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martes, 25 de diciembre de 2018

El talón de Aquiles

El talón de Aquiles
Tomás
Gracias a mi mujer,  Mariví, conocí a la buena gente que se mueve en torno al Teléfono de la Esperanza, pues ella había participado en varios de sus talleres. Empecé acompañándoles  en las etapas del Camino de Santiago, he participado también en algunos talleres y ahora, varios años después de mi primer encuentro con este maravilloso grupo, como agradecimiento a todas las cosas positivas que he recibido, me gustaría aportar mi granito de arena contando desde este rincón algunos episodios de la Historia que nos hagan ver al ser humano en sus miserias y también en toda su grandeza. Que nos sirvan de reflexión o al menos nos entretengan.
Me llamo Tomás y nací en Astorga diez años antes de que Armstrong pisara la Luna. Acabé el instituto cuando Franco murió y terminé magisterio un año antes de que Tejero intentara el golpe de estado. Después inventaron los ordenadores y el mundo que conocíamos hasta ese momento cambió. Como veis la vida de cualquier persona está jalonada por hechos históricos que hemos vivido y vivimos, unas veces siendo más conscientes de ello que otras.
¿Por qué se llama esta sección “el talón de Aquiles”? Pues porque Aquiles que era un semidiós, un guerrero vencedor en mil combates, murió en la guerra de Troya por una flecha lanzada por Paris, que acertó en el único punto vulnerable que tenía, su talón.  Era su punto débil y por eso mismo el que lo hacía humano. En algunas de estas historias reconoceremos, a través de los siglos, esa condición humana cuyos comportamientos no nos son desconocidos.


La tregua de Navidad

La Primera Guerra Mundial, se había desatado por el asesinato del archiduque Francisco de Austria a manos de un nacionalista serbio, Austria dio un ultimátum a Serbia y el resto de países se fueron alineando a favor de unos o de otros. Básicamente Alemania y Austria por un lado y Francia, Inglaterra y Rusia por el otro. El conflicto empezó el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918. En esta guerra participaron más de 70 millones de soldados y hubo unos 20 millones de muertos.
En los comienzos del conflicto se estancaron los frentes pasando a una guerra de trincheras cuyas líneas no sufrían variación. Llegaron las lluvias, el frío y la nieve del mes de diciembre. El Káiser ordenó, para que las tropas alemanas combatieran la nostalgia de esas fechas, que se enviaran a las trincheras raciones extra de víveres. Los soldados para celebrarlo colocaron abetos iluminados al borde de las trincheras, ante el asombro de los soldados ingleses del otro lado. Los alemanes continuaron su celebración entonando el villancico “Noche de paz” que repentinamente fue respondido por los británicos cantándolo a su vez en inglés. Ambos lados continuaron el intercambio con saludos de Navidad. Más tarde empezaron a salir con banderas blancas de uno y otro lado para intercambiarse bebidas y tabaco. La artillería permaneció en silencio durante esa noche. Se permitió recoger a los muertos de ambos lados mostrando un respeto mutuo. En la mayoría de los sectores la tregua solo duró esa noche. En los años siguientes se ordenaron bombardeos el día antes de Navidad y las tropas fueron rotadas para evitar que se familiarizasen con el enemigo y se volviese a repetir el suceso de la Navidad de 1914.

Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Cuánto nos cuesta aprender!!

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  2. Ello demuestra que, en realidad, el ser humano quiere y desea cooperar en lugar de guerrear.

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  3. Me alegra muchísimo Tomás de que puedas mediante éste medio, contarnos historias de la historia.

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  4. Gracias Tomás por tu colaboración, no dudo de lo mucho que voy a disfrutar leyendo tu historia de la historia cada semana.

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