El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
viernes, 20 de febrero de 2015

22ª.- Las vivencias sobre el odio

Las verdades que no tengo
La redacción del blog

Este blog de la mano del escritor, pensador y vividor Raúl Rodríguez semanalmente tiene una entrada  bajo el paraguas “Las verdades que no tengo” incluidas en uno de sus libros, que al final de este periplo desvelaremos para todos nuestros internautas; no pretendo –dice el autor– inculcar verdades, que por otro lado no las tengo, más bien me gustaría que cada cual aprenda a descubrir las suyas.
La redacción de este blog se ha permitido espigar dentro de las vivencias de Rául  y hoy nos situamos en sus vivencias sobre el odio.

- Te escucho María, te escucho.
- Odio a mi padre. Nos abandonó cuando éramos jóvenes. Abandonó a mi madre, a mis dos hermanas, a mí. Es un alcohólico que ha acabado perdiendo a su familia, a sus amigos. De seguir así, un día morirá. Eso no tardará en llegar. La verdad es que casi lo prefiero.
- ¿No quisiste saber nada de él?
- Nada. Lo he borrado de mi vida.
- Lo que borras de tu vida un día volverá a ti y lo hará con mucha fuerza.
- Imposible. He colocado un muro. Nunca más me volverá a hacer daño, ni a mí ni a mis hermanas ni a mi madre.
- Si lo maldices continuará su viaje hacia lo oscuro, si lo bendices eleverá su vibración y podrá retornar a la senda de la luz.
- ¿Y cómo se puede bendecir a un ser así?
- Desde el corazón.
- ¿De qué manera?
- Deseándole lo mejor, viendo, pensando, imaginando para él una casa bonita, una ropa limpia, un trabajo decente, un alimento adecuado, una sonrisa sincera, deseando que deje la bebida y todo aquello que es la causa por la cual bebe. Viendo que su corazón se esponja y que por fin recobra la vida que ha perdido.
- ¡Pero es que él ya no tiene remedio!
- Puede que humanamente esté desahuciado, pero en la vida no todo es el lado humano, hay otras esferas, otros ámbitos. La esperanza existe y las cosas pueden cambiar.
- Yo ya no tengo nada que ver con él.
- Tú y él sois la misma cosa.
- No entiendo.
- No estáis separados. Sois lo mismo.
- Yo ya no tengo nada que ver con él.
- No es verdad. Puedes decir que no existe, pero sí existe. Puedes ocultarlo, sepultarlo, pero él está ahí.

Tenemos 10 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Es cierto que la esperanza existe y que todo puede cambiar.

    ResponderEliminar
  2. Aunque digamos ahora borro a tal persona de mi vida, en realidad no se puede, por eso es necesario estar atentos a todos los conatos de odio que van apareciendo.

    ResponderEliminar
  3. Decía Hermann Hesse que cuando odiamos a alguien lo que hacemos es odiar una imagen que parece que está en el otro pero que en realidad está dentro de nosotros mismos.

    ResponderEliminar
  4. Es verdad, él sigue estando ahí

    ResponderEliminar
  5. Puede que tengas razones para odiar, pero si tu odio es tan grande, estás cayendo más bajo que la persona misma a la que estás odiando.

    ResponderEliminar
  6. Hacerse viejo no es otra cosa que ya no poder borrar el odio.

    ResponderEliminar
  7. Amar lo que tantos años te ha hecho sufrir...... Aún no estoy preparada para esto.

    ResponderEliminar
  8. Cuanto más odio albergamos, menos inteligencia evidenciamos en nuestra vida.

    ResponderEliminar
  9. El volver a relacionarme con el hermano que me maltrato y del que llegue a decir "que era hijo de mi madre, pero ya no era hermano mio", es una de las situaciones que me han ayudado a crearme PAZ en mi vida. Pepi

    ResponderEliminar