenguaje es como el yoga, es un arte, el arte de vivir en la Paz, la Amistad y el Amor.
Si el brillo de mil soles iluminara el cielo,
se parecería al esplendor del ser.
Bhagavad Gita
El resumen para ella de lo que es la vida, va en tres palabras: espontaneidad, sencillez y silencio.
Yolande no propone ningún dogma ni ningún camino de sabiduría. Solo muestra lo que podría ser si nos liberáramos de todas las cadenas a las que vivimos atados.  Basta, con abandonarse con confianza absoluta. 
Amén. ¡Qué gran descubrimiento esta mujer y su manera de ver el mundo y la vida! La seguiré de cerca.
Hubo más ponentes, pero no quiero extenderme tanto en este post, te lo contaré en el siguiente :).
Gracias a la vida por este encuentro tan fructífero.
Repito de nuevo una de sus frases:
“Me enamoro de la vida sin ninguna condición” – Yolande Durán Serrano
¡Enamórate de este momento!  
Un abrazo cálido.
lunes, 27 de febrero de 2017

El poder del silencio (Primera parte)

Pax Vostrum
Beatriz

El poder del silencio  es el título del V Foro de Espiritualidad de la Universidad Popular de Logroño que tuvo lugar en esa ciudad hace unas semanas y al que tuve el placer de asistir.
La temática del Foro era la siguiente:
“Cuando pierdes contacto con la quietud interior, pierdes contacto contigo mismo. Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo. Tu sentido más interno de ti mismo es inseparable de la quietud.
El equivalente del ruido externo es el ruido interno del pensamiento. El equivalente del silencio externo es la quietud interna.
Cuando quieras que haya silencio a tu alrededor, escúchalo. Simplemente préstale atención. Escuchar el silencio entre palabras, entre las respiraciones, entre las notas de música… despierta la dimensión de quietud dentro de ti, porque solo la quietud te permite ser consciente del silencio.
Observa que en el momento de darte cuenta del silencio que te rodea y de esa quietud silenciosa que se da cuenta de ello, no hay pensamientos. Eres consciente, pero no piensas, no hay ningún esfuerzo en ser consciente, nada que hacer para lograrlo.
El silencio externo e interno ayuda, pero no es necesario para hallar la quietud, aunque haya ruido, puedes sintonizar con la quietud subyacente, el espacio en el que surge el ruido. Ese es el espacio interno de pura conciencia, la conciencia misma.
Cualquier ruido molesto puede ser tan útil como el silencio. ¿Cómo? Abandonando tu resistencia interna al ruido y permitiendo que sea como es. Cuando aceptas profundamente este momento tal como es -tome la forma que tome- estás sereno, estás en paz, eres silencio”.
Eckhart Tolle

Ponentes de la talla de Jose María Doria, Mario Alonso Puig, Pablo D,ors, Yolande Durán Serrano, Enrique Martínez Lozano fueron los protagonistas durante el fin de semana.
Mi más profunda admiración a todos ellos por sus procesos, por su conciencia y por su capacidad de comunicación desde diferentes puntos de vista pero llegando a una misma conclusión: “El poder del silencio”.   (Te recomiendo encarecidamente sus libros, talleres, conferencias…  además de ser profundamente inspiradores, te “mueres” de la risa.
¡Enamorada!
Podría escribir cientos de líneas sobre lo que he recibido este fin de semana, pero no quiero “aturullarte” con mucha información. Si algo he aprendido, es que, para que LA VIDA exista, hay que vaciarse.   No paramos de acumular en nuestra mente creencias, viejas y nuevas, objetos en donde creemos que estará nuestro éxito y felicidad, ideas de relaciones “ideales”, ideas de “la vida perfecta”, no dejamos de alejarnos de lo único que tenemos, el momento presente….  Y realmente lo único que hay que hacer es soltar y vaciarse para permitir que la vida sea.
¡Enamórate de este momento! ¡Fascínate por este momento!  Así es como comenzó el Foro y así es como nos mantuvimos durante el tiempo que duró.
Eso ES.  ¡Enamórate de este momento! Porque ES.  Sea el que sea. Cierra un momento los ojos y respira, respira, y siente la vida que existe en ti. Da igual donde estés, da igual lo que esté pasando por tu mente. Solo siente esa vida.  Estás, eres, existes.
El primer ponente fue Jose María Doría, escritor y fundador de la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal entre muchas otras “etiquetas” con  “El silencio, el camino a la cordura”.
Para él la meditación es una práctica diaria fundamental porque es la gimnasia sagrada de la atención.  Si quiero tener un cuerpo maravilloso tengo que ir al gimnasio y entrenarme. Si quiero vivir atento y salir de la hipnosis mental en la que vivimos, si quiero salir del sueño del creernos todo lo que pensamos y reducir nuestra realidad a ello, tengo que entrenarme también.
25 minutos de gimnasia sagrada son más que suficientes para “vivir de ese otro modo”.
“Si tengo el lienzo enfrente, pegado a mi cara, no puedo ver el cuadro”.
Solamente cuando me separo del lienzo, doy unos pasos hacia atrás, puedo ver con amplitud, profundidad y disfrutar del cuadro.
Cuando vivo en mi mente y me creo todo lo que mi mente me dice, no puedo ver “la realidad”. Solo veo mi realidad. Ya los sabios han dicho, “no vemos la realidad tal como es, sino tal como somos”.
¿Qué suele pasar cuando estamos en la superficie del mar y llegan grandes olas?  Que nos zarandean, nos tiran, nos lanzan a unos metros, hacen que nos desequilibremos y desestabilicemos. ¿Pero qué pasa si nos zambullimos cuando se acercan esas olas y nos metemos a un metro bajo el mar? ¿Y si lo hacemos a tres metros? ¿Y si lo hacemos a diez o a cien metros?  Cuanto más profundo me sumerja, menos notaré ese oleaje en la superficie.
Así vivimos cada uno de nosotros. Nos quedamos en la superficie, donde el oleaje es fuerte y donde todo se nota.  Todo es mar, todo es océano, también las olas. Pero, ¿para qué sufrir las terribles consecuencias de ese oleaje si a unos metros puedo estar en paz?   (quizá si eres surfero puedes darme una explicación ;)..je,je…).
Es desde esa profundidad, que llega a través de la quietud, del silencio, de la inmovilización y la presencia desde donde podemos VIVIR apreciando la grandeza de la vida (la Verdad, la Bondad y la Belleza).

...mañana la segunda parte...
domingo, 26 de febrero de 2017

Puertas

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Una puerta es un elemento que separa espacios físicos, facilitando su aislamiento y el acceso entre ellos. Pero no sólo hay puertas materiales, también inmateriales, intocables, invisibles a ojos ajenos, simbólicas…

Abrir una puerta supone pasar a otra estancia, a otra realidad. Supone arriesgarnos a ver lo que hay detrás. Al mismo tiempo, abrir es permitir el paso de aquel que llama (o no permitirlo). Es un acto en cierta medida esperanzador porque, si abrimos, estamos dispuestos a algún tipo de cambio. Y si nos abren, están considerándonos dignos de entrar.

Por el contrario, cerrar puertas nos habla de cobijo y calor, recogimiento y seguridad. También de indiferencia y miedo, despedidas y conclusión. Cerrar es decir adiós y, muchas veces, tenemos que hacerlo por salud emocional. Pero a nadie le gusta un portazo o sentir que una puerta no está abierta para nosotros.

Me fijo mucho en las puertas, la verdad.

Hay puertas a las que llamo frecuentemente porque sé que soy bien recibida. Suelen ser bonitas y accesibles, sin grandes complicaciones ni adornos superfluos.

Hay otras a las que no se me ocurre llamar. Ellas mismas parecen advertir que lo que voy a encontrar tras ellas no me va a gustar.  Su materialidad y su decoración me hablan de dureza, de falta de acogida, de exclusión, de espacio reservado para vips donde no tengo cabida.

