El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 11 de diciembre de 2016

La frase del día

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena


De un tiempo a esta parte suelo empezar el día leyendo alguna frase que mantenga la columna vertebral de mi atención. Escojo una al azar y durante el día pienso en ella, medito sobre su mensaje o trato de experimentarla.
La frase de hoy no tiene desperdicio (ninguna lo tiene, la verdad): “Con frecuencia es un desastre total el que nos abre la puerta a lo esencial” de Willigis Jager.
Pensar en ello es liberador. Y experimentarlo, aún más.
Detrás de cada desgracia, de cada sufrimiento, de cada “no entiendo nada” está aquello que necesitamos saber, entender o vivir. Detrás de cada cosa hay una razón. Nada es en balde.
Cuando la pena nos embarga o la impotencia nubla nuestro discernimiento o el caos emocional acampa a sus anchas en nuestra vida, conviene tener a mano una frase como ésta para aferrarnos a ella y no desesperar, para aguantar el tirón y no derrumbarnos, para no perdernos.
El “desastre total” puede ser una bendición –y de hecho lo es-. Nos saca de nuestra zona de confort, de nuestros acomodos, de nuestras falsas seguridades. Provoca en nosotros búsquedas y autodescubrimientos. Nos hace sacar a la luz aquellas potencialidades que habíamos arrinconado por desuso o a las que nunca prestamos atención pero que, sin embargo, son parte de nosotros mismos.
No estoy pidiendo a gritos un “desastre total”. Para nada. Ojalá no hiciera falta su aparición. Estoy simplemente diciendo que cuando llegue –que posiblemente llegará- no gritemos sin más pensando que es el fin de todo. Si llega es porque nos va a enseñar algo más importante que lo que destruye. Y a nosotros nos toca confiar.

Tenemos 6 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Confiar. Esa es la clave.

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  2. Cuando la vida, de repente, te sorprende con alguna desgracia, con algún tipo de sufrimiento, con alguna mala noticia cuanto cuesta aceptar y aprender de esta nueva situación, cuanto cuesta ver algo de luz dentro del tunel.
    JF

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  3. Como dice el refrán: "No hay mal que por bien no venga". Cuando se nos presenta una situación: dolorosa, triste, desagradable.. que nos tenemos que enfrentar e intentar aceptar para efectuar un cambio ante la misma, tenemos que vivir con la esperanza de que pasaremos a "un mundo mejor". Pepi

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  4. Me gustaría creer que lo que me está pasando tiene sentido pero cuesta mucho verlo.

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  5. Me gustan tus mensajes de cada domingo,escribana. Me ayudan. Te pediría un favor para un próximo domingo: Háblanos de nuestro malestar, de cómo nosotros mismos nos generamos nuestro propio dolor, de que la raíz del dolor está más dentro que fuera, por ese empeño de ver las cosas desde el mismo ángulo o por transitar la misma acera o por esa manía tan extendida de que es mi suegra o mi cuñado los culpables de que yo no esté a gusto. Háblanos de nuestra propia responsabilidad en lo que nos pasa y dejemos de mirar fuera. No pasamos la vida achicando agua fuera, pero el agua viene de nuestro propio barco que está roto o viejo o carcomido. El agua que achicamos no resuelve el problema. Escribana, te digo como madre de familia que he echado muchos balones fuera, es fácil, muy fácil, pero cuando he dejado de hacerlo, a mi alrededor las cosas se han serenado. Hoy cuando en el trabajo me pasa algo ya no miro para mis compañeras, miro para mi y eso me está ayudando. ¿Puedes dedicar un artículo a contarnos algo de esto?
    Muuuchaas graaaciassss por todo lo que nos cuentas

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  6. Para mi, la clave también está en la confianza. En los momentos crudos, lo que aparecen más son las desconfianzas, los miedos...las sombras.
    Potenciar ahí los momentos de silencio y confianza en que Alguien sostiene sin nuestro control y nuestro "no saber" me parece algo básico para continuar serena.
    Un abrazo.

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