El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 13 de agosto de 2017

Una flor
en el camino

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Fotografía. Jesús Aguado
Con frecuencia recojo flores en el monte. Las agrupo en pequeños ramilletes y elaboro con ellas cestas decorativas de agradable olor. Por ello, en cada paseo campestre, acostumbro a mirar a mi alrededor en busca de flores.
A veces me encuentro una flor solitaria, rodeada de piedras y tierra, en medio de una senda. Y me hace gracia. Puede tratarse de una margarita, un brote de roble, una flor de manzanilla, un espliego… En cualquier caso, una sola.
Me recuerda a ese tipo de personas que siempre están en medio de todo, llamando la atención como pueden, porque es su forma de reconocerse y valorarse. Aislados del grupo porque se creen diferentes y huidizos de todo lo que suene a colectivo o público por temor a contaminarse. Van de únicos y especiales y, a veces, tan sólo consiguen que se les pise y se pase por encima de ellos. O se les evite. Triste, ¿no?
De hecho, yo no suelo arrancar esa flor solitaria para mis propósitos. Simplemente la miro y paso de largo. Allí se queda, en medio del camino. A pesar de llamar mi atención, no la elijo para la elaboración de mis cestas.
Así también esas personas “especiales” atraen, llaman la atención, pero acaban sin formar parte de ningún proyecto, porque en los proyectos –a pesar de la diversidad– todos son uno.

Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Unas cestas muy bonitas, por cierto

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  2. A veces al ver esas flores solitarias en medio de unas piedras he pensado : que valiente !! Aún así crece , florece y saca sus colores . Un abrazo . BlueBoy

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  3. ¿Por qué no forman parte de tu ramillete las flores que encuentras solas en el camino?, si las reúnes a las de tu ramillete, ¿no haces que sean todo uno?. Pepi

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  4. Una flor en el camino, me enseñó que mi destino, era rodar y rodar...rodarrr y rodarrr... decía una canción. Si miramos,si a pre CIA mos a todAS las flores, sin clasificarlas más que para nombrarlas, no para dividirlas entre las mejores o peores, las que nos aportan lo que nos gusta y las que no miramos porque no nos gustan...Si miramos con atención sobrevalorada y extremado cuidado en el mirar a lo mejor, también apre cia mos otras características que nos igualan a todos/as: su soledad,su tristeza,su falta de integración, su aislamiento, quizá también su recogimiento en todas esas cualidades que la equiparan a mí y que tengo,aún en mis mejores momentos,cuánto más en los peores. Quién no ha sido nunca una flor en un desierto,quién no ha tenido una mirada perdida,huidiza,quién no ha buscado la soledad y ha sentido la tristeza que te aisla y te regresa a la vez??? Quién no ha sido esa flor en alguna,en muchas ocasiones de su vida? Quién tira la piedra a esa flor? Desde luego, no seré yo. Bendita flor, que conduce a mi interior.

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