Y hay puertas a las que me gustaría llamar pero no lo hago. A veces, por temor al rechazo, a molestar, a no ser bien recibida. Otras veces, por si me mandan pasar y lo que haya dentro me guste tanto que no quiera volver a salir.

sábado, 25 de febrero de 2017
viernes, 24 de febrero de 2017

Dios

Carlos Murciano


Dios está aquí, sobre esta mesa mía
tan revuelta de sueños y papeles;
en esta vieja, azul fotografía
de Grindelwald cuajada de claveles.

Dios está aquí. O allí: sobre la alfombra,
en el hueco sencillo de la almohada;
y lo grande es que apenas si me asombra
mirarlo compartir mi madrugada.

Doy a la luz y Dios se enciende; toco
la silla y toco a Dios; mi diccionario
se abre de golpe en “Dios”; si callo un poco
oigo jugar a Dios en el armario.

Abro la puerta y entra Dios -¡si estaba
ya dentro…!-; cierro, y sale, mas se queda;
voy a lavar mi cara y Dios se lava
también y el agua vuélvese de seda.

Dios está aquí: lo palpo en mi bolsillo,
lo siento en mi reloj y, aunque me empeño,
ni me sorprendo ni me maravillo
de verlo tan enorme y tan pequeño.

Me lo dobla el cristal, me lo devuelve
hecho yo mismo -Dios, perdón- su frío
y no acierto a explicarme por qué envuelve
su cuerpo en este pobre traje mío.

Hoy he encontrado a Dios en esta estancia
alta y antigua en donde vivo. Hacía
por salvar, escribiendo, la distancia
y se me desbordó en lo que escribía.

Y aquí sigue: tan cerca que me quemo,
que me mojo las manos con su espuma;
tan cerca, que termino, porque temo
estarle haciendo daño con la pluma.
jueves, 23 de febrero de 2017

Danzas contemplativas
Días 18 y 19 de Febrero

Javi


Éste ha sido un fin de semana distinto y muy enriquecedor. La tarde del sábado y la mañana del domingo la hemos dedicado a aprender y practicar DANZAS CONTEMPLATIVAS, que nuestra amiga Toñi nos enseñó.
Unas danzas que no son complicadas de aprender, que no importa  que seas más o menos bailarín, ni que tengas más o menos edad, pero que las tienes que sentir, te tienen que decir, hablar… estas danzas nos ayudan a entrar en contacto con nosotros mismos y con los demás, a expresar nuestras emociones, a dejar que nuestros sentimientos fluyan, a interiorizar lo que nos está diciendo a nosotros, son pasos y gestos muy sencillos a través de las manos juntas, de la mirada, de los brazos abiertos en señal de acogida, de apertura a la otra persona, de apoyarnos unos en otros porque nos necesitamos, de saludar en señal de respeto, de querernos a nosotros mismos, de recibir y de dar, de danzar en círculo, en grupo, en comunión unos con otros...
Toñi nos enseñó varias danzas explicándonos su significado, su origen y meditando qué nos podían decir a nosotros.
El sábado nuestras danzas giraron en darnos cuenta de lo mucho que tenemos que agradecer a la vida. Dar GRACIAS A LA VIDA cada día por tantas y tantas cosas como recibimos y dejar de tanto lamentarnos y quejarnos.¡Disfrutemos con lo que la vida nos ofrece y hagamos partícipes a los demás!



El domingo que amaneció un día primaveral la ALEGRÍA fue el tema de la mañana, se palpaba en nuestros rostros y las danzas que practicamos eran la expresión de esa alegría, hasta nuestros pasos estaban más ligeros y se acompasaban mejor con la música.

*Dejar que la piedrecita de la ALEGRÍA  entre en nuestro corazón y quede ahí y la podamos ofrecer y dar también a los demás.*

Gracias Toñi por tu enseñanza (toda sabiduría), infundes tanta paz y tanta alegría que es un regalo haber podido compartir contigo estos días y gracias a todos por este encuentro que me ha dejado una gran sensación de paz, serenidad y de relajación y de sentirte muy agusto. En este día a día que vivimos tan deprisa necesitamos de estos momentos
Nos decías Toñi que lo mejor de la danza está al final. Así ha sido.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Mi boda
con la infinitud

Jose Maria Doria
Director de la Escuela Transpersonal
Hace unos días que ha muerto un amigo. Y tan solo hace unas horas que acabo de salir del entorno en el que se ha producido el último adiós a su persona. He asistido a una ceremonia de despedida que de forma amorosa y magistral han organizado sus hijos en la capilla de un tanatorio.

¡Cuánta belleza humana he admirado! Minuto a minuto la música, los cantos en directo, las palabras de quienes lo han conocido, la gratitud que inundaba la sala… todo aquello por tener el sello de una profunda autenticidad, ha sido un acontecimiento difícil de olvidar, sin dramas ni penas añadidas. Todo un regalo envuelto de alta cultura.
En realidad, gran tema éste el de la muerte y todo lo que su poderosa ola de infinitud moviliza en quienes pilla cerca. Reconozco que la muerte, sea de quien sea, siempre me ha parecido merecedora de una agridulce sonrisa y a su vez un acontecimiento que nunca he considerado como una calamidad. Me refiero a una sonrisa tan grande y profunda que es capaz de convivir con la lágrima y el dolor del desapego. Otra cosa es el sufrimiento, del que ahora no es momento de hablar porque nada tiene que ver con la muerte, son cosas distintas y, en muchos casos, desgraciadamente asociadas.
Personalmente creo que todos los moribundos con los que nos cruzamos, nos hacen algún tipo de regalo al despedirse y, sin duda, el regalo que mi querido JL me legó al partir, sucedió al poco de salir de la capilla del tanatorio en el que se realizó la última despedida y mientras conducía de vuelta a casa.
¿Cuál ha sido su regalo?
Pues muy sencillo: a mi mente le ha dado por abrir un espacio creativo procediendo a ponerme en el lugar del muerto y preguntarme: “Si fuera yo quien estuviese ahora en la caja, ¿Qué tipo de despedida me gustaría se hiciese?”
Pues bien, si jugamos a poder elegir lo que harían mis sucesores, en plan de crear un “adiós a la carta” y, además, tuviese a mano la posibilidad de elaborar un menú funerario, ¿cómo lo diseñaría?
En primer lugar me gustaría que el encuentro de amigos fuese en un lugar secular, no necesariamente en una iglesia. Y esto lo digo honrando religiones y templos que tanto han contribuido al alivio de los seres humanos. Me refiero a un lugar en el que haya plantas, frutas, libros sagrados, obras de arte y cosas significativas… es decir, un espacio acondicionado a la belleza y al esplendor de la vida misma. Y digo vida con la consciencia de que es realmente la vida la que me gustaría fuese la verdadera protagonista de mi despedida. En realidad cuando miramos a la muerte es cuando más nos damos cuenta de lo vivos que estamos y las infinitas oportunidades que esto trae.
En segundo lugar, quisiera que ese momento de despedida fuese algo valioso para las personas que allí acudiesen, algo valioso para sus propias vidas. Pienso que el valor de tal encuentro no estará en evocar ciertos sentimientos de recuerdo acerca de mi ex persona que, por cierto, ya será “agua pasada” para todos, sino lo que la vida regale en esa reunión a los presentes, algo vivo y fértil para sus correspondientes vidas. ¿A qué regalo me refiero? Quizás me quedo tranquilo nombrándolo como sincero entusiasmo y Vida Consciente.
Para ello encomiendo a quien conduzca la ceremonia el “comunicar el deseo del difunto”, un deseo consistente en invitar a los allí reunidos a dar forma a su particular “milagro”, procediendo a indagar, ¿qué supondría para mí un milagro? ¿cuál es el anhelo de mi vida que por su dimensión no podría suceder más que en forma de milagro? ¿Y a su vez, cuál sería el deseo que pediría para esta humanidad a la que pertenezco? En realidad en cada escrito habría dos sueños, uno para uno mismo y otro para la Humanidad.
Una vez hecha tan íntima indagación y atreviéndose cada uno a soñar y conectar con sus propias utopías, propondría el trascribir dicho milagro y depositarlo en la caja del muerto. El gran juego consistirá en elegir creer que tal y como dijo JM Doria, tales anhelos serían llevados por él mismo hasta el infinito.
Quisiera asimismo que en la atmósfera de este adiós, es decir mi muerte fuese enfocada como una boda, una boda de JM con la Infinitud. Y dado que el infinito es un océano de posibilidades insospechadas, puedo afirmar todavía en plena vida que prometo llevar en mi travesía los sueños de todos y, además, conseguir que se cumplan, jaja.
No pienso explicar las razones cuánticas que operan en la mente humana para racionalizar lo que de por sí es un precioso acto de creación, sino más bien convocar al niño consciente que vive en nosotros y abrirnos a las posibilidades que la vida en ciertos momentos ofrece desafiando a la mente y sus condicionamientos limitadores.
martes, 21 de febrero de 2017

