El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 22 de mayo de 2011

VERDADES IMPERECEDERAS


Hace poco he releído un libro que en su día me gustó y ahora me ha parecido más hermoso aún. Se trata de “La conquista de la felicidad”, de Bertrand Russell, escrito en 1930.

En él, Russell sostiene que la felicidad no se tiene porque sí, sino que se conquista día a día. ¿Cómo? Entusiasmándose con lo que uno hace, poniendo cariño en las cosas, cuidando a la familia, trabajando en lo que a cada cual le gusta y, si no es posible, creando centros de interés –cuantos más mejor- que nos mantengan activos e ilusionados, esforzándonos por mejorar y aceptando lo que no podemos cambiar.

Previamente a esta receta de la felicidad analiza las causas de la infelicidad, entre las que apunta la competencia, el aburrimiento, la envidia, el sentimiento de culpa, la manía persecutoria y el miedo a la opinión ajena. ¿Nos suenan, no?

Merece la pena la lectura del libro, aunque sólo sea para darnos cuenta de que hay cosas que no cambian por mucho que hayan pasado los años, por ejemplo, cómo conquistar la felicidad. Lo que valía hace 80 años, sigue valiendo hoy.


La escribana del Reino
M.E.Valbuena

Tenemos 3 comentarios , introduce el tuyo:

  1. qUIERO ACERCARME A LA FELICIDAD Y QUE ELLA AL ACERCAME YO NO SE ALEJE. GRACIAS ESCRIBANA POR RECORDARME LO QUE ESTA DE MI PARTE HACER.

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  2. Estoy de acuerdo en que la felicidad no es un alotería. Surge del esfuerzo del día a día, de la voluntdad de querer hacer las cosas bien, de la valoración de lo sencillo, de la apreciación de la belleza de una flor, del quererme como persona... todo esto me suena y mucho a lo que, día a día, se vive en el TE. Por tanto, ahí, en el TE, estamos tras la felicidad.

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  3. Me ha gustado mucho el recordatorio de hoy, y para mí también es efectivamente felicidad el valorar día a día las cosas más sencillas.
    Acabo de llegar de Lugueros y he pasado un día maravilloso; entre la temperatura, observando las montañas, escuchando el ruido del rio, de los pajaros, grillos etc.
    Así que los poetas, como Valentín, hay que ver la poesia que harian del día que he pasado je je...
    Y ahora M.A.P. va a meditar a tope, haciendo el ejercicio de la sesión de mañana (que se las trae), porque no todo va a ser diversión y felicidad.

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