VUELVE, JOSEFINA, VUELVE....

Este blog llevaba un par de meses preocupado, que ya sabéis que es mucho más que ocupado, y sobre todo triste. El motivo de tal pena no era otra que Josefina. Llevaba dos meses desaparecida de su hogar. Nadie sabía darnos noticias de su paradero. Las paredes del pueblo entero se llenaron de fotos suyas. Algunos vecinos hablaban de algo irreversible. El sacristán opinaba de tocar las campanas en su recuerdo, campanas de melancolía.

Jamás me podía imaginar que iba a estar escondida detrás de aquel bosque de robles y aquellos matorrales de espinos. Enseguida me di cuenta que era ella. Estaba esquiva y lastimera.

- Josefina, el pueblo esta apenado, tienes que volver al campanario..

- Más estoy yo, carajo

- ¿Qué te aflije?, le pregunté yo sabiendo que lo primero que hay que hacer es preguntar por los sentimientos

- El Rodolfo este año está frígido, pues no me ha cubierto y al no cubrirme no he tenido descendencia y al no tener descendencia me he quedado sola. Así no tendré nietos. ( En este instante Josefina enmudeció. Yo le dije que no me importaba que llorara y que además, era muy sano desahogarse, porque hacía poco había estudiado el modelo conjuntivo de relación de ayuda, de un tal Madrid).

- Comprendo cómo te puedes sentir, debe ser algo lamentable, deprimente, angustioso..

- El Rodolfo desde que el cura no viene los domingos a misa y ya no se recitan las letanías del rosario ni se cantan las canciones de toda la vida de "bendito, bendito" o "Tú has venido a la orilla..", ya no se estimula; está inapetente y eso que yo he tratado de hacer piruetas y de lavarme los dientes y depilarme...., pero ni por esas.

- Te echamos mucho de menos, ¿sabes?. El Pedáneo ha puesto un bando diciendo que el que consiga que Josefina vuelva al campanario lo gratifica con cien euros...

- Si tú consigues que vuelva el cura a decir misa al pueblo, vuelvo y que se celebre el mes de de María - es cuando mi Rodolfo está más salidillo - y la novena de San Antonio - en esos días celebremos nuestra tarde de bodas- y ...

De vuelta a casa, este blog se dirigió al Obispado a implorar la vuelta del cura al pueblo. "Aunque sea viejo", le dijo al Sr. Obispo. Y el Sr. Obispo le mandó un Cura mayor que estaba sordo y al estar sordo cantaba más alto y rezaba el rosario con más fuerza, hasta tal punto que la Josefina estaba contentísima y el Rodolfo como loco, aunque no fuera la estación del apareamiento..

Está claro, que para todo hay una solución. Las fotografías muestran a la Josefina huida y a la Josefina en su hogar.