Entrevista
a Jordi Pigem

La Vanguardia 2016

Jordi Pigem, filósofo posmaterialista
Tengo 52 años. Nací en Barcelona y vivo en l’Escala. Soy doctor en Filosofía y escritor. Vivo en pareja y tengo un hijo, Marc (10). ¿ Me atraen el budismo zen, el taoísmo y el misticismo cristiano del maestro Eckhart.
“El universo es inmaterial, mental y espiritual”
Inteligencia vital
Qué inspiradora y estimulante me resulta esta charla con Jordi Pigem: reencanta la realidad al entrelazarla con mi conciencia, mi corazón. Al acabar evoco una de mis frases favoritas de Dalí: “La naturaleza es sobrenatural”. Pigem es filósofo posmaterialista porque elige una mirada más allá del cómputo materialista, de la ciencia mecanicista y del racionalismo desnudo, y la construye justo donde todos esos reduccionismos se encogen de hombros. En su libro Inteligencia vital (Kairós), subtitulado Una visión postmaterialista de la vida y la conciencia, lo explica con gracia y ligereza. Te dice: “Tú eres único, pero no separado: participas, cocreas”. Eres (con) el universo.
Qué le hizo filósofo?
Una ventana.
¿Una ventana?
De niño me asomaba, miraba el cielo y me preguntaba: “¿Para qué estoy aquí?”. Me gustaba la ciencia... hasta que supe que mis preguntas eran para la filosofía.
Y se dedicó.
Sí, aunque empecé siendo periodista ecologista en la revista Integral: creía que la información mejoraría el mundo.
¿Y no?
Tenemos más información que nunca... ¡y destruimos como nunca! Tenemos ciencia sin conciencia. Y me doctoré en Ciencia Holística en el Schumacher College, Inglaterra.
¿Qué enseña esa disciplina?
Que los últimos hallazgos de la ciencia indican que el paradigma materialista se agota.
¿Qué es el paradigma materialista?
Desde Galileo y Descartes, la ciencia sostiene que sólo existe lo mensurable. Y hemos antepuesto lo material a lo inmaterial: el dinero al alma. ¡Pero resulta que lo más importante es lo que no puede medirse ni pesarse!
¿A qué se refiere?
A la bondad, la belleza, la amistad, el amor, la justicia..., ¡y al mismísimo universo!
¿El universo no puede medirse?
La ciencia sólo puede conocer el 4% del universo: el 96% es materia y energía oscura, ¡indetectable! La ciencia llega a un cul-de-sac.
¿Conclusión?
El paradigma materialista y mecanicista se agota en el macrocosmos –es relativista– y en el microcosmos –es cuántico–, así que toca otro paradigma: el posmaterialista.
¿En qué consiste?
Lee el final de este artículo en la prestigiosa revista Nature: “El universo es inmaterial, mental y espiritual”.
¡Ostras! ¿Quién dice esto tan gordo?
Richard Conn Henry, físico y astrónomo de la Universidad Johns Hopkins, y concluye así: “¡Vive y disfruta!”.
¡Un científico! ¿Posmaterialista?
Claro, el universo no lo forman cosas, sino relaciones: es un océano de relaciones, vibrátil, esporádicamente manifestado en cosas, en átomos, ¡como en el océano las olas!
Muy bonito.
Y real. Ahora mismo, mientras hablamos, están obrándose prodigios en ti y en mí.
¿Qué pasa?
Todas tus células, ¡decenas de billones de células!, cada una única y distinta, se intercambian moléculas del modo idóneo, preciso, exacto: por eso vives y sigues sano.
Benditas sean.
Lo hacen con más eficacia, productividad y sostenibilidad que cualquier fábrica.
¿Cómo lo explica el posmaterialismo?
¡Inteligencia vital! Así la llamo. Porque la inteligencia es connatural a la vida. La vida es inteligente, o no es vida.
¿Una ameba es inteligente?
¡Sí! Una bacteria, una célula, una planta, todo animal: ¡inteligencia! Una planta aprende, memoriza, tiene percepción e intención. Como toda forma de vida. No hay vida sin inteligencia, ni inteligencia sin vida.
Sí, hay inteligencia artificial.
Si no siente, no hay vida: no hay inteligencia. Altísima capacidad de cálculo, sí. Dice Magnus Carlsen, campeón mundial de ajedrez: “Yo veo la jugada, la siento”. No dice “pienso”, dice “siento”: ¡inteligencia vital!
Defina inteligencia.
Capacidad de responder creativamente y de manera óptima al entorno. La araña teje telas cinco veces más resistentes que el acero en relación con su peso... ¡Inteligencia vital!
“La naturaleza es sabia”, decimos.
“La naturaleza se esmera en crear las formas más bellas y maravillosas”, dice Darwin en El origen de las especies. ¡Inteligencia vital!
¿Y qué hay de nuestra humana inteligencia, de nuestro cerebro?
Eres cocreador de realidad, participas del universo, tu conciencia crea. Así lo avanzó el gran físico Schrödinger: “La base de la realidad no es la materia, es la conciencia”.
Voy de sorpresa en sorpresa.
“Lo no observado no existe”, predicó el físico Bohr. ¡Eres cocreador de la realidad! El posmaterialismo se abre a lo inmaterial: valores, intenciones, conciencia, lo que la ciencia no contempla.
¡Pero la ciencia nos ha dado muchísimo!
Muchísimo..., pero al tirar el agua sucia de la bañera (la superstición, el dogma) tiró también al viviente bebé que había dentro.
Rescáteme al bebé.
¡El corazón! Tu corazón tiene sus neuronas, ¿lo sabías? Y está enviando más información a tu cerebro que al revés.
¡No sabía eso tampoco!
Fíjate: cuándo dices “yo”.., ¿dónde te apuntas con el dedo? ¿A la cabeza, al cerebro?
Me apunto al pecho, al corazón.
¡Sí, porque ahí estás tú! El sánscrito tiene una sola palabra ( cit) para mente y corazón. Y decimos que el corazón “se me hiela”, “se me parte”, “se me abre”, “lo tengo en un puño”..., o “eres de buen corazón”.
¿Puede responder ya a la primera pregunta de su vida: “¿para qué estoy aquí?”?
Sí, creo que ya puedo: ¡para descubrirme! El propósito de la vida es descubrirte a ti mismo en plenitud.
lunes, 20 de febrero de 2017

