El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
domingo, 24 de octubre de 2010

LA CULPA FUE MÍA


La frase la repetía una chiquilla de quince años mientras me contaba, llorando desconsoladamente, que su novio le había dejado por otra. Y se culpaba porque se había quejado cuando el chico le golpeó, eso sí, con razón. La primera vez no, pero la segunda se enfrentó a él y éste había decidido que no era digna de ser su novia. Ahora ella se lamentaba.

Escuchando argumentos semejantes una se pregunta qué estamos haciendo para que niñas de tan pocos años asuman la culpabilidad del maltrato al que son sometidas.

En una sociedad donde la violencia de género se condena, donde nos manifestamos cada lunes y colgamos lazos morados en las Instituciones por cada víctima, donde se proponen listas públicas de maltratadores y se lanzan campañas de sensibilización hacia el tema, parece imposible esta situación.

Tal vez, deberíamos plantearnos fortalecer la dignidad personal de nuestros hijos desde su infancia, evitando así que agentes externos les tengan que llenar los vacíos de autoestima que arrastran cuando llegan a la adolescencia.

La Escribana del Reino



Todavía no hay comentarios

Esperamos el tuyo