El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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jueves, 25 de junio de 2015

Camino de Santiago, camino de esperanza

Viaje
al fin del mundo

Tomás


Sábado 13
Son las seis de la mañana, me calzo las botas y me preparo para la última etapa del Camino de Santiago. Después de varios meses, tengo ganas de alcanzar la meta y al mismo tiempo no quiero que se acabe.
Las etapas anteriores me han permitido ir conociendo a este grupo de gente, de buena gente, que tiene el valor de decir que tiene miedo, inseguridad, dolor y todo con una sonrisa.
Este camino de mil años va manchando las botas de polvo y va limpiando el alma de todo lo que le hemos echado encima, cargas asumidas, culpas, temores y poco a poco va apareciendo la esencia de lo que somos.
Última etapa, transcurren los kilómetros en un suspiro y ya estamos en el Monte do Gozo, aunque el gozo es compartir la comida y la charla con todos. Entramos en Santiago, es una preciosa ciudad donde la piedra está hecha arte, la plaza del Obradoiro, la Catedral, el Santo… pero no siento nada en especial. No tengo la sensación de haber alcanzado ninguna meta.
Al anochecer sopla un viento frío y llueve, pero encontramos, junto a la plaza desierta, un rincón apacible. De pronto, tras el corro protector de todo el grupo, surgen brillos dorados y comienza el baile de la Sherezade más tímida que ha habido. Con cada giro se afianza más, con cada balanceo arroja sus miedos y nos hace vibrar a todos en la misma sintonía. Después el baile de todos, en círculo, como un abrazo enorme y entonces caigo en la cuenta, lo especial no es el lugar sois vosotros… somos nosotros.

Domingo 14
Un breve trayecto en autobús y aquí estamos, en Finisterre, el fin de la tierra conocida. Nos vamos colocando, como en un ritual antiguo, frente al mar. Cada uno de nosotros único e irrepetible.
El Camino ha ido arrancando capas, derribando barreras y prejuicios, haciéndonos más auténticos que al comienzo. En este cabo de tempestades, es como si la naturaleza se hubiera detenido respetuosa, a contemplar como hombres y mujeres sin coraza manifiestan su determinación a seguir levantándose tras cada caída, a usar cada obstáculo que se presente como un apoyo para subir más alto.
Con todos vosotros he ido al fin del mundo y resulta que no era el fin, era sólo la etapa que precede a la próxima. A la cual me apunto desde ahora. A esta llamada de teléfono si quiero responder.

Tenemos 6 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Fueron dos días preciosos. De esos que te quedan grabados durante tiempo y tiempo en el corazón y vuelven a ti una y otra vez para darte vida e ilusión.

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  2. Ha sido mucha la satisfactión que tengo por haber formado parte de este estupendo proyecto.

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  3. ¡Se palpaba la alegría entre todos los que estuvimos!

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  4. Es verdad...lo especial no son los lugares, sino las personas, por eso yo me siento tan agusto cuando me reúno con gente del T.E., no importa donde, la magia siempre surge, hay mucha energía positiva en estas personas...y se contagia. Gracias a los organizadores por SER y estar ahí.

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  5. dias magicos y maravillos...con almas gemelas en emociones, inquietudes, tristezas y alegrias q no dudan en desnudar su alma en un ambiente de comprensión y de respeto..mil gracias a los que han propiciado este ambiente trabajando para q no faltara ningun detalle....os animo a que esto tenga continuidad de algun modo....haceis mucho bien y yo os doy las gracias por ello...

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  6. Siento introducir este comentario tan tarde, pero quería compartir con vosotros mi vivencia.Para mí este fin de semana fue un auténtico regalo. Lleno de recuerdos de las distintas etapas: de agradecimiento hacia todas las personas que hemos ido formando este camino; de sentimientos muy intensos al lado de Finisterre; de lazos amistad, familiaridad y complicidad muy grandes; de poder danzar juntos en la playa o en la plaza del Obradoiro...como algo mágico, un auténtico lujo, que siempre llevaré en mi corazón.

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