La meditación “disuelve” el yo

Enrique Martínez Lozano


Para quienes únicamente han oído hablar de ella, la meditación suele aparecer como una práctica, más o menos extraña o incluso esotérica, con la que se buscaría relajación o serenidad. En cualquier caso, se trataría de algo marginal y, en cuanto tal, prescindible.
Esta opinión ha empezado a modificarse en Occidente gracias a la inusitada expansión del “mindfulness” y a su reconocimiento creciente, particularmente en ámbitos psicológicos, médicos y académicos.
Sin embargo, mindfulness no es sinónimo de meditación. Se trata de una valiosa y eficaz herramienta terapéutica, cuyos efectos se han comprobado fehacientemente, tanto en la prevención o disminución de la ansiedad, el estrés y la depresión, como en el crecimiento integral de la persona. No es extraño, por tanto, que desde los terrenos psicológico y educativo se le preste cada vez una mayor atención.
La meditación, sin embargo, no es un conjunto de prácticas –aunque las incluya-, sino de un estado de consciencia, caracterizado por la vivencia de la no-dualidad.
No se trata, por tanto, del ejercicio de un yo que busca en la meditación algún beneficio en particular. La meditación es un estado de pura atención, en el que esta llega a ocupar todo el espacio, hasta el punto de que desaparece incluso el yo que quería Meditar.
Meditación es, por tanto, un estado sin yo. Lo cual resulta plenamente coherente: dado que el yo es solo un pensamiento, acallado este en la atención, aquel se disuelve. (Quizás, en rigor, habría que decir que lo que se disuelve es la identificación con el yo).
Lo que ocurre, con frecuencia, es que son los propios meditadores habituales quienes entienden la meditación como un medio para alcanzar algo que les resulte “beneficioso”. Cuando eso ocurre, lo que se consigue es seguir fortaleciendo la sensación del ilusorio “yo”, que utiliza incluso la meditación para perpetuar su afán de protagonismo. De ese modo, aquella se convierte en una herramienta más al servicio del yo.
Frente a este engaño, tan sutil como habitual, me parece importante tener presente que la meditación es un estado de consciencia radicalmente diferente del estado mental, al que se accede silenciado el pensamiento y poniendo atención, hasta que llega un punto en el que la atención (consciencia) lo ocupa todo.
El sujeto de la meditación no es, pues, el yo que quiere estar atento o se esfuerza por mantenerse consciente, sino la propia consciencia. De ahí que, siempre que el meditador se considera “sujeto” de la práctica, cae en el engaño antes citado, que imposibilita que emerja el estado meditativo.
En todo caso, el “sujeto” de la práctica habrá de ser el “Testigo”, no el yo o la mente, sino la consciencia que atestigua, Eso que observa o se da cuenta. En rigor, “yo” no medito, porque cuando hay meditación no hay (identificación con el) yo. Y “yo” no es tampoco el Testigo que observa; se trata de un nivel diferente de identidad: acallado el yo mental, emerge el Testigo. Y, a partir de ahí, puede operarse el “paso” del Testigo a la Consciencia una, donde todo es –y solo es- atención sin sujeto separado.
La “moraleja” que de aquí se desprende para quienes meditan es simple pero profundamente renovadora o transformadora: no te sitúes en el yo para meditar; más aún, no te busques como “yo”. Ábrete a percibir que “tú” no eres el sujeto de la práctica, sino que, en cuanto empiezas a meditar, el yo cae, porque emerge otra nueva identidad que trasciende la mente.
Para terminar, me gustaría señalar que es precisamente este cambio de estado el que explica que la no-dualidad no pueda ser percibida por la mente, que fácilmente la descalificará como ilusoria. La incapacidad es la misma que experimentaría quien duerme –en el estado de consciencia onírico– para captar el mundo de la vigilia. Un estado de consciencia inferior tiene vedado el acceso a otro estado superior.
domingo, 19 de febrero de 2017

Sonreír

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena


Hoy no sabía muy bien de qué escribir. Así que me dediqué a mirar a mi alrededor a ver si encontraba algo que llamara mi atención. Al poco me llegó un whatsapp titulado “una palabra que cambia a la gente”.
Esa palabra es: sonríe.
El whatsApp no dice nada. Sólo presenta caras de distintas personas en expresión “normal” (no necesariamente seria) que, acto seguido, sonríen. Y esa sonrisa les cambia la cara de manera asombrosa. Parecen personas distintas.
He observado esas caras varias veces. Me he detenido en las miradas, en la boca y en la expresión. Es maravilloso comprobar cómo alguien, en quien normalmente no te fijarías por la calle, resulta atractivo sólo con verle sonreír. ¡Qué alegría provoca! ¡Qué bonito espectáculo!
Esto me hace recordar lo poco que sonreímos habitualmente. Las caras tan serias con las que me cruzo a diario. Esas expresiones duras o enfadadas que predisponen a buscar protección y refugio. Esas miradas sin brillo ni alegría que hablan de desencanto, de falta de ilusión, incluso de cinismo a veces. Esas muecas tragicómicas, tildadas de ironía, que quieren ser sonrisa pero se quedan a medias.
Si moviéramos más nuestra boca dibujando la curva de la sonrisa; si entrenásemos más a menudo los músculos que nos llevan a sonreír, probablemente no necesitaríamos tanto tratamiento facial ni emocional, pues nuestra sola visión sonriente en el espejo nos alegraría el día (y nuestro entorno más cercano lo disfrutaría) ya que vernos guapos nos predispone a sentirnos mejor.
Así que ya sabéis: ¡sonreíd! Que la sonrisa nos hace más guapos. Sin ninguna duda.
sábado, 18 de febrero de 2017

Vamos a reirnos





- Pues hoy he echado un partido de basket con los amigos.
- ¿y cómo habéis quedado?
- Por Whatsapp.



- ¿Sabes la carga del electrón?
- Negativo.
- ¿Y la del protón?
- Tampoco.



- No sé si conseguiré enamorar a esa chica...
- ¿Tienes vacas y ovejas?
- Sí.
- Pues ya tienes mucho ganado.



- El mes pasado contraí matrimonio.
- Contraje.
- No te jode! ¡No iba a ser con chándal!
viernes, 17 de febrero de 2017

La muerte

Khalil Gibrán
Almitra, entonces, habló, diciendo: Os preguntaríamos ahora sobre la Muerte.
Y él respondió:
Desearíais saber el secretó de la muerte.
¿Pero cómo lo encontraréis á menos de buscarlo en el corazón de la vida?
El mochuelo, cuyos ojos atados a la noche son ciegos en el día, no puede descubrir el misterio de la luz.
Si, en verdad, queréis contemplar el espíritu de la muerte, abrid de par en par vuestro corazón en el cuerpo de la vida. Porque la vida y la muerte son una, así como el río y el mar son uno también.
En el arcano de vuestras ;esperanzas , y deseos reposa vuestro conocimiento silencioso del más allá:
Y, como las semillas soñando bajo la nieve, vuestro cora­zón sueña con la primavera.
Confiad en los sueños, porque en ellos el camino a la eternidad está escondido.
Vuestro miedo a la muerte no es más que el temblor del pastor cuando está en pie ante el rey, cuya mano va a posarse sobre él como un honor.
¿No está, acaso, contento el pastor, bajo su miedo de llevar la marca del rey?
¿No lo hace eso, sin embargo, más consciente de su temblor?
Porque, ¿qué es morir sino erguirse desnudo?
Y, ¿qué es dejar de respirar, sino el liberar el aliento de sus inquietos vaivenes para que pueda elevarse y expandirse y, ya sin trabas, buscar a Dios?
Sólo cuando bebáis el río del silencio cantaréis de verdad. Y, cuando hayáis alcanzado la cima de la montaña es cuando comenzaréis a ascender.
Y, cuando la tierra reclame vuestros miembros, es cuando bailaréis de verdad.
jueves, 16 de febrero de 2017

Sobre el Taller
de Meditación




Comencé este taller de meditación sin saber muy bien porqué ni para qué; quizás con un difícil propósito, el de intentar limpiar en mi cabeza esas telarañas que me impiden disfrutar de mi vida como me gustaría, olvidándome de vivir el presente, atormentándome con el futuro y sin ser capaz de olvidarme del pasado.
Durante estos meses he vivido momentos y acontecimientos, supongo que como todos, que seguro que no son ni más importantes ni diferentes, en líneas generales, que los que me han podido ocurrir en otros meses, pero sí me lo han parecido porque he estado más pendiente de ellos y los he visto desde otra perspectiva. Por poner un ejemplo, apareció durante estos días una pintada en el suelo de mi calle que dice: "Perdonar no cambia el pasado, pero si el futuro", está en un lugar determinado y frente a unas ventanas en concreto, en cualquier otro momento seguro que me hubiera pasado desapercibida, pero me ha hecho pensar si tendrá destinatario y también me he preguntado si debería aplicármelo. Solo por esas sencillas cosas creo ha merecido la pena haberlo intentado, pero además, porque os he conocido a todos vosotros, que aunque no os lo creáis me habéis aportado muchísimo.
Entre tantas enseñanzas que nos ofreció el coordinador, quiero quedarme con una que dice: "A la meditación hay que acudir sin expectativas, sin buscar nada, sin esperar nada ... ", y ahora creo, que no solo a la meditación, sino que también voy a intentar aplicárselo a la vida en todos sus aspectos, pues me estoy dando cuenta que cuando no le pides nada, no buscas nada o no esperas nada, te sorprende con infinidad de detalles que merece la pena vivir de forma positiva. Gracias por haberme acompañado durante este tiempo, no os olvidaré.
Javi R.



