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martes, 5 de septiembre de 2017

El “botellón”

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra


Las grandes ciudades, los fines de semana, se significan por un hecho: “el botellón”: grupo de jóvenes que se reúnen en torno al consumo de alcohol. El resultado: comas etílicos, ruidos, protestas de los vecinos e intervención de la policía.
Se ha producido, pues, un cambio en la forma de beber: de la manera tradicional de consumo mediterráneo, consumo vinculado sobre todo a la comida, se ha pasado al modelo “anglosajon”, en el que se bebe mucho en un corto período de tiempo (“botellón”). El “bringe drinking” es de alto riesgo porque: produce intoxicaciones y puede provocar tolerancia al alcohol y también puede producir alteraciones cerebrales irreversibles sobre todo en los adolescentes. Además de cambios en las relaciones personales, del rendimiento escolar, comportamientos violentos o conductas peligrosas para sí mismo o para los demás (conducir o relaciones sexuales sin ninguna protección).
El “botellón” es una reunión masiva de jóvenes, que se juntan para beber y divertirse en espacios al aire libre. Generalmente está acompañada por drogas y sexo. La realidad es que cada vez se comprueba que el último y primer fin del botellón es “beber alcohol”. Aunque es cierto que es un modo festivo de celebrar el encuentro entre amigos, tiene otros significados: manifiesta el poder del grupo como dominador de un territorio (“nos reunimos donde queremos y cuando queremos”), al mismo tiempo que potencia la pertenencia al grupo. Sus precedentes son la “litrona” o el “guateque”, que también tenían ese significado de rebeldía y la hegemonía del grupo. La parte sana de este fenómeno es la primacía del grupo; lo patológico es el consumo de alcohol y el poco respeto por los derechos de los demás (no se tiene en cuenta el ruido que se hace en las altas horas de la noche, la suciedad o las conductas agresivas). Una de las explicaciones que se ha dado a este “atracón” de consumo de alcohol  es como una forma que tiene la juventud de superar la frustración cotidiana y conseguir la satisfacción de forma inmediata.
Así, pues se  han dado diferentes lecturas a este fenómeno: desde que es un ritual de transición de la adolescencia a la adultez, a que es una forma de expresar su protesta por la opresión de esta sociedad de consumo (se bebe en la calle porque es más barato), hasta una forma de integración grupal.
Pero lo más llamativo de este hecho es que el joven necesita el alcohol para poder  divertirse y estar bien. Es como si tuviera que dejar de ser el mismo (a través del alcohol) para poder compartir y disfrutar de la compañía de los otros.

¿Cómo saber si mi hijo tiene problemas con el alcohol?
Existe un amplio abanico de conductas que implican un consumo anormal de alcohol (desde el “atracón” de los fines de semana hasta la imposibilidad de dejar de consumir una vez comenzado o el consumo diario de alcohol). Todas ellas son nocivas para el adolescente. Aquí solamente indicaremos algunos “signos” que habría que tener presente:
  • Ante la insistencia de los padres de que bebe en exceso y su promesa de disminuir el consumo, no puede cumplir lo prometido.
  • Cuando el alcohol se constituye en el centro de la vida del hijo con detrimento de sus obligaciones laborales o académicas.
  • Observamos cambios bruscos de estado de ánimo (irritabilidad, apatía, etc.) relacionados con la ausencia de consumo de alcohol.
  • Si observamos que cada vez tiene que consumir más alcohol para producir el mismo efecto, pues es evidente que se ha producido el fenómeno de tolerancia.
  • Ante cualquier situación más o menos conflictiva la única vía de solución es el consumo de alcohol, como forma de neutralizar su angustia.
Si se dan todas estas circunstancias, o la mayoría de ellas, tendríamos que comenzar a preocuparnos e intentar que nuestro hijo consulte con un profesional de la psicología.

Tenemos 3 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Me gusta mucho Alejandro la claridad en tus exposiciones.

    Los padres tienen una gran labor ante el hijo: En primer lugar: "ayudarle a darse cuenta, de la dependencia que tiene al alcohol, y los efectos que esto le está produciendo", porque mientras "no se de cuenta" no tienen nada que hacer (que suele ser lo normal). Y si consiguen que se de cuenta (comparto con Alejandro) que vaya a un profesional. Pepi

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  2. Gracias por este articulo

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  3. Es una verdadera pena la ingesta de alcohol en nuestros jóvenes, no debería ser tan fácil hacer esos macrobotellones, pero me imagino que muchas personas y entidades se beneficien económicamente.

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