El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
jueves, 17 de octubre de 2013

EL ÁRBOL DE LOS AMIGOS...


Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.

Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar y hay otras que apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro amigo papa y nuestra amiga mama, que nos muestran lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros y luego pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma y del corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz y lo que necesitamos sin que se lo pidamos.
A veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces nos hemos enamorado y tenemos un amigo enamorado. Ese amigo da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.

Más también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.

También hay amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra y aunque no los vemos seguido están siempre cerca en nuestro corazón.

El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestras vidas.

Cada persona que pasa en nuestra vida es única y siempre, siempre, deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor y salud, hoy y siempre.

Sin embargo, habrá también los que se llevarán mucho y, habrá de los que no nos dejaran casi nada. Esta es la situación en la que se comprueba que dos almas no se encuentran por casualidad.

JORGE LUIS BORGES


Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Exposición brillante, magnífica, extraordinaria.... para Pepi hasta emocionante, pues ya la hubiera gustado a ella, haber tenido determinadas vivencias, en las cuales en su vida hubiera podido dar y recibir mucho más cosas, entre ellas AFECTIVIDAD.
    Desea que la frase: "TE DESEO, HOJA DE MI ÁRBOL, PAZ , AMOR Y SALUD, HOY Y SIEMPRE", quede grabada en lo más profundo de su corazón.

    ResponderEliminar
  2. Tener amigos parte de mi propia entrega, disfrutar con ellos parte de mi propia entrega, generosidad, generosidad... amigos, ¡qué bella compañía!. Norecic

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todo es "mi", ¿dónde está el "tú"? Para que haya amistad tiene que haber más de uno, yo aquí no lo veo, o mejor, no lo leo.
      Esto me parece una fantasía poco animada.

      Eliminar
  3. El tu y el mi...............es un todo
    Fernando

    ResponderEliminar