BENEFICIOS PROPIOS DE ESTE TALLER DE MEDITACIÓN
1) Meditar en casa todos los días, excepto en 3 ocasiones.
2) Vivir una experiencia maravillosa y placentera, que me ha hecho sentirme muy bien durante la mayoría de las sesiones.
3) Acoger a mi sombra como un huésped, tratándola de la mejor forma que podía, me ha resultado gratificante.
4) No pretender, como quería, conseguir mi sanación.
5) Meditar contando hasta 40 o mas en la espiración, me mantiene la mente mas tranquila.
6) Trabajar mi culpa, me ha acercado mas a mi inocencia.
7) Aprender de las experiencias del resto del grupo.
8) Llevo repitiéndome desde hace unos años, que quiero volver a casa, aun estando en mi propia casa. Pensaba que significaba que quería morir para descansar, volviendo a la luz. Pero ahora creo que quizás mi inconsciente se refería a volver a mi, en mi vida actual aquí en la tierra.
Por todo esto, MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS
Uno de los participantes en el taller
miércoles, 15 de febrero de 2017

Pobre lector

El rincón del optimista
Juan


No te confundas con el título. No es lo que parece. No me comparezco de quien tiene como afición la lectura, sólo explico la circunstancia que viví hace unos días en una calle de León. Paseaba por la acera cuando me encontré a una persona al lado de un supermercado que pedía limosna sentado a la puerta. Hasta ahí nada raro, casi lo extraño hubiera sido no ver a uno de estos pobres de solemnidad pidiendo a la puerta de una tienda, con lo que se cotizan últimamente estas plazas. Lo que me llamó poderosamente la atención es que este buen hombre estaba leyendo un libro. Y si digo que me sorprendió no es porque crea que los pobres no puedan leer, sino porque no es habitual observar esta escena. No me dio tiempo a ver el título del libro, no sé por tanto si leía novela, poesía, ensayo o si era un libro de autoayuda. Sí creo haber percibido que leía de verdad, que no era una pose, una estrategia para buscar la complicidad de sus potenciales ‘clientes’.
La escena me llevó a hacerme varias preguntas. ¿Acaso una persona que le ha ido mal en la vida por unas u otras circunstancias no tiene derecho a seguir manteniendo su afición por la lectura, a seguir nutriéndose de pensamientos y de filosofía ajena? ¿Si tiene dinero para comer no va a tenerlo para comprar un libro o pedirlo prestado en una biblioteca? ¿Acaso existe un tiempo mejor invertido que leer un libro mientras tu plato o tu vaso intenta llenarse de las monedas que a unos no le sirven de poco pero que a otros les sirven para que coman los suyos  tres veces al día? ¿Acaso hay una forma más digna de mantener el tipo mientras pides limosna que leyendo=buscando el modo de salir de esa situación algún día?
Y las consiguientes respuestas… Si quienes tenemos la suerte de tener un trabajo remunerado aprovechamos las noches o los fines de semana para leer, quienes no tienen otra cosa más que tiempo libre, es normal que lean en cualquier momento. Si buscar trabajo en serio es dedicarle toda una jornada laboral, buscarse la manutención (la vida) diaria en plena calle es más laborioso que una prolongada jornada de trabajo en una oficina climatizada en el octavo piso de un bloque de cemento y cristal.
Hace poco leí esta frase: “Si no leemos, no sabemos escribir; y si no sabemos escribir, no sabemos pensar”. Y yo añado: “no sabemos pensar… por nosotros mismos”, pues ya se encargan los cabezapensantes desde la radio (chicharra), la televisión (caja tonta) y desde las redes sociales (pierdetiempos) de dictarnos el pensamiento único para que no tengas que tomarte la molestia de tener criterio propio a la hora de decidir.
Y hoy va un consejo: si algún día te ves en la tesitura de tener que pedir limosna en la calle, no abandones la lectura.
Asín sea.
martes, 14 de febrero de 2017

Que nada la turbe

Caligrafía de emociones
Jose


Que nada turbe tu voz.

A excepción del asombro desmedido
venido de una ilusión.
Paraje de introspección o de júbilo ha
de ser nuestro silencio.
Si las palabras se pierden, se descolocan
o encierran presas de desolación,
ve en pos de un regocijo evitándoles dolor.

Que nada turbe tu voz.

Cuando te falle el sonido, tómate
un rayo de sol para que naden tus
lágrimas y se vistan de color...
lunes, 13 de febrero de 2017

Encauzando
las emociones

Gerardo

¡Emocionarse! ¿Quién no lo hace a diario?

Si las emociones que sentimos son placenteras, nos hacen la vida más rica e intensa; nos hacen sentir gratitud por existir. ¿Y si nos molestan, nos desagradan?

Recientemente hemos desarrollado el taller “Encauzando las Emociones” en el Teléfono de la Esperanza. Su objetivo era claro: conocer y analizar la paleta de emociones humanas, sus rasgos y componentes a fin de que, una vez hayan hecho acto de presencia en nuestras vidas, estemos dotados de herramientas que nos permitan encauzarlas en beneficio propio y ajeno.

Comenzamos descubriendo una doble realidad del mundo emocional:

  • Su universalidad. Las conmociones interiores que suscitan son universales, si bien sus manifestaciones exteriores vienen marcadas por la cultura del lugar;
  • Su sabiduría. Reconocer qué siento cuando lo siento y qué pensamiento crea mi sentir, me permite conocerme de verdad. Exteriorizar mi emoción de modo proporcionado y respetuoso, sin dañarme, sin perjudicar, así como percibir y acoger las sensaciones ajenas, me permite establecer relaciones francas y enriquecedoras.

Establecidas las pautas básicas, nos fuimos adentrando en cada emoción:

  • Palpamos el miedo: corazón acelerado, sudores, temblores, respiración entrecortada,… Qué familiares son estas muestras de nuestro organismo ante una amenaza real o ficticia. Detectamos cómo nuestro pensar tiene una doble vertiente: por un lado, deformando la realidad, siendo la consecuencia un temor paralizante; por otro, la observación y el valor capaces de transformar una inicial vulnerabilidad en eficaz compañero de camino.
  • Atacamos la ira, que nos priva temporalmente de aquello que nos es más humano como es el buen juicio, la capacidad de razonar. Y fuimos a su raíz: la impotencia y frustración sentida ante la incapacidad para satisfacer las propias necesidades de afecto, seguridad y valoración. Nuestra actividad física y verbal se vuelve desbordante dañándonos personal y relacionalmente.
  • La envidia o cómo constato mi inferioridad cuando me comparo. ¡Qué buena amenaza para la autoestima! O la enfoco hacia la emulación o modelo como motor de crecimiento y mejora, o me conducirá al retraimiento y la agresividad.
  • Analizamos la culpa como mecanismo manipulador en beneficio propio o autoimpuesta como castigo. Y descubrimos su truco: quiere mantenernos anclados a un pasado terminado, enmascarando, ocultando aquello que tratamos de evitar en el presente.
  • El odio, o rechazo de una cualidad propia que veo en el otro. Una actitud de apertura y reconciliación me devolverá la libertad de sentir.
  • El rubor, la cabeza baja o escondida, evitar la mirada,… nos son conocidos. Es la vergüenza, esa sensación de inferioridad ante la opinión de los demás que también la sienten. Objetivarla compartiéndola, hablando de ella, mantener la propia identidad, y admitir que desagradar es una opción, nos ayudarán a hacerla frente.
  • Y ¿qué decir del amor y la alegría? Si el primero es un sentimiento de apertura inagotable más allá de uno mismo, un ocuparse de las necesidades y del crecimiento interior del otro, la segunda con su sonrisa clara y sus ojos luminosos, sus apariciones cortas pero intensas, nos predisponen a superar dificultades y facilitan nuestra adaptación y relaciones.

