El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 28 de febrero de 2016

Inclemencias

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena


Era una tarde negra, gélida, lluviosa y con fuertes ráfagas de viento. Una de esas tardes de sofá, mantita, novela y manzana. Una tarde para no salir, para disfrutar del calor y la comodidad de casa mirando las inclemencias a través del cristal.
Pero… decidí salir. Y la no casualidad quiso el encuentro.
Ahora no recuerdo el frío, la lluvia, el viento ni la oscuridad de aquella tarde. Los recuerdos que me vienen son los de las palabras casi gritadas para hacernos oír, el ruido de nuestras botas pisando los charcos de agua, las risas provocadas por los virajes del paraguas a pesar de sujetarlo con todas nuestras fuerzas, las salpicaduras provocadas por los coches.
De aquella aciaga e inclemente tarde recuerdo la conversación, la risa, las miradas, la complicidad, la cercanía.
Cuando volví a casa estaba contenta, satisfecha y feliz. Sobre todo cuando, al abrir la puerta, me recibió el calor y la tranquilidad del hogar, y me quité las botas y la ropa de abrigo y pude, entonces sí, dedicarme a leer en el sofá, arropada con la mantita.
Seguro que hubiera sido una buena tarde si me hubiese quedado en casa leyendo. Seguro. Pero, desafiando a la apetencia, conseguí una tarde especial. Una tarde divertida, distinta y juguetona. Inesperada. Para no olvidar.
Conclusión: nunca sabremos lo que las inclemencias nos pueden acarrear si no nos dejamos sorprender por ellas.

Tenemos 7 comentarios , introduce el tuyo:

  1. En general nunca sabremos lo que nos espera si cerramos la puerta a la "vida".

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  2. Eso, la vida siempre esta ahí dándonos sorpresas

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  3. Bienvenidas inclemencias. BlueBoy

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  4. Te deseo que sigas con esa fuerza interna....
    Que nada, ni nadie te detenga....
    Que sigas sabiendo encontrar sorpresas en tu vida...
    Que sigas percibiendo lo positivo y negativo que se desarrolla en el entorno de tu vida, allá por donde vayas. Pepi

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  5. Las casualidades no existen. Una vez más lo constato.

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  6. Siempre eres capaz de descubrir un rayito de luz en esa noche oscura, encontrar una oportunidad, sondear nuevos caminos, aceptar lo que en ese momento hay...
    JF

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