El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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jueves, 15 de marzo de 2018

Hay un escritor en ti

El rincón del optimista
Juan


Hace unos días impartí un taller de periodismo en el Instituto de Secundaria de Sahagún (León) donde estudié de joven. La orientadora que me propuso la charla dentro de un ciclo de animación a la lectura, Goyi, fue compañera de clase en el mismo instituto. La experiencia fue muy buena, más diría yo, excelente. Me afloraron hermosos recuerdos, pude comprobar que soy mayor de lo que incluso pensaba, aunque no me quejo porque creo que la vida me ha tratado bien. Vuelvo al surco, que me desnorté.
Otros invitados a participar en estas jornadas pasaron por las aulas del IES leyendo textos propios de poesía o narrativa de los que son autores. Yo me centré en transmitir a las chavalas y a los chavales, adolescentes todos, el placer que se puede llegar a sentir por la escritura, puro amor diría yo. Repasé con ellos las reglas básicas del periodismo, de la información y de la responsabilidad de informar bien, vimos los numerosos medios de comunicación que existen en el panorama nacional, provincial, comarcal y local, la fuerte incursión de los digitales en la red de redes, analizamos alguna noticia y hasta nos aventuramos a redactar una información relacionada con el propio Instituto en el que estudian.
Conclusión que intenté trasladar: sin escritura no es posible lectura; si no hubiera nadie que escribiera no habría textos para leer, ni libros ni periódicos ni siquiera películas de cine que un guionista ha tenido que escribir previamente. Pero quien escribe también necesita leer, es la forma de retroalimentar la maquinaria literaria, el mejor modo de mantener engrasado el sistema de creación, que algunos llaman inspiración. “No creo en las musas, pero si me visitan, que me pillen trabajando”, dijo el genial Picasso. Eso es, que antes de ponerme a escribir haya leído lo suficiente. Aunque nunca es suficiente. Claro, los jóvenes alumnos se quejaban de que ya bastante escriben en exámenes, trabajos y deberes de clase como para ponerse a escribir textos creativos. De acuerdo, me conformo con que les quedase la idea y, quién sabe, quizá algún día lo pongan en práctica.
Hoy y aquí te vuelvo a invitar a que cojas bolígrafo-lápiz y papel (u ordenador) y te lances a escribir. Te aconsejo que lo hagas a mano, es más lento y da pie a pensar ‘mejor’. No necesitas hacerlo para publicar nada, sino sólo en plan diario, con reflexiones, pensamientos, opiniones, incertidumbres, vivencias, recuerdos, sueños… para tu uso exclusivo. Escribir lo bueno y lo malo es una gran terapia. No me valen excusas como que no tienes tiempo suficiente. Es tan sencillo como dejar reflejado en tinta lo que te pasa por la cabeza. Sabes que la sucesión de pensamientos recurrentes revuela a todas horas por tu mente y confiesa que tienes problemas para echarles freno. La herramienta del lenguaje la tienes. Haz el esfuerzo, merece la pena. Y cuando acabes de escribir, mete la libreta o el folio en un cajón.
Lo bueno de esto que te propongo es que cuando releas lo escrito pasado un tiempo, seguro  que disfrutarás de ello, no me cabe la menor duda. Lo verás relativizado, sin la inquietud del momento en el que lo escribiste. Porque cada persona encierra un escritor. En ti también lo hay. Hoy puede ser un buen día para comenzar. Plantéatelo al menos.
Asín sea.

Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. El escribir para mí es muy beneficioso. Escribo mi diario desde hace muchos años. Cuando tengo: un disgusto, contratiempo etc., se me crean emociones negativas que me están haciendo daño ,y necessito: sacarlas, integrarlas etc. etc. y en el momento que tengo tiempo me pongo a escribir, y muchas veces tengo que dejarlo, y en otro momento retomar la escritura. Y me resulta sumamente sanador. Pepi

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  2. No me gusta escribir, pero si que disfruto mucho de los que escriben.

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  3. La lectura resulta muy atractiva cuando somos capaces de descubrir lo que el autor quiere transmitir.
    Elena.

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