El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
martes, 16 de junio de 2015

La amistad:
dar y recibir

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra

La vida está salpicada de experiencias de amistad. Todos podemos recordar, posiblemente, cuando rompimos nuestro primer amor y alguien nos consoló, o cuando estábamos en un apuro económico y nos avaló para un préstamo en el banco o cuando enfermó nuestro hijo y nos ayudó a superarlo. Otras veces, la amistad se muestra en los momentos felices: el nacimiento de un hijo, la celebración de un ascenso laboral o la inauguración de una nueva casa, por poner sólo algunos ejemplos.
En otras ocasiones la amistad se concretiza en una llamada telefónica para pedir un consejo o compartir un proyecto o intercambiar ideas políticas, religiosas o de la propia existencia, o simplemente por esa sensación que tenemos de que existe una persona que está ahí (aunque sea a miles de kilómetros) a la que podemos recurrir aunque solamente sea para hablar. En todas esas ocasiones es el amigo el que aparece.
La amistad es un vínculo que nos proporciona la posibilidad de compartir experiencias, conocimientos e incluso medios económicos. Es un amor que se potencia recíprocamente y que no puede existir por separado. La realidad de la amistad es dual. Implica la existencia de al menos dos personas; la amistad, pues, siempre necesita un interlocutor para compartir, crecer mutuamente y descubrir (se) en el otro sus valores y también sus deficiencias.
El buen amigo, pues, no anula al otro sino que le potencia, suma no resta; el buen amigo no es un parásito de su compañero sino un facilitador de sus muchas posibilidades; el buen amigo sufre cuando el otro sufre y se alegra cuando el otro se alegra. No es envidioso, ni prepotente ni mucho menos torpedea el ascenso del amigo, ni se aprovecha de él para trepar. La amistad se basa en la mutua confianza, donde el objetivo es ayudar al otro y consecuentemente a sí mismo.
La amistad: dar y recibir
En la amistad lo que destacamos es la disponibilidad para escuchar, la voluntad para comprender y la preocupación por los grandes y pequeños proyectos que se tienen en cada momento. Todo ello en un ambiente permisivo  y sin control respetando siempre al otro sobre lo que nos quiera comunicar y lo que se quiere callar. La amistad no impone la obligación de compartir, solamente de estar ahí cuando sea preciso. Esa es la esencia de una buena amistad. Un amigo no pide explicaciones de las acciones, sólo intenta comprender la realidad del otro.
Por esto, decimos que la amistad es un dar y recibir; es un vínculo recíproco donde ambos miembros de la relación se ofrecen pero también se benefician. El amor de los padres es oblativo (no esperan nada a cambio); el amor del terapeuta ayuda pero porque recibe un beneficio monetario o/y narcisista; el amor de amigo está en una posición intermedia: no es totalmente desinteresado como el de los padres, ni tampoco interesado como el de los terapeuta, sino que en el mismo acto de amistad está dando y  al mismo tiempo recibiendo.
Querido lector es difícil saber si tenemos buenos amigos. El siguiente cuestionario te puede ayudar. Tienes un buen amigo si las siguientes preguntas las contestas afirmativamente: ¿en las dificultades me acuerdo de él? ¿recurro a su criterio cuando estoy en una encrucijada? ¿siempre está disponible cuando le necesito? ¿tengo plena confianza en que sabrá guardarme un secreto?
Espero y deseo, querido lector, que este cuestionario lo haya superado al menos una persona, eso será señal de que no estás solo y que has sabido dar y también recibir “el amor de amistad”.

Tenemos 3 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Buenas preguntas para reflexionar en el día de hoy: "¿en las dificultades me acuerdo de él? ¿recurro a su criterio cuando estoy en una encrucijada? ¿siempre está disponible cuando le necesito? ¿tengo plena confianza en que sabrá guardarme un secreto?"

    ResponderEliminar
  2. Me ha gustado. Valora mucho la amistad. Jairo

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantado la exposición. Según iba leyendo las preguntas en mi mente se presentaban las tres personas que considero verdaderos amigos en mi vida. Pepi

    ResponderEliminar