Seguro que todos nos hemos encontrado en alguna ocasión con personas cuyo único objetivo parece ser el quitar ilusión allá por dónde van. Estén donde estén se especializan en criticar más que en actuar, en sacar defectos más que en apoyar, en hacer retroceder más que en avanzar. Y me pregunto si el desencanto que siembran a su alrededor les compensa.
Yo, que no soy precisamente acrítica y condescendiente con todo, siempre me cuestiono desde dónde lanzo las críticas que hago. ¿Desde la herida abierta? ¿Desde la envidia? ¿Desde la actitud constructiva o desde la negativa? ¿Desde el querer mejorar o el querer hundir? ¿Desde el ir sumando juntos o desde restar al otro para sumar yo? Y, desde luego, no siempre me descubro del todo objetiva.
Con el transcurso de los años he ido poniendo las cosas en su sitio. Las opiniones ajenas, interesadas o no, también. Y ello me ha hecho descubrir que no siempre son buenas intenciones las que nos rodean y que no me gusta sentirme sitiada por provocadores de desencanto que cuentan, como únicos méritos en su carrera, descabezar ilusiones e igualar a todos en la mediocridad.
¿Realmente se consigue así una porción extra de felicidad?
La escribana del Reino
M.E.Valbuena
Me enoja y me aburre y rehuyo de quienes sólo están para criticar sin poner el hombro. A esos que solo sirven para destruir les preguntaría ¿Y tú qué harías? Lo que haces ya lo se: criticar para destruir. ¡¡Piénsalo, hombre, piénsalo!!
ResponderEliminarEL tiempo transcurre, entre otras cosas, para aprender y uno de esos muchos conocimientos que nos da, está relacionado con la crítica, con pisar cabezas para medrar. ¿Alguien no lo ha hecho en alguna ocasión? Tal vez algún santo, y solo desde la perspectiva de una historia que le llevó a los altares.
ResponderEliminarControlar los impulsos destructivos, valorar hasta que punto destruir crea, etc. Solo el tiempo, el conocimiento y la inteligencia (bien aplicada) harán ver la verdad. Pero nadie será un santo, y siempre se pisará un pie, se romperá un corazón por conseguir algo. Quizás no sea eso lo más importante, tal vez sea saber resarcir y curar el daño hecho. El castigo nos lo dará el tiempo, en forma de soledad, de reproche o en cualquiera de la mil crueldades que sabe aplicarnos.
Si has de pisar, que sea suave y sin zapato.
Es la unica manera que conocen de subirse la autoestima y sentirse superiores
ResponderEliminarDetrás de muchas de esas críticas están nuestros miedos y anhelos, sin embargo, es mucho más fácil desprestigiar al otro y no actuar sobre la raíz del problema: nosotros mismos.
ResponderEliminarEn cuanto a esas personas realmente me dan pena porque tienen que recurrir a eso para demostrarse algo que no son. Cada uno es consciente de sus más y sus menos y no debemos cometer el error de dejarnos influenciar por sus pensamientos; si lo hiciéramos les estaríamos dando el gusto y la razón de que esos son los medios para conseguir los objetivos. Os pregunto, ¿Estáis dispuestos a concederles ese honor? ¿Queréis gastar tiempo de vuestra vida pensando en esa gente o lo que os hace?¿preferís alegraros de no ser como ellos?
Como frase final me gustaría recordar que quien tiene la última palabra es uno mismo, ellos pueden intentar acabar con tus ilusiones, pero eres tú quién decide si continuar con ellas o no.
Los provocadores de desencanto se parecen al calamar, siempre echando pinta y enturbiando el ambiente, para defenderse, para enrocarse, para hacer digerible la propio mediocridad. Me uno a los que hacen avanzar la realidad, a pesar de las pedradas que reciben. Gracias.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta reflexión y aporto una de Salva Vizcaíno (coordinador del curso "El arte de comunicarse bien": El hablaba de: "Algunos atentados contra la visión positiva".
ResponderEliminarHay varios apartados:
1. Contra uno mismo: Pesimismo, visión negativa de sí mismo, infravaloración, amargura, negativismo, depresión y egoísmo como frustración de la capacidad de amar y de establecer relaciones positivas.
2. Atentado contra los demás: Visión negativa de las demás personas, critiqueos, chismorreos, comentarios negativos, descalificación de los demás, invasión de los límites del otro con agresividades, chantajes emocionales, etc.
3. Atentado contra la vida en general. Catastrofismo, destructividad y negativismo y aquí es donde dijo la frase: "Un voluntario o militante debe ser un resuelve pegas; en vez de dedicarse a poner pegas o fijarse en ellas, debe de encaminarse con todas sus fuerzas a resolverlas".