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domingo, 2 de octubre de 2016

El placer de comer un melocotón

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Comiendo apaciblemente. Foto Jesús Aguado

Una de las últimas tarde del verano me senté en el jardín a comer un melocotón. Nunca creí que un acto tan simple me reportara tanta satisfacción.

La textura y el grado de madurez del melocotón eran estupendos. Su olor, insuperable. Y su sabor, exquisito. Mientras saboreaba cada mordisco miraba los cambios de color que iban operándose en el cielo: de azul a violeta, de violeta a anaranjado, de anaranjado a rojo… Olía en el ambiente el aroma de la lavanda y las verbenas. Sentía la brisa suave y cálida de las últimas horas de la tarde. Y escuchaba, lejano, el sonido de unas campanas.

En ese momento pensé, de verdad, que no podría ser  más feliz en ningún otro lugar ni haciendo cualquier otra cosa.

Y caí de nuevo en la cuenta de que vivir el momento presente, en toda su plenitud y con la mayor intensidad posible, cargaba de energía nuestras pilas emocionales y nos proporcionaba momentos de perfección.

A lo largo del día llevamos a cabo tantas y tantas cosas sin detenernos en ellas, que nos perdemos mucho. Nos perdemos casi todas. Comemos sin COMER. Miramos sin MIRAR. Escuchamos sin ESCUCHAR. Bailamos sin BAILAR.

Sólo con prestar atención (ahora se dice mindfulness) a todos y cada uno de nuestros actos cotidianos, nuestra vida nos parecería mucho más rica y completa. Seguramente comeríamos, miraríamos, escucharíamos y, sobre todo, bailaríamos a nuestro único son sabiendo y sintiendo lo que hacemos.

Y eso, probablemente, nos causaría el mismo placer que comer conscientemente un melocotón en un atardecer de verano.

Tenemos 9 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Gracias por alegrar los domingos

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  2. Que ganas de comer un melocotón!!!

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  3. Me ha gustado mucho esta experiencia compartida

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  4. Vivir el momento presente, es vivir, y puede ser un motivo de mis preguntas de ¿por qué estamos aquí?

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  5. El presente cura , cura y cura . Un abrazo . BlueBoy

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  6. Cuando disfrutas con lo que haces, cuando saboreas ese momento, aunque sea lo más sencillo, es lo más importante,lo que más te llena.
    JF

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  7. Amiga Escribana, esta tarde me he comido un melocotón en tu honor. No era especialmente bueno pero lo he disfrutado mucho. Gracias.

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  8. Cuantas cosas muy agradables seguro nos suceden cada día, y no somos capaces de percibirlas, pero con tu enseñanza vamos a avanzar en saber; mirar, sentir,......Muchas gracias Escribana del Reino. Con cariño Pepi

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  9. Gracias escribana por enseñarme a disfrutar de la vida...

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