Y así fue como, sin darse cuenta, un grupo de voluntariosos participantes, sabiamente dirigidos en un clima de intimidad, fueron desnudando y re-conociendo sus emociones, y adquiriendo los útiles que les permitan conquistar la madurez emocional, encauzando su sentir de modo sano y pleno.

domingo, 12 de febrero de 2017

Mañana oscura

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Oscura mañana. Foto Jesús Aguado

Hay mañanas en que levanto la persiana y sólo veo oscuridad, niebla, lluvia… y lo único que apetece es volver a bajarla y olvidarse de salir. Quedarse en el calor del hogar a resguardo de las inclemencias.

Hay mañanas que cuesta empezarlas, la verdad.

Pero entonces observo a personas que, encogidas, caminan deprisa a su lugar de trabajo diario. O veo las luces de los coches rompiendo la oscuridad. O miro a los dueños de los perros dando el paseo cotidiano obligatorio haga frío o calor, llueva o luzca el sol.

Y empiezo el día como otros muchos lo han hecho, incluso antes que yo. Y llevo a cabo las actividades que tengo programadas. Y trabajo. Y como. Y me encuentro con la gente. Y me canso. Y leo. Y peleo (cuando me toca). Y escucho o hablo, según proceda. Y medito. Y…

Cuando llega la noche, la climatología sigue siendo adversa. La lluvia sigue azotando, o la niebla entorpeciendo la visión, o la oscuridad envolviéndolo todo. Pero algo tengo claro: el día no ha sido en balde.

He salido. Me he mojado. He pasado frío. Pero he podido sentir la lluvia y el frío, la oscuridad y la claridad, el calor y los encuentros. He vivido experiencias, he aprendido algo nuevo, he descubierto algún detalle antes desapercibido, he reído o he llorado. He vivido.

Y sólo me sale dar gracias.

Gracias a los que han sacudido mi pereza, a los que se han cruzado en mi camino, a los que me acompañan en él, a los que me abren puertas, a los que me hacen reír, a los que me dan vida.

viernes, 10 de febrero de 2017

Nicolás Castellanos. Misionero leonés, Obispo Emérito
de Palencia

Ana Gaitero
Tomado de Diario de León

Nicolás Castellanos es el alma y el presidente en España de la Fundación Hombres Nuevos. «Yo fui hombre nuevo creo que desde niño», dice este leonés que es obispo emérito de Palencia y un cura de a pie en Bolivia, donde a Dios le llaman Diosito y ha hecho el milagro de los panes y los peces: «Un euro de aquí son cinco allí». Es Premio Príncipe de Asturias y Leonés del Año. Hizo las primeras 14 escuelas con el apoyo de un mecenas español, Carlos Laborde Pulido, que le dio 400 millones de pesetas y le dijo que no quería catequesis. Pero la gente le pide templos, porque «dicen que donde hay iglesia hay escuela». Con 800.000 niños y niñas sin escolarizar, la educación sigue siendo una asignatura pendiente a pesar de los logros: La fundación ha construido 100 colegios y su labor ha llegado a más de 100.000 niños y niñas. «Un país que no tenga escuela para todos, de cierta calidad y que eduque en valores, no sale nunca de la pobreza», recalca.

El proyecto estrella del aniversario es la construcción de 36 internados para las comunidades del Altiplano. «Hay una escuela en el centro y para llegar tienen que andar seis, cuatro o cinco horas y otras tantas de vuelta. Los internados de allí son de pena: suelo de tierra, humedad, temperaturas de 15 y 18 grados bajo cero, sin catre, sin frasada (manta), sin sábanas y tapándose con montones de periódicos por las noches». Empieza el primero en 2017 con una ayuda de 118.000 euros de la Junta de Castilla y León. Las becas a universitarios —con 350 euros se financia un curso— y la salud son otros de los ejes: «Tenemos un hospital totalmente social con seis campañas anuales de ginecología, digestivo, oftalmología, dentistas etc. en las que colaboran los mejores cirujanos y especialistas de España. Está especialmente orgulloso de la facultad de Teatro, la única de Bolivia que recibe alumnado de toda América Latina y acuerdos con Francia y la Real Escuela de Teatro de Madrid.

—¿Qué es ser un hombre nuevo?

—Tener una visión más sencilla y solidaria de la vida. El sentido de la vida es hacer felices a los demás.

—Después de 25 años ¿Ha soltado las riendas del proyecto?

—Sí, uno de los frutos mejores es que tenemos 22 jóvenes voluntarios, de 20 a 35 años, a los que les dimos carreras, se formaron y hoy están trabajando allí. Soy el presidente de la fundación en España que busca recursos y nada más.

—¿La crisis ha afectado a la captación de fondos?

—Sí. Antes hacíamos seis escuelas al año. Ahora, dos y vale. Ha afectado mucho, aunque seguimos manteniendo el proyecto porque tenemos colaboración y ayudas. Hace tres años, la Diputación de León, con Isabel Carrasco, nos dio una subvención de 42.000 euros para comedores. El Ayuntamiento o la Diputación de Palencia, de Soria, de Burgos, Aranda de Duero, Aguilar de Campoo… Y en León tenemos una oenegé que se llama Alin y todos los años nos financia un proyecto de becas de 15.000 a 20.000 euros. El año pasado tuvimos un disgusto porque presentamos un proyecto en la Diputación y les dieron la ayuda a oenegés de Valladolid, Burgos y no a la de León. Le pregunté al presidente: «¿Por qué a una de León no se le da?» Y me contestó: «Si tú estás cabreado, yo estoy más». No le gustó.

—¿Cómo lleva la relación con los políticos de distinto signo?

—Bien. Con la Generalitat de Valencia, cuando era del PP, tenía una relación espléndida. Nos financió un teatro de 520 butacas de la facultad de Teatro; Castilla-La Mancha, cuando era del PSOE, nos financiaba todos los años tres colegios.

—Llama a todas las puertas.

—Sí, igual que en nuestro proyecto a nadie se le pregunta ni por el credo religioso ni por el credo político. Ofrecemos: ¿Quieres colaborar a reducir las fronteras de la pobreza? Aquí tienes el proyecto. En Palencia, el Partido Socialista hizo un puente nuevo sobre el río Carrión y le puso obispo Nicolás Castellanos. Izquierda Unida dijo que para nuestro obispo es poco un puente y tengo una calle en Palencia. Y los del PP este año me hicieron hijo adoptivo de Palencia.

—¿Ha cambiado la iglesia en Bolivia en este tiempo?

—Allí el sentido religioso es más fuerte que aquí. La gente suele decir: «Diosito ha bajado a vernos». Nuestros proyectos sociales tienen un impacto grande en la gente. Hemos tenido más de 5.000 voluntarios, de España, Alemania, Francia, Chile, Brasil, más bien agnósticos, que en muchas ocasiones me han dicho: En esta iglesia y en este Dios yo también sería capaz de creer.

—¿Qué papel tiene el Estado en su proyecto?

—Lo que aquí es la escuela concertada allí es la escuela de convenio. El Estado paga a los profesores, pero con el dinero de Bolivia no se ha hecho casi nada. Todo es ayuda de España, Alemania, Italia, Suiza… Al actual presidente todo lo que huela a iglesia no le interesa.

—¿Esa posición de Evo Morales respecto a la iglesia les da problemas?

—No, no. Ninguno. Evo Morales está enfrentado a los obispos pero nos deja hacer.

—¿Le ha tratado personalmente?

—No, nunca. Cuando vino el papa dijo: Quiero que el altar del papa sea como el de esa linda iglesia del plan 3000 que hicimos nosotros. Ha visitado alguna escuela, pero nunca tuve relación.

—¿Ha cambiado el país con él?

