El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 8 de abril de 2012

ENCUENTROS Y ENCONTRONAZOS



Cuando tenemos la posibilidad de encontrarnos con alguien de nuestro agrado, nos deleitamos los momentos previos pensando todo lo que el encuentro nos puede proporcionar: risas, cercanía, calidez, buenas vibraciones, crecimiento personal.... A veces las expectativas son tan altas que, después del encuentro, nos sentimos algo o muy frustrados porque todas o algunas de ellas no se han cumplido. Sin embargo, habiendo disfrutado los preliminares, quitamos importancia al mal gusto dejado y nos preparamos para el siguiente encuentro con renovada ilusión y un poco de esperanza.

Cuando, por el contrario, la cita es con alguien que nos incomoda nos preparamos mental y físicamente para afrontar el evento con cierta dignidad y no salir mal parados. Acudimos en guardia, con nuestros sentidos abiertos, expectantes y receptivos y toda nuestra atención focalizada en el momento presente. Y, para nuestra sorpresa, por estar tan centrados y concentrados, a veces alcanzamos grandes logros. Grandes e inesperados. Porque, al fin y al cabo, de las chispas sale fuego.

Con ello quiero decir que no siempre lo bueno es lo mejor, ni lo aparentemente sencillo lo más fácil. El conflicto, por definición desagradable, puede proporcionarnos muchos aprendizajes vitales y abrirnos horizontes que, de otra forma, no hubiéramos descubierto.

Me consta que de encontronazos históricos han salido grandes ideas; de fracasos sonoros, nuevas alternativas; de rechazos dolorosos, ramalazos de dignidad.

También, como casi todos, puedo hablar de encuentros que han sido una pérdida de tiempo de principio a fin.

La escribana del Reino
M.E.Valbuena

Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. ¡¡Claro, porque nuestros juicios, anticipados, nos hacen errar!! De nuevo, me ha recordado la reflexión de la Escribano, que lo mejor es vivir cada momento, sin pensar en esos futuros encuentros y sobre todo sin prejuzgarlos.

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  2. "No hay que adelantarse a los acontecimientos". Entre otras muchas, esta ha sido una gran enseñanza del Teléfono que he recibido.
    Cuando quedemos con una persona vivir el presente, disfrutar del momento y después podemos pensar el resultado del encuentro y sacar conclusiones siempre lo más beneficiosas posibles.
    Ya vuelven los comentarios. Como le gustan a Pepi.

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  3. Una de las sabidurías más graneds es vivir el momento presente como único, como si no tuviera pasado, como sino existiera el futuro. Absorver toda la intensidad del instante único que vivimos.

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