El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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miércoles, 9 de diciembre de 2015

Hoy vino un pobre

Conversaciones con mi mente
M.ª José Calvo Brasa


Hoy vino un pobre a verme…
Vino a mi casa como tantos otros han venido: mugriento, harapiento, completamente muerto de hambre… pero convencido de nadar en la abundancia. Vino a ofrecerme una “fortuna”: su compañía, su amor sin tacha, su alegría. Fue como tantos otros: locuaz, convencido de su grandeza, vendiéndome lo que el lenguaje del vulgo llama “la moto”.
Confieso que he visto muchos mendigos de estos, y confieso que en muchos he visto la incontable fortuna de la que hablaban, prestándome incluso a compartir semejante vergel inacabable. Pero la única fortuna que se recibe de un pobre son las migajas de su exiguo banquete y rabia por la estafa.
Pero yo ya no estoy en el mismo punto de antaño. Por eso primero me asaltó la sorpresa de su presencia colmada de harapos, a continuación la ira por el engaño; ira que me llevó a sacarle a puntapiés de mi casa… y ahora la pena y la lástima sólo permanecen. Pena por ver cómo alguien puede engañarse tanto a sí mismo para no tener nada en las manos y creer que en ellas porta un imperio; pena por haber sido en el pasado tan crédula, inocente o débil para creer a sus congéneres…
Pero yo ya no soy la fui en el pasado, y cuando vino un pobre a verme sin contemplaciones lo eché de mi casa. Quizá fue el enfado por recordarme en el pasado, aún más miserable que estos pobres, pues sólo quien se cree absolutamente desposeída de todo puede ver riqueza en la miseria, o quizá fue la culminación de un proceso en el que la mentira ya no tienen un solo hueco en mi vida.
Muchos pobres llegan y llegarán quizá a nuestras vidas creyéndose millonarios. Realmente es absurdo el enfado con ellos, pues son pobres y no lo saben. Sólo pueden causar lástima. Carecen de todo y necesitan llenar su saco de las riquezas de otros mediante engaños. Es mejor dejarles pasar de largo, con la alegría de saber que hemos podido verlos sin caer en su fango.

Tenemos 6 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Me ha gustado mucho esta idea: " quien se cree absolutamente desposeída de todo puede ver riqueza en la miseria"

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  2. Me ha dejado desconcertado....Jairo

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  3. Confusa redacción y palabras forzadas y hasta violentadas. Extraña reflexión.

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  4. No entiendo nada.¿Quien está en el fango es el pobre o eres tú?

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  5. Pepi te agradecería que escribieras que interpretación das a tu exposición.

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  6. M. José, me ha encantado esta reflexión.

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