El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 6 de noviembre de 2011

VI UN MAR



Una tarde cálida de verano contemplé un mar. Era un mar calmado y tranquilo, con leves ondulaciones provocadas por una ligera brisa. Un mar que transmitía serenidad, esperanza, calma, plenitud. Así me sentía yo, formando parte de un todo, mientras él se dejaba admirar.

Aquella tarde estaba rodeada de personas. Unas, queridas y que me quieren. Otras, desconocidas en aquel momento. Pero todas compartimos, en silencio, la contemplación del mar. Todas nos dejamos invadir por la sensación de paz que emanaba de las tranquilas aguas. Y, ya se sabe, las cosas compartidas se viven mejor y con mayor intensidad.

De aquel momento contemplativo me queda la fotografía mental –imposible de olvidar- alguna otra inmortalizada por las cámaras -que me sitúa de nuevo allí para que la imaginación no confunda a la realidad- y la agradable sensación de haber vivido y compartido un sentimiento de plenitud y felicidad.

Así que, cuando las cosas no van como a mí me gustaría que fuesen, cierro los ojos y vuelvo a aquel mar y a aquel momento y, de inmediato, me envuelven la paz y la serenidad de entonces. Las cosas pasan, pero los sentimientos que ellas nos provocan permanecen en nosotros para bien o para mal.

Y yo aquella tarde toqué la felicidad. Y muchos la tocaron conmigo.


La escribana del Reino
M.E.Valbuena

Tenemos 6 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Yo también he sentido momentos como los que relata la Escribana y acudo a ellos de vez en cuando, para atemperar las olas de la vida, los vaivenes del camino, las espinas inesperadas de algunas rosas

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  2. Yo cuando voy a la playa no siempre recibo esas sensaciones que nos trasmite hoy "La Escribana del Reino"; pero el 23 de septiembre de este año, estaba sola en la playa de Ribadesella, eran las 16 h. no tenia prisa por ir a comer, nadie me esperaba,percibí algo muy especial; como que mi cuerpo se había puesto en sintonia con el mar, el cielo azul, el sol,el calor, el olor,la brisa etc.,llegué a tal grado de bienestar, alegria, felicidad, paz, y relajación, que me emocioné y dejé que mis lágrimas cayeran por mis mejillas y trate de tener este estado, todo lo que pude, pues sabía que no iba a durar mucho; pero,lo que nunca se me borrará, es la extraordinaria huella que me ha quedado en mi interior de dicha vivencia, y en determinados momentos he vuelto a recordarla.
    Pepi os desea un feliz domingo.

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  3. Pepi desde aquí hace la petición de que la encantaria que organizarais un curso de RISOTERAPIA.
    ¿Sabeis quien está dispuesta a dárnoslo?, la maravillosa, encantadora, extraordinaria etc.......MARIA GUERRERO.

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  4. Qué bueno que sobre todo en momentos malos, se tenga una imagen o una sensación placentera, para equilibrar y salir de lo negativo.

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  5. La palabra serenidad es una de las que mas me gustan de nuestro vocabulario, las sensaciones que se sienten en ese estado con incomparanles con otras, tenemos que estar serenos para ser felices.

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  6. Yo también he visto ese mar. Y también he sentido algo similar.

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