El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
domingo, 20 de febrero de 2011

ALIMENTAR EL FUEGO



Uno de mis vicios confesables es leer junto a la chimenea. Siento una inmensa felicidad cuando dispongo de tiempo y puedo disfrutar de una lectura agradable al calor de la lumbre. Me dejo envolver por la calidez del ambiente, por la magia de la historia narrada, por la tranquilidad y la paz que se respira en esos momentos y pienso realmente que el tiempo se ha detenido para mi deleite.

De vez en cuando levanto la mirada del libro y miro el fuego. Escucho el chisporroteo de la leña al quemarse y me embeleso observando las luminosas figuras de las llamas lamiendo la madera.

También de vez en cuando, si quiero seguir disfrutando de ello, me veo obligada a levantarme y alimentar el fuego, proporcionándole más leña y atizando para que no se apague.

Mi reflexión de todo esto es la siguiente: hay que alimentar las cosas que nos hacen felices.

Para disfrutar de la lectura de una novela antes ha de ser pensada y escrita.

Para rodearnos de cosas bellas es necesario que alguien las haya diseñado, fabricado e, incluso, elegido.

Para gozar de una buena amistad, de las que calientan el alma, hemos tenido que buscar, mostrar, dar, querer y dejarnos querer.

Para tener calor y luz en nuestra vida tenemos inevitablemente que alimentar el fuego.


La escribana del Reino
M.E.Valbuena

Tenemos 6 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Tienes mucha razón al decir que "hay que alimentar las cosas que nos hacen felices", porque son como ese fuego (no eterno) que se apaga después de un tiempo sin atizarlo y alimentatlo con nuevos troncos o pequeñas ramitas.

    ResponderEliminar
  2. Las cosas no se hacen por generación espontánea. Necesitan nuestra colaboración. Si a un amigo no le llamas, no le hablas, no le miras, no le escuchan... poco a poco se va esfumanza, desapareciendo... como ese fuego que si no lo atizas es extingue. Lo sabemos, peor me alegro que la E$srcibana lo escriba para recordárnoslo.

    ResponderEliminar
  3. Me suena bien eso de alimentar el fuego, las cosas bellas que nos rodean, la srelaciones que nos nutren, los grupos que ilusionan, los perfumes de nuestra alma.

    ResponderEliminar
  4. Efectivamente. M.A.P., ha llegado a la conclusión que esa es la auténtica felicidad de la persona, cuándo ella sola disfruta de cosas que la gustan. He comenzado el día de maravilla. Os comentaré: Después de una agradable ducha, he desayunado genial (como siempre) y mientras escuche a Luis Guitarra,¡vaya lujo!, y a continuación me meti en el blog, no dudais cúal ha sido ¿verdad?, etc.etc.
    A "La Escribana del Reino", la deseo y con mucho cariño, que a lo largo de su vida tenga muchos momentos que pueda proporcionarse felicidad.

    ResponderEliminar
  5. A veces me he quejado de mis amigos. Al leer esto he pensado que tal vez yo no haya alimentado el fuego de la amistad convenientemente

    ResponderEliminar
  6. Creo que es una muy buena reflexión a veces das por hecho que tus mejores amigos van a estar ahi si les necesitas, pero resulta que esa amistad no la hemos cuidado suficiente y recurres a ellos y ellos no estan.Todo hay que cuidarlo y mimarlo tambien a los más amigos.

    ResponderEliminar