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miércoles, 11 de marzo de 2015

Podemos pasar de “patitos feos a cisnes”

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla


Comienzo mi reflexión, recordando la siguiente anécdota que leí hace muchos años en un texto de psicología: “Había terminado mis estudios secundarios. En mi lecho de enfermo escuché a tres médicos que le decían a mi madre: Mañana por la mañana, su hijo habrá muerto.” Esta anécdota es contada por Erickson, eminente psicólogo,  y se refiere a la circunstancia de haber sufrido un ataque de polio, cuando era adolescente,  a propósito del cual los médicos diagnosticaron su muerte inminente. Erickson murió a los 69 años, dejándonos un legado de la creencia en la propia capacidad del ser humano para superar las adversidades. Erickson era una persona resiliente.
Toda persona puede salir fortalecida de las adversidades. Esto dependerá fundamentalmente de su gradiente de resiliencia. Esta se puede definir como “la capacidad de los seres humanos sometidos a los efectos de la adversidad, de superarla e incluso salir fortalecido de la situación”.
La resiliencia supone un giro copernicano en la concepción del enfermar. El modelo médico tradicional se centra más en la carencia, en la discapacidad, en el síntoma; mientras que el modelo resiliente se preocupa más por las capacidades y potencialidades del sujeto, intentando poner énfasis en los propios recursos (psicológicos, sociales, etc.) del individuo y no en sus defectos. En esta segunda perspectiva se prima a la prevención más que la intervención cuando surge el conflicto. De aquí se deduce la importancia de la propia biografía de cada persona, pues es donde se ha ido construyendo su característica resiliente.
Podemos concluir diciendo, que la resiliencia es la forma positiva y saludable de enfrentarse a las situaciones conflictivas de la vida. La personas resilientes no es que  no sufran, ni tampoco están exentas de dolor, sino más bien son personas que saben sacar provecho de las circunstancias más adversas. La perla de la ostra es uno de símiles que nos puede ayudar a comprender el fenómeno de la resiliencia: la perla produce una sustancia biscosa para mitigar el dolor que le causan los granitos de arena  cuando penetran dentro de la concha. Posteriormente esta sustancia se convierte en perla. Como consecuencia de ese dolor e incomodidad la ostra se engrandece y adquiere otro gran valor: el que le da la perla. De la misma manera muchas personas ante la crisis brillan con luz propia y se enriquecen personalmente y  hacen que los que les rodean se sientan más fortalecidos.
Cyrulnik, uno de los padres de la resiliencia, en uno de sus libros clásicos, Los patitos feos, defiende la teoría  de que una infancia traumática (como el mismo padeció. Estuvo de pequeño en un campo de concentración) no tiene que determinar negativamente la vida del sujeto y pone de manifiesto que podemos cambiar y progresar. Como en el cuento de Handensen podemos pasar de “patitos feos” a “cisnes”. La moraleja es: todos podemos ser cisnes (felices, triunfadores, etc.) aunque hayamos nacidos patos (en una familia disfuncional, con graves conflictos o traumas); todos podemos ser felices si somos capaces de convertir nuestras deficiencias en fortalezas. De esta manera, podríamos afirmar como el personaje principal del cuento: “jamás soñé con tanta dicha cuando era el patito feo”.  

Tenemos 5 comentarios , introduce el tuyo:

  1. "En la vida hace más el que quiere que el que puede", Pepi esta frase la tiene muy presente en su vida.

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  2. Me ha gustado mucho esta reflexión. Es clara y lúcida. Aprender y sacar luz de las situaciones más adversas

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  3. Me gusta el optimismo que transmite. Por mal que nos hayan ido las cosas, siempre tenemos la capacidad de cambiar la vida y vivirla gozosamente. nuestras cualidades no se destruyen porque pasemos malos momentos, vamos a aprovecharlas para superar esos malos momentos. Resiliencia, Hay que aprender esta palabra. Invito a los del TE a que preparen un curso de esto. Jairo

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  4. Con el debido respeto hacia todos y por supuesto al que escribe el artículo, el término "resiliente" es un horror, y si se juntan estas dos palabras "gradiente de resiliencia" es un suculento plato de cursilería. Con lo fácil que es utilizar un lenguaje sencillo y que se entienda.

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  5. Quiero aprender resiliemcia

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