El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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lunes, 3 de junio de 2019

Los gérmenes
de la infelicidad

Laura T.


"Me he sentido acompañada"
Comencé este curso creyendo, en la primera reunión, que el nombre era “Los gérmenes de la felicidad”, por haber leído mal, o por no querer creer que un curso de autoayuda pudiese tener un nombre tan “poco atractivo”. Sin embargo, durante el transcurso del mismo, caí en la cuenta de la gran importancia que tiene estar bien informados de aquellas conductas y comportamientos nocivos que casualmente muchos compartimos y de los que no somos conscientes, pero no nos permiten lograr el estado de bienestar y calma internos que añoramos de manera constante.
Cuando llegué al primer encuentro solamente vi un grupo de personas desconocidas. Bastó muy poco tiempo para que pudiese cambiar todo en un solo día. Cuando llegamos al lugar provisional de reunión mientras la nueva sede del Teléfono de la Esperanza estaba en obras, comenzamos enseguida un ejercicio sencillo y rápido para conocernos, consistente en, si no recuerdo mal, decir unas cinco cosas sobre uno mismo. Después comentamos entre todos lo que sacamos en claro sobre la impresión que nos había dado la forma de ser de cada uno de los que estábamos allí. ¡Con qué facilidad se me abrieron los ojos! Vi de repente, y con mucha claridad, que no era la única con tormentos internos. María Elena, al ir finalizando el encuentro, dijo exactamente lo mismo que yo había concluido esa mañana: vas por la calle y todo el mundo parece estar “feliz”, tener andares ligeros y ninguna preocupación, pero no sabes qué puede estar pasando por la cabeza de cualquier persona, todos tenemos problemas, todos tenemos nuestra propia lucha, nuestra propia misión.
Estaba en una temporada en la que me sentía, para variar, especialmente sola. Ese día mi soledad se mitigó un poco, me sentí acompañada. No me hizo falta haber estado hablando demasiado tiempo con nadie y… me sentí comprendida. Isabel me cogió de las manos y me dijo que mi presencia allí haría muy bien (casi se me saltaron las lágrimas). Me fui con la certeza de querer continuar con ellos hasta el final del curso, y sorprendida con la hermosa sensación que tenía de que algo había cambiado dentro de mí.
Con cada uno de los temas semanales, lo que hemos aprendido nos ha ayudado a investigar en nosotros y nosotras mismas para sacar a la luz nuestras preocupaciones personales y sincerarnos con y entre nosotros. Nos hemos convertido en un grupo en el cual se ha creado un sentimiento muy bonito de confianza y apoyo mutuos, un grupo de personas con una voluntad común: trabajar en nuestra propia felicidad. Y durante el tiempo que ha durado esta experiencia, se ha formado una especie de paréntesis en nuestras vidas en el que hemos podido trabajar a fondo y, lo mejor de todo, en compañía.
Un paréntesis en esta etapa de mi vida que es muy valioso e importante para mí y recordaré con mucho cariño.
Muchísimas gracias, María Elena, Reyes, María, Isabel, Patricia y Javier. Ha sido un enorme placer haberos conocido y haber podido disfrutar de este curso a vuestro lado.
¡Espero que nos volvamos a reunir pronto!

Tenemos 2 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Os animo a seguid trabajando el curso. Para Pepi, empieza cuando termina.
    ¡Vaya lujo de coordinadora !.

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  2. Que gran tarea la que hace el T.E!!! Y Qué gran coordinadora pierde el T.E.!!!!

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