El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
viernes, 2 de julio de 2010

CLAUSURA DEL TALLER DE AUTOESTIMA: “Me llevo pedacitos de alma..”

Este blog recibió un chivatazo de que el Taller de Autoestima, realizado en León, sería clausurado a última hora de la tarde. Durante un par de horas el reportero enviado al efecto aguantó estoicamente a que salieran todos los participantes para recoger sus primeras impresiones a la salida del albero. La emoción era evidente.


Glori fue la primera que voluntariamente habló ante nuestros micrófonos: “Este taller me ha ayudado a volver a mi misma. He vuelto a encontrarme y lo que es más grande, a quererme. Quiero aceptarme con mis virtudes y defectos. Vivir en paz”.

“A veces me levanto ya cansada y desanimada; en esos días no me molesto ni en arreglarme y voy directamente al sofá; en este taller he descubierto que esa no es la solución y que...”, quien así habla es Manuela, que reconoce la necesidad de ser amable consigo misma y decirse una y mil veces “adelante, siempre adelante”.

Mercedes nos manifiesta que ha aprendido a “diferenciar mis sentimientos y he sentido que las personas en el fondo somos muy parecidas”. También expresa lo importante que es el grupo en el trabajo de crecimiento personal, como tira de una y la ayuda a crecer y madurar. Por último expresa su agradecimiento a las personas que altruistamente están en el Teléfono de la esperanza, “en estos tiempos en que la generosidad no se lleva”.

A Consuelo le pedimos que comparta con este blog lo que se lleva de este taller: “Me llevo los pedacitos de alma que todos hemos puestos en estos días, la convicción y la calidez de los coordinadores, y el sentirme acogida. Me he sentido feliz y lo valoro enormemente”.

Con pocas palabras y desde su propia timidez, ya rota en este taller, Piedad nos expresa, que lo vivido ahonda sus “ganas de trabajar y de esforzarme en el lado positivo de si misma; he logrado aceptarme como soy y esto me da serenidad”.

De forma solemne y magisterial, Petri, afirma que “el Teléfono de la Esperanza intenta dar respuesta a los problemas que el ser humano arrastra por dentro y eso es algo imprescindible, por eso presta una ayuda tan grande. Creo que este taller y otros similares son una oportunidad para cualquier persona que desee crecer y replantearse su vida”.

Ofe nos confiesa sorprendida que ella pensaba que “no tenía adicción alguna, pero he desvelado que sí: no tanto al amor o a la aprobación de los demás, pero sí a la justicia, entendida de una forma muy particular”.

Una persona del grupo nos pide permanecer en el anonimato, pero no por eso quiere dejar de compartir su vivencia: “Yo hago una valoración muy positiva del taller. Me ha dado apoyo social, me he sentido escuchada y he encontrado luz a mis propios problemas”.


De una forma intencionada, Mª. Angeles, se nos hace la encontradiza, cuando ya este blog apagaba cámaras y micrófonos: “He vivido en estas sesiones momentos de tranquilidad, de felicidad y de alegría. He descubierto que no consigo nada adelantándome a los acontecimientos y que tengo y quiero pensar en mi. Darme cuenta de que los problemas de los que me rodean “no” son mis problemas, ha sido algo importante. Saber escuchar, quitar de mi pensar diario frases como “no puedo, no soy capaz..”, aceptarme como soy y que mis estados emocionales no dependan de las opiniones y comentarios de la gente. Aunque llevo años trabajando en psicoterapia, las nueve sesiones de este taller me han dado un gran empujón...”. Nos habla con la emoción de quien no puede contener las lágrimas porque sabe que lo que ha vivido ha sido grande, tanto como lo que le espera.

Este blog decide unirse a la fiesta de despedida de este taller, compartir la tortilla jugosa y la ensalada fresca, los dulces hechos con amor y la conversación sincera y entrañable, sabiendo que a esta etapa le seguirán otras, porque el camino de la madurez personal y de la integración está lleno de escalas y todas ellas son igualmente importantes.

Todavía no hay comentarios

Esperamos el tuyo