—Algunas cosas. Antes había un 35% de personas en extrema pobreza, ahora son un 25%, pero hay otras lacras muy fuertes (corrupción, el narcotráfico y contrabando). Las pobres empresas de Bolivia quedan asfixiadas porque traen ropa usada de Panamá, Estados Unidos, que venden a medio precio. Han sido buenos con las materias primas. Ha habido mejoras, pero la escuela no ha mejorado nada: sigue siendo memorística y repetitiva. Es una pena.

—Aparte del trabajo en las escuelas, el teatro y las becas, ¿qué más hacen?

—Allí los ancianos están muy desprotegidos. Tenemos un centro de día con actividades para que estén entretenidos y puedan hacer al menos una comida al día. También llevamos un proyecto con la cárcel, que es para mil personas y tiene cinco mil. Trabajamos mucho y bien. Tenemos un cónsul excelente, Joan Borrel, hijo del exministro. Cuando él llegó había 60 españoles en la cárcel. Ahora quedan tres. Cuando salen él va a la cárcel a buscarles y nosotros les acogemos mientras se tramitan los papeles. Hemos arreglado dentro de la cárcel un pabellón que era de tierra y no tenía catres. Vamos a pasar la Nochebuena y la Nochevieja con ellos.

—¿Tráfico de drogas?

—Sí, todos son por tráfico.

—¿Ha acogido algún leonés?

—Pues sí. Un leonés, que estaba con una chica de Guardo. Fui a verles y me pidieron ayuda para montar un negocio en la cárcel. Bueno, según sea el negocio, les dije. Querían poner una lavadora para montar el servicio de lavandería. Se la compramos por 800 dólores. Cuando salieron dijeron que escribirían, pero nunca más supe de ellos.

—Para que digan que los leoneses no son emprendedores...

—(Risas). Exactamente. Vivieron de maravilla porque allí un rico en la cárcel puede montar la suite a su estilo. La corrupción funciona.

—¿A usted le han intentado corromper?

—No, saben que somos honrados. Saben que euro entregado de aquí, allí lo convertimos en cinco euros. En vez de quitar el 50%, lo damos.

—El milagro de los panes y los peces.

—Sí, llama la atención todo lo que hemos hecho en 25 años con una transparencia total.

—Acaba de publicar dos libros: ‘Ser persona humana hoy’ y ‘El espíritu sopla desde el sur’. ¿Ha sentido la necesidad de contar su experiencia?

—Sí, y también decir por donde creo yo que tiene que ir la renovación. Hablo de las reformas de Francisco, de seis o siete temas que está impulsando el papa y yo tengo intención de apoyar: Volver al evangelio, aplicar el Concilio Vaticano II y ser una iglesia capaz de dialogar con el hombre y la mujer de hoy. La sociedad de hoy no tiene nada que ver con la de antes.

—¿Cuáles son esos temas cruciales?

—Con el papa Francisco ha venido una oleada de oxígeno que nos hace volver la vista a esa realidad del 75% de pobres que hay en el mundo. No podemos ser insensibles. En Bolivia lo vivimos muy fuertemente: el 70% son pobres y el 30 son ricos, muy ricos, no hay clase media. Hay unas desigualdades muy grandes y en esa línea va mi libro.

—¿Qué reformas pide?

—Una muy clara: No es razonable ni justo que la mujer no tenga ninguna capacidad de decisión en la iglesia. Eso hay que cambiarlo. El papa ya ha mostrado sensibilidad hacia este problema. Una ocasión para introducir a la mujer en la iglesia era hacer cardenal a la madre Teresa de Calcuta, que era aceptada por todos. Los laicos tienen que tener un mayor protagonismo. Por otro lado, el papa ha puesto en el centro a los pobres: a mí se me cae el alma a los pies ver que los niños no pueden hacer tres comidas al día. Hacen desayuno y cena con un ‘pansito’ y un ‘tesito’. En Bolivia mueren al año 14.000 niños y niñas por causas evitables. Un 27% de bolivianos pasan hambre severa siendo, por otra parte, un país rico. Tenemos 800.000 niños y adolescentes trabajando: No hay derecho que a estas alturas los niños bajen a la mina.

—Realidades inimaginables aquí.

—Con la ayuda de la Generalitat de Valencia hemos hecho un internado para los hijos de los zafreros. Los niños iban también a cortar la caña del azúcar como siervos de la gleba. Ahora viven en la escuela y el fin de semana van a ver a sus padres. Nosotros tenemos siempre la preocupación de dar respuestas a las necesidades reales y sentidas de la gente.

—¿Logrará el papa hacer esas reformas con tanta resistencia como hay en la iglesia?

—Hay mucha oposición, pero las está haciendo. Jesús hizo un proyecto humanitario basado en la libertad, la dignidad y la liberación de todas las esclavitudes. El papa quiere volver a esa inspiración del evangelio para que se superen esas desigualdades. Aquí en Europa, aunque allí no se siente, está todo el tema de los prófugos, los emigrantes. Yo creo que lo está haciendo muy y ese es el camino.

—¿Es un momento crítico en Europa?

—Mucho. Aquí hay una barrida de muchos valores y a Dios se le tiene aparcado. Allí no, allí se encuentran con ‘Diosito’. Yo por ejemplo no pensaba hacer iglesias y cuando vas al barrio y preguntas: Primera necesidad dicen: templo. Segunda necesidad: templo. Tercera necesidad: templo. Y les digo, ¿por qué?. Me dicen: Primero, hay que estar bien con Dios. Segundo: Donde hay iglesia, hay escuela, hay cancha… hay todo.

—La religión es el opio del pueblo, decía Marx

—La gente dice Diosito ha venido a vernos. En otro tiempo podría ser, pero hoy día no. La iglesia de Bolivia es la institución de mayor credibilidad del país. Todo lo contrario de España, porque la iglesia está con los pobres, acompañando su proceso de desarrollo y de educación.

—¿Qué papel ocupan las mujeres en su proyecto?

—Centramos el proyecto en la mujer, porque ella es la fuerza de la familia, el motor. En todos los programas está presente la cuestión de género. Nos preocupamos de que vayan a la universidad, que se formen, se capaciten… Tenemos también un vivero de microempresas donde formamos emprendedores, más emprendedoras que emprendedores. La mujer es un agente vital e imprescindible.

—¿Por qué eligió Santa Cruz?

—Me rechazaron cuatro obispos de Bolivia, decían que era comunista y de la teología de la liberación. El arzobispo de Santa Cruz, que acaba de morir, Julio Tarrazas Cardenal, buen profeta, nos aceptó y fuimos allí.

—¿Y Bolivia?

—Me invitaron los agustinos de Bolivia a dar unas charlas en el 88, cuando era obispo de Palencia. Ya estaba con la idea de renunciar e irme de misionero. Fui a Bolivia y me enamoré. Es el país más pobre de América Latina después de Haití. Como anécdota, recuerdo que le pregunté al director del Banco de Santander: ¿Tenéis alguna agencia allí? Me dijo: Por la razón contraria a la que tú vas, buscando pobres, a nosotros no nos interesa.

