El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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jueves, 28 de septiembre de 2017

De Reliegos a León: Camino de Esperanza

Javi-Pili-Laura


Después de estos meses de vacaciones vamos a continuar con nuestras etapas del Camino de Santiago. Ya teníamos ganas de volvernos a encontrar.
Este 23 de septiembre ha sido un día especial porque hemos llegado caminando a nuestra ciudad, a León. Parece que fue ayer y ya hace casi dos años que iniciamos esta maravillosa aventura en Roncesvalles. Hemos atravesado Navarra, que nos ha maravillado; La Rioja; Burgos a la que dedicamos varias etapas para conocer sus tierras; Palencia... y así llegábamos a la provincia de León y por fin hoy, a nuestra ciudad, a León.
Arrancamos este día, como siempre madrugando. Es un día intenso, lleno de actividades y queremos aprovecharlo desde el primer instante. En esta etapa llevamos hasta una mascota "Lincoln", un perro muy amoroso  que nos ha cuidado todo el camino.
Está amaneciendo y  hemos saludado al nuevo día al son de la música y de las danzas, contemplando  los primeros rayos de sol desde Reliegos.
Sentimos el frescor de la mañana que nos invita a tomar nuestro café calentito en Mansilla.
Hemos caminado en silencio unos detrás de otros formando una gran fila ¡qué importante es caminar juntos, sin correr y sin pararse, sabiendo adecuar nuestro paso al del otro!  El silencio nos invita a escucharnos a nosotros  mismos, a escuchar el canto de los pájaros, a contemplar el cielo azul y  el cambio de color de las hojas en este estrenado otoño... Ser conscientes de lo que tenemos a nuestro alrededor, de los pequeños detalles que la vida nos regala cada día.



A orillas del río Porma hemos formado con nuestras mochilas  un corazón grande para abrazar a todos y en el que quepan todos. Y en ese corazón hemos depositado nuestros deseos que queremos se hagan realidad. Dentro de estos deseos está también la paz y por eso leímos un poema titulado "Para  la guerra, nada ", porque la guerra no la queremos en nuestro corazón.
En el camino que nos  va acercando a León ya no encontramos sombras, el sol va calentando con fuerza y el último tramo resulta más  costoso con sus empinadas cuestas, y algunos empezamos a flaquear. Y así entramos en la ciudad, pensando ya en nuestros bocadillos que vamos a comer en un lugar idílico  como es La Candamia donde todo está dispuesto, mesas y sillas bajo una gran sombra, rodeados de césped y cerquita el riachuelo. 
Y ahora, ¿qué vamos a hacer el resto de la tarde, si ya hemos acabado la etapa? … pues nos vamos a refrescar  y a descansar a nuestras casas porque  a las siete vamos a deleitar con nuestro repertorio de danzas dirigido por nuestro amigo y compañero Ángel a la ciudad de León. Queremos hacerles este regalo e invitarles a quien quiera  que nos acompañe. 
A continuación, nos vamos de viaje turístico por la ciudad en el trenecito que nos lleva a recordar los monumentos más importantes y  que  a veces no valoramos.
Para poner el punto final a esta etapa nos vamos a cenar todos juntos. ¡La Organización nos ha obsequiado con una cena por todo lo alto! Nos han tratado bien en todos los lugares  del Camino, pero como en León, en ninguno.
A lo largo de este Camino todos hemos sido importantes y todos hemos contribuido y aportado nuestro granito de arena. Etapa a etapa hemos ido configurando un gran puzzle.

“CAMINO DE ESPERANZA”.
Cada  etapa ha sido distinta  y para cada uno ha tenido un significado  que nos ha aportado algo, pero para todos ha sido inolvidable, imborrable, lleno de recuerdos, de vivencias, de compartir y convivir, de cariño, de amistad, de formar una gran familia.
Gracias al Teléfono de la Esperanza que  a través de él “ha nacido”  este grupo de peregrinos y cuya Presidenta Mercedes nos acompañó y compartió con nosotros este día,  siempre a la cabeza, siempre es un ejemplo.
Gracias a la Organización por haber hecho posible este sueño, por sus desvelos y  cuidados. Gracias a las personas que dedican su tiempo haciendo las fotos, montando reportajes, preparando juegos y desgranando la historia…                                           
Al final de la cena nos hemos despedido cantando el himno que hemos ido adoptando en las últimas etapas:
“…Hoy, que es tiempo de sanar
las  heridas del tiempo
Hoy que pronto será ayer
regálate el momento…”

Tenemos 3 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Fue un día muy bonito y muy completo

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  2. Me alegro por todo el beneficio que habéis recibido Pepi

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  3. Muy agradable etapa, un día inolvidable y un excelente resumen, gracias familia.

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