«Fotografías»

La Escribana del Reino

M. E. Valbuena

Posando. Foto Jesús Aguado

Escuché una vez a Antonio Gala decir que él no sacaba fotografías de los lugares visitados, porque la mejor fotografía es la que se graba en la retina y en la memoria. Y para ello hay que observar, más que usar la cámara fotográfica.

La verdad es que pienso igual. No suelo llevar cámara cuando viajo, aunque -cierto es también- los amigos me pasan sus fotos, cosa que agradezco.

Hace unos días aparecieron sin buscarlas fotografías de un viaje realizado hace unos años. Me entretuve un buen rato en observarlas y muchos recuerdos, agradables e intensos, inundaron mi mente y mi corazón. Me gustó volverlas a ver y disfruté, no lo niego, pero cuando acabé tenía esa extraña sensación agridulce que me invade siempre que miro fotos.

Tal vez sea porque son testigos del paso del tiempo, o porque me recuerden momentos felices ahora lejanos, o porque recogen la sonrisa de alguien que ya no está conmigo, o todo junto a la vez.

Lo cierto es que siempre que encuentro fotografías, aunque disfrute mirándolas, me dejan triste. Pero hay una especie de adicción a ello, porque aunque sepa el sentimiento que me provocan y no suela hacerlas, estoy deseando que me pasen las del último encuentro.