jueves, 9 de febrero de 2017

Ante el dolor
del mundo

Enrique Martínez Lozano


El dolor del mundo, en todas sus variadas formas, y de un modo particular la injusticia contra los inocentes, nos descoloca. ¿Qué sentido tiene tanto sufrimiento? ¿Qué podemos hacer frente a ello?
Lo que deseo compartir en estas líneas no es tanto lo que tengamos que hacer frente a él –cada cual verá a qué se siente llamado-, sino el que me parece ser el modo adecuado de acoger y viviresa realidad innegable.
Para empezar es bueno hacerse consciente de aquello que la presencia del dolor despierta o provoca en mí. Hacerlo consciente implica también aceptar y acoger todos esos sentimientos: son involuntarios y tienen una razón de ser. Solo después de esa aceptación primera podré abrirme a cuestionarme acerca de los mismos: ¿los siento ajustados o coherentes con la realidad? Y ahí puedo disponerme a escuchar la respuesta que –inmediata o no- pueda aparecer.
Si entre ellos aparece dolor, es probable que ese sentimiento tenga una tarea importante que cumplir en mí. Acogido tal como lo sienta, sin añadir ninguna historia mental a su alrededor, el dolor puede ir haciendo espacio en mi interior, generando un hueco cada vez mayor que, desalojando al ego, será ocupado por la compasión. Entonces será posible que sea la compasión quien reoriente mis actitudes y mi comportamiento.
Con todo, dadas las inercias mentales, me parece importante proponer alguna cautela.
La primera de ellas consiste en mantener la lucidez para no convertir el dolor en sufrimiento. Cuando eso ocurre, ya no es el dolor del mundo el que me duele, sino lo que –consciente o inconscientemente- he proyectado sobre él. Incluso con la mejor intención, puedo pensar que sufro intensamente por los otros, cuando en realidad tal sufrimiento lo está creando mi mente, a partir de material inconsciente no resuelto.
Eso ocurre cuando me niego a aceptar la realidad sencillamente porque no “casa” con mis esquemas o porque me frustra el modo como se presenta. Puede acontecer también cuando el dolor que percibo en el mundo toca algo herido o no elaborado en mi interior. Es mi propio problema activado lo que puede introducirme en una espiral de sufrimiento, que incluso soy capaz de enmascarar creyendo que está causado por el dolor ajeno. El sufrimiento siempre es por uno mismo…, y siempre es producido por la ignorancia básica acerca de quienes somos.
Frente a una trampa, tan frecuente como peligrosa, es urgente reconocer que todo sufrimiento –frente al “hecho bruto” del dolor, este va acompañado de resistencia y de cavilación mental– es provocado por la mente no observada; nace como consecuencia de las interpretaciones o etiquetas mentales que sobreimponemos a la realidad.
Si acallamos la mente, notaremos que el sufrimiento también se silencia. Y afrontaremos el dolor, propio y ajeno, de modo diferente. Tal vez nos venga bien recordarnos que –en contra de cierta tendencia “sensiblera”– nuestro sufrimiento no beneficia a nadie ni alivia a quien padece cualquier tipo dolor.
Frente a la realidad del dolor del mundo, acogido nuestro genuino sentimiento de compasión y de solidaridad para vivirnos desde él, me parece importante señalar otra cautela. Es la que se refiere a la tentación de omnipotencia, tan del gusto del ego. Tentación que, en ocasiones, suele ir acompañada de sentimientos de culpabilidad o auto-reproche, como consecuencia de aquel mensaje mental que nos advierte que no hemos hecho todo lo que “deberíamos hacer”.
Desactivado el sufrimiento estéril y desenmascarada cualquier culpabilidad arraigada, recuperamos la lucidez para situarnos conscientemente ante la realidad. Y sabedores también de que el dolor del mundo es “reflejo” de nuestros “desajustes” internos, nos comprometeremos en nuestra propia transformación. Solo de un interior pacificado nacerá un mundo en paz; de un  interior “ajustado” surgirá un mundo regido por la justicia.
miércoles, 8 de febrero de 2017

Lo que vemos en los demás es el reflejo de nosotros mismos

María Guerrero
Psicoterapueta

Una popular historia del cercano oriente cuenta que un joven llegó al borde de un oasis contiguo a un pueblo y acercándose a un anciano preguntó:
"¿Qué clase de personas viven en este lugar?".
- El anciano preguntó a su vez:
"¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde vienes?".
"Oh, un grupo de egoístas y malvados", -replicó el joven. "Estoy encantado de haberme alejado de allí", A lo cual el anciano contestó: "Lo mismo habrás de encontrar aquí".
Ese mismo día, otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano preguntó:
"Qué clase de personas viven en este lugar?".
El respondió con la misma pregunta:
"¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde vienes?".
"Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlas dejado" -dijo el joven-
"Lo mismo encontrarás aquí", replicó el anciano.
Un hombre que había oído ambas conversaciones preguntó al anciano:
"¿Como es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta?".
A lo cual respondió:
"Cada uno lleva en su corazón el medio ambiente donde vive.
Aquel que no encontró nada bueno en los lugares donde estuvo, 
no podrá encontrar otra cosa aquí. Quien encontró amigos allá, podrá
encontrar amigos aquí, porque, a decir verdad, lo que ellos han "visto" en
los lugares donde han estado, no es más que el reflejo de ellos mismos".
  
El primer requisito que todo ser humano necesita satisfacer para encontrar una vida digna de vivirse, es el tener una visión abierta al mundo y despojada de prejuicios.

"La gente parece no ver, que sus opiniones sobre el mundo son también una confesión de su carácter"  
Emerson.
  
Una de las mejores maneras de autoeducarse es observar nuestra interacción con los demás, puesto que estas relaciones son en esencia el reflejo de nuestra relación con nosotros mismos.
Cuando no escuchamos o no vivimos según lo que dicta nuestra conciencia, tendemos a culpar y acusar a los demás, en un intento por justificar nuestra disonancia interior.
Si no contamos con un sentido de misión y los principios con los cuales medirnos, nos guiamos solo por la opinión de otras personas en vez de utilizar nuestro potencial.
Nos conducimos por un pensamiento comparativo e imponemos nuestros motivos a
las acciones de los demás. Pensamos acerca de las virtudes y debilidades de los demás en función de como nos afectan. Capacitamos a sus debilidades para que nos controlen.
Recuerda ...
"No vemos al mundo como realmente es, lo vemos como somos nosotros o hemos sido condicionados a ver "
martes, 7 de febrero de 2017

Fotos con alma




Amigo/a internauta, nuestro colaborador Ramón Blanco, nos manda estas fotos para contemplar y sentir desde el mar de Asturias. Fotos del alma. Para escuchar. Para escucharnos.
¿Qué sentimientos te transmiten?
¿Qué te remueve por dentro al verlas?
Déjalos escritos y compartidos en comentarios.
lunes, 6 de febrero de 2017

Curso “Las claves de la felicidad”




Durante un tiempo me sentí feliz, protegida, acompañada, realizada…pero la vida me golpeo, me dejo sola  al frente de la mayor de las empresas,  mi familia, un hijo adolescente, una casa a medio construir, dos familias rotas por el dolor.  No he conocido sentimiento mas profundo que la tristeza del corazón, ese vacío,  esa soledad con la que te acuestas y la que te está esperando cada día al levantarte.
Tuve la oportunidad de conocer el Teléfono de la Esperanza  y la primera vez que participe en un taller me sentía como fuera de lugar,  creo que en el fondo no quería estar allí. Pero sesión tras sesión mis pensamientos iban dando un pequeño giro, una agradable sensación de tranquilidad, de comodidad, de satisfacción y al finalizarlo  salí con esperanza, con ilusión de cambiar, de comenzar a dar pasos más firmes y marcarme pequeñas metas.
He aprendido a escucharme, a entenderme, a quererme, a cuidarme,  a escoger pensamientos positivos y a mantenerme positiva en momentos complicados, empecé a cambiar pequeños hábitos, a centrar mis pensamientos en lo que realmente es importante para mí y me hace feliz, a respetarme, a perdonar y a  perdonarme como acto valioso y  bello, en resumen he aprendido a  vivir mi vida… sin prisas, sin exigencias, saliendo de mi zona de confort,  identificando,  expresando y manejando mis sentimientos, aceptándome tal y como soy, convirtiéndome en una persona más fuerte, más segura y confiada.
El último taller que acabo de hacer, en  el último trimestre del 2016, “Las Claves de la Felicidad” me ha seguido aportando nuevas conductas, experiencias y prácticas  para ser un poquito más feliz, aprendiendo, entendiendo y modificando pequeñas conductas.
Por todo esto, quiero dar las gracias al Teléfono de la Esperanza por su aliento, inspiración y alegría. Agradezco a las personas que me acompañaron durante las sesiones  y que hoy forman parte de mi vida, por todos y cada uno de los momentos que pasamos junt☺s, por las risas y por las lágrimas. Por hacerme sentir apreciada, por dejarme compartir con ellos momentos que no quiero olvidar, por enriquecerme gratamente con sus palabras, por sentirme identificada en muchas ocasiones.
Y por último al voluntario, Ángel,  que semana a semana nos esperaba con estusiasmo, por su  paciencia y generosidad, por recibirme con su sonrisa y despedirme con un abrazo, de esos que reconfortan.
¡Gracias!