El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 15 de abril de 2012

LA HERIDA


capilote herido. Foto Jesús Aguado

Hace años, a consecuencia de una salpicadura de aceite hirviendo se me formó una herida. Tras los cuidados iniciales la quemadura empezó a secar y parecía que iba a desaparecer, pero en cuanto comenzaba a picar –señal de que la herida estaba mejorando- no podía aguantar y retiraba yo misma la postilla creada, sin paciencia para esperar a que ella se desprendiera por sí sola. Cada vez que se formaba una postilla volvía a retirarla de nuevo. Con ello conseguí que lo que, previsiblemente, desapareciera en un corto espacio de tiempo, se alargara durante meses y, cada vez, el cerco de la herida fuera un poquito mayor que el anterior.

Afortunadamente, como en la vida hay cosas más importantes que estar pendiente de una pequeña herida, la olvidé totalmente y, pasados los años, sólo me queda un recuerdo en forma de insignificante mancha.

¿A dónde quiero llegar con todo esto?

A las enseñanzas que la herida me ha proporcionado. Me explico:

La herida se formó porque yo estaba distraída. Fue una llamada de atención a estar donde hay que estar. En el aquí y en al ahora.

Requirió unos cuidados básicos: agua fría y pomadas. Eso lo sabía y lo apliqué en el momento, ayudando así a su mejoría.

Pero la herida requería tiempo de curación, y eso no se lo di. Al contrario, mi impaciencia empeoró su estado, a resultas de lo cual me ha quedado una pequeña cicatriz. Así, cada vez que la veo, recuerdo lo que la impaciencia – no tanto la quemadura- puede llegar a hacer.

Pues algo así ocurre con casi todo en nuestra vida. Las cosas nos llegan inesperadamente, hay que tratarlas de forma adecuada y luego dejarlas ir, sin apegos, sin prisas.

La escribana del Reino
M.E.Valbuena

Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. ¡¡Qué bonita enseñanaza!! Paciencia y dejar ir. Dar a las cosas su tiempo y su espacio. No querer correr para obtener unos resultados, que sin la paciencia, no son posibles. Me gusta. Y, segunda enseñanaza, dejar ir. No agarrar por la solapa ni solapadamente. Libertad de acción. Nos vienen, otros van, es el fluir de la vida. Porque la vida fundamentalamente es como un río donde el agua corre.No querramso hacerla como un pantana donde guardamos todo, no nos desprendemos de nada y se llena de tal manera que rebienta. Insiste, bonita enseñanaza de La Escribana.

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  2. La curacion es un proceso que lleva tiempo, paciencia y enseñanza. Tiempo porque las las cosas que nos han hecho daño se han ido metiendo en nuestra piel durante años.Paciencia porque nada es de golpe, a porrazos o a bandazos. Enseñanza porque no lo que no digerimos nos vuelve y no se va. Gracias Escribana.

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  3. En aquella época mi entrañable Escribana buscabas las enseñanzas del Teléfono de la Esperanza ¿verdad?, si llega a ocurrirte ahora que diferente hubiera sido, con todo el aprendizaje que tienes y transmites; por lo cúal mi agradecimiento.
    En la situación que nos indicas, ante todo hay que vivir el presente y ACEPTAR lo que nos vaya surgiendo, da igual una herida física, que sentimental; hay que ver las medidas a tomar para la mejor CURACION posible y tener INFINITA PACIENCIA, e ir admitiendo todos los cambios que se van produciendo que unos dias nos pareceran más rápidos y otros más lentos, e inclusive veremos y sentiremos que no estamos mejorando, pero eso sí, siempre debemos vivir con la ESPERANZA que la situación cambiará, y a veces hay que admitir alguna limitación y saber vivir con ella, pues hay que tener presente que no somos perfectos y nunca vamos a alcanzar la perfección, pero si poner fuerza de voluntad para avanzar avanzar.....
    Que feliz está Pepi, por la aclración de ideas que va teniendo.

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  4. "... recuerdo lo que la impaciencia -no tanto la quemadura- puede llegar a hacer".
    Quisiera quedarme con esta frase para se consciente de lo que yo mismo, y no otros, me causo en mi proceso de crecimiento.

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