El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 21 de junio de 2015

El túnel de lavado

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Dejarse ser. Foto Jesús Aguado
Hace unos días llevé el coche a un túnel de lavado. Supongo que todo el mundo sabe cómo funciona este túnel: se coloca el coche en la fila correspondiente y, cuando llega el turno, se sitúa sobre una plataforma, se deja el motor encendido y se pone punto muerto. A partir de ahí todo se automatiza y no tenemos que hacer nada.

Primero se lanzan sobre el vehículo chorros de agua a presión. Posteriormente se enjabona concienzudamente. Luego toca pasar a través de unos rodillos y finalmente la zona de secado, tras lo cual, el coche sale pulido y reluciente.
Mientras esto sucedía yo pensaba (en el interior del coche) que algo así es la vida: Nacemos cuando nos toca y, también cuando llega nuestro turno, nos tenemos que dejar mojar para limpiarnos. En la parte del enjabonamiento ni vemos ni oímos. Simplemente aguantamos o aceptamos. Y lo mismo ocurre entre los rodillos. Finalmente, si nos secamos bien, salimos resplandecientes de la experiencia.
Si fuéramos tan “obedientes” como un coche, todo iría bien. El proceso empezaría y terminaría ordenadamente, limpiándonos y dándonos lustre. Pero como no somos autómatas ni nos dejamos estar en punto muerto, a veces nos resistimos a entrar en la experiencia, o nos empeñamos en quitarnos el jabón cuando toca jabón, o no queremos rodillos, o no permitimos que nos “sequen”.
En fin, esto me hizo pensar que, tal vez, una de las claves de vivir consista en mantener el motor encendido y en punto muerto. O, lo que es lo mismo, dejarse llevar por el fluir de los acontecimientos, acogiéndolos y aceptándolos de manera que nos vayan transformando.

Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Que ingeniosa eres Escribana

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  2. Siempre me ha gustado mucho estar dentro del coche cuando se está lavando o incluso cuando llueve, nuestro interior debería de ser así, infranqueable, pero amí en varias ocasiones me acaba entrando el agua y el jabón en los ojos y en los oídos, y eso es verdaderamente doloroso.

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  3. Muy importante en nuestras vidas ser capaces de ACOGER y ACEPTAR los acontecimientos, de manera que nos vayan transformando.
    ......"dejarse llevar"; para Pepi según las situaciones.

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