El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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martes, 1 de diciembre de 2015

Roberto
y Víctor Manuel

El rincón del optimista
Juan

Víctor Manuel con Miguel Ríos en el calendario de 2016 que se vende a 5 euros.

Tengo relación ocasional pero cercana con dos personas que tienen (no que padecen) síndrome de Down. Uno de ellos es Roberto, un primo segundo por parte de padre que vive habitualmente en Barcelona y que veo solamente en vacaciones; el otro es Víctor Manuel, con quien charlo cuando coincidimos en una cafetería que suelo frecuentar. De ambos contaré mis sentimientos comunes.

Los considero seres auténticos y angelicales, quizá porque su mente es totalmente infantil dentro de un cuerpo de adulto. Son inocentes, buenos y sinceros, sin la malicia que tenemos el resto de quienes que nos consideramos ‘normales’, que hemos adquirido unas habilidades sociales que nos hacen a la gran mayoría egoístas, envidiosos e insolidarios. Ya digo, a la mayoría, aunque sólo sea en determinados momentos. Tanto Víctor Manuel como Roberto son tremendamente cariñosos: saludan, despiden, tocan y ríen como a ellos sólo he visto hacer. Sólo pensar que hasta hace poco tiempo estaba aceptado en la sociedad el nombre de ‘subnormales’ con el que se conocía a estas personas… ¿Quién tiene la capacidad de catalogar a las personas por su normalidad?

Me llama mucho la atención las manías, los hábitos que tienen tan marcados mis dos ‘chicos’. A Roberto le encanta jugar él solo a las cartas. Habla con el compañero imaginario, piensa las jugadas, se alegra cuando gana y se enfada cuando pierde, fruto imagino de la observación de las partidas que ha presenciado en la que ha participado, entre otros, su padre. Cuando saludo a principios de verano a Roberto nunca se le olvida decirme sobre el calendario el día que está previsto su regreso a Barcelona, al tiempo que me recuerda que el 15 de agosto hay que ir a la fiesta de Calzada del Coto.

Cuando le pregunté cómo se llamaba a Víctor Manuel, le dije: anda, como el cantaautor…, pero él me respondió: no, como mi padre. Víctor Manuel tiene una costumbre muy curiosa: pide revistas viejas de Interviú y bolígrafo en mano va colocando en las fotografías de las chicas ligeras de ropa las letras MF. El día que le vi realizando esta maniobra no me resistí a preguntarle a qué correspondían esas iniciales. Muy sencillo, me respondió, son ‘Mis Favoritas’. Víctor Manuel ha participado, junto a otros compañeros suyos Down de la asociación leonesa a la que pertenece, en la elaboración de un calendario de 2016 con famosos, para lo que tuvo que viajar a Madrid. Él está retratado con el gran Miguel Ríos. Cuando le pregunté si le gustaba cómo cantaba el rockero, me confesó que era el cantante preferido de su madre y que era el que cantaba el himno de la alegría. Y sin haberlo ensayado nos pusimos a cantar los dos junto a la barra de cafetería, sin importarnos lo que pensara la gente ‘normal’, ese bello tema que dice: “Escucha hermano la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día; ven, canta, sueña cantado, vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volverán a ser hermanos”.

Asín sea.

Tenemos 9 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Son verdaderamente seres angelicales

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  2. Volvernos niños, niños..

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  3. Espléndido final de artículo, de lo mejor de Juan.
    Un abrazo.

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    1. Otro para tí. Me has alegrado la mañana, que parecía torcerse.

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  4. Personas muy entrañables...

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  5. Los familiares que están cerca de estas personas, tienen la oportunidad de descubrir al lado de ellos, la verdedera esencia de la vida.

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    1. Descubrir y aprender, todos, no sólo los que están cerca.

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  6. Qué vivan muchos años Roberto y Victor Manuel.

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  7. Para Pepi son los seres más entrañables que hay en esta vida. Son todo afectividad

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