El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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jueves, 21 de enero de 2016

Un día vino un
pobre a mi puerta...

Conversaciones con mi mente
M.ª José Calvo Brasa


Suscitó muchas dudas un artículo que escribí con un título parecido, permitidme entonces que lo aclare hoy abandonando un momento el lenguaje simbólico.
Lo escribí tras el encuentro con una persona que se acercó a mi ofreciéndome amistad, amor, cercanía y cariño en grandes dosis y tras este primer enunciado, pasó a especificar lo que entendía por tales dones. Ahí aparecieron tantas cosas que ya he vivido en momentos pasados y que muchas personas también han sufrido en sus carnes: todo estaba condicionado a obtener un claro beneficio personal; su amistad cuando le apeteciera o le viniera bien, su tiempo cuando le diera la gana y su supuesto cariño si obtenía a cambio llenar a mi costa el enorme vacío que portaba consigo. Claro está que esta persona, como todos los vampiros emocionales o parásitos emocionales, estaba convencida de la “grandeza” de sus “sentimientos”. Tras soportar a varios de su “especie” he comprendido que realmente creen ser “millonarios” en sentimientos cuando en realidad son “pobres” y para colmo “miserables” porque ni siquiera saben que lo son. Envuelven su cercanía en bellos oropeles, obtienen cuanto desean (tu tiempo, tu amistad, tu amor, tu lo que sea) y cuando los necesitas o se cansan, desaparecen porque no tienen nada que dar.
En el pasado yo no vi muchos “pobres” y me dejé embaucar, pero ahora sí los veo y no los quiero para nada cerca. Solo quitan y no aportan, dejando tras de si una estela de confusión y dolor.

Tenemos 3 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Es justamente con esos pobres con los que hay que trabajar. La vida junto a los ricos es muy aburrida.

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  2. Muchas gracias por la aclaración, y te felicito, al percibir a estas personas, y que ya no se aprovechen de; tu tiempo, valores, capacidades etc. Pepi.

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  3. Yo aún no acabo de detectarlos...y aún haciéndolo, no puedo evitar volcarme, pero eso sí haciéndoles conscientes en la medida que yo lo soy.Si no, qué sentido tiene relacionarse? Cada persona parte de lo aprendido y está en un momento. Nadie queremos sentirnos heridos por faltas de amor, pero se puede evitar si somos fieles a cómo queremos ser?Siempre hay sorpresas al otro lado, unas mejores que otras, pero hasta no entrar en relación . no se sabe cómo se va a desarrollar, no?
    Me gusta tu artículo, ayuda a reflexionar y a caer en la cuenta de ese tipo de "pobreza".
    Ojalá que quien esté más avanzado en estos terrenos haga partícipe de su consciencia a los menos avanzados. Es un deseo.
    Muchas gracias M. José.

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