El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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martes, 17 de marzo de 2015

Un camino
de poesía

Marta

Ya es la tercera etapa del Camino de Santiago en la que participo junto con los amigos del Teléfono de la Esperanza. Para mí el camino no es nuevo, estas sendas las recorrí el año pasado con una amiga. Y… la experiencia me resultó tan gratificante que estoy repitiendo.

Los peregrinos acudimos al punto de encuentro a las 6:45, todos llegamos puntuales a nuestra cita, todos excepto el autobús y su conductor que se demoraron media hora. Evidentemente la espera se hizo larga debido  al frío matutino que recorría toda la explanada de la Junta de CyL. Cuando todos esperábamos el autobús, Valentín nos recordó que en este viaje no teníamos “ángel”  en referencia a que ninguno de los compañeros llamados Ángel nos acompañaban en esta etapa. El autobús nos llevó hasta la Virgen del Camino a recoger a algunos compañeros que se unían al grupo, pero por ironías del destino o del azar o de la vida, no pudo continuar porque estaba averiado; así nos trajeron otro autobús e iniciamos el trayecto a Portomarín sólo dos horas más tarde de lo previsto.
Durante el trayecto María José nos transportó al siglo XII y pudimos conocer la Orden de Santiago que dio nombre al Patrón de España. Y después llegó el momento más esperado por todos los peregrinos: el concurso. Nuevamente quedó demostrado que somos “buenos escuchantes”.
También nos acompañó en el trayecto Mario Benedetti, con su sabiduría de la vida y de las personas, que consiguió calentar los corazones de todos, pero lo que no pudimos calentar fueros  los pies porque la calefacción había decidido no funcionar.
Cuando quisimos darnos cuenta estábamos en Portomarín. Enseguida iniciamos la marcha porque, al haber llegado  con retraso sobre la hora prevista estamos “ansiosos” por iniciar nuestro camino.
Me resulta apasionante el hecho de que el camino me brinde la oportunidad de ir acompañada de otras personas y poder compartir con ellas inquietudes, deseos, historias de vida, anécdotas…Un paso delante de otro, un paso delante de otro, acompañados de gratas conversaciones. Como diría un famoso cocinero ¡rico, rico!
Como el camino lo hicimos sin “angel” un grupo de peregrinos quisimos tomar un “atajo” que nos desvió de nuestra ruta dos o tres Kilómetros.  Afortunadamente, nos dimos cuenta a tiempo y pudimos reunirnos con el resto del grupo media hora más tarde.
Logramos llegar al bar donde estaba previsto comer en un tiempo record. Y pudimos disfrutar del bocata y de un gratificante descanso. Volvimos a iniciar la marcha tras fundirnos todos en un gran abrazo, momento que, por supuesto fue fotografiado.
Continuamos el camino en silencio, en este trecho nos encontramos con los “huéspedes” que no han sido invitados a nuestra casa interior. Pudimos reflexionar sobre quiénes son y cómo nos afectan.  También tuvimos la oportunidad de saborear la caricia del viento, el canto de los pájaros, el baile de las ramas, el crujido de nuestras pisadas…
Después tuve la oportunidad de compartir el camino con un gran aficionado a las caminatas y escaladas, un paso delante de otro, un paso delante de otro, gratas conversaciones…
Finalmente llegamos a Palas de Rei, visitamos la iglesia, allí donde un señor nos invitó a recibir la señal de la cruz en la frente con esencia de nardo, aceite que utilizó María Magdalena para ungir los pies de Jesucristo. Después recuperamos fuerzas con un rico café acompañado de unas deliciosas rosquillas del horno del Bernesga.
A las siete y media iniciamos el regreso a León. Yo me disponía a dormir plácidamente en el autobús para reponer fuerzas (había dormido 4 horas la noche anterior y habíamos recorrido 25 kilómetros de la etapa más los 3 del “atajo”), pero este sueño, no se hizo realidad porque la poesía tomó el poder en el autobús y nos acompañó de nuevo durante buena parte del trayecto. Así que nuevamente calentamos los corazones con magníficos poemas.

Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Para mí que no he tomado parte en la etapa, la llamo: "LA ETAPA DE LA ACEPTACION"; Aceptar el madrugón. Aceptar el retraso. Aceptar el frio, Aceptar que se estropeo el autobús; Aceptar la espera; Aceptar la incomodidad, Aceptar el contratiempo, Aceptar que el recorrido (para algunos) a lo mejor no lo pudo hacer con la misma satisfacción etc.etc.etc., pero con tanta ACEPTACION, habéis dado un gran paso en vuestras personas, y además seguro que cada uno de los "peregrinos", pusisteis vuestro granito de arena para no amargaros el día y vivirlo con sentido del humor, y ver lo positivo de las contrariedades vividas. Pero la convivencia, la entrega con uno mismo, el silencio etc.etc. seguro que fue extraordinario como siempre. ¡Peregrinos Pepi os felicita una vez más!

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  2. Es verdad, fue una etapa para la aceptación. Acoger lo que viene y como viene, sin más. Abiertos. Atentos. Rendidos a la propia realidad.

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  3. Como dice la poeta norteamericana Emily Dickinson, susurrar poesía es:

    Habito la posibilidad
    una casa más bella que la prosa
    más grande en ventanas
    superior en puertas.

    Jm

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  4. entusiasmo...
    espera, contrariedad,
    no era así lo programado
    en parte, solo en parte
    pero,
    ¿pudiste remediarlo?
    ¿aprendiste?
    La vida, sí
    enseñanza
    continua.
    Jairo

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