El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 11 de diciembre de 2011

TRISTE MUERTE, TRISTE VIDA



Hace poco tuve que acudir a un tanatorio. Por razones que no vienen al caso permanecí allí prácticamente una tarde. A nadie le gustan los tanatorios, supongo. Hay quien se jacta incluso de no ir nunca, salvo cuando le toque, claro. Yo, entre otras cosas, me dediqué a observar. Y lo que vi me hizo pensar.

Durante la tarde la sala a la que yo iba fue frecuentemente visitada. Visitas cortas o largas que los que allí se encontraban agradecían afectuosamente. Sin embargo, en la sala continua, permanecieron dos personas todo el tiempo. Ni una visita, ni una llamada, nada.

Desconozco quién era el difunto en cuestión, desconozco su vida y sus circunstancias, lo desconozco todo de él. Pero sí vi que nadie –salvo esas dos personas- acompañó su última estancia aquí. Nadie tuvo un momento para dar un beso o brindar su apoyo no ya al difunto, sino a aquellos solitarios acompañantes.

Pensé que un velatorio tan triste sólo podría corresponderse con una vida triste, llena de soledad y de pobreza espiritual. Aquella persona se iba sola, dejando sus bienes –pocos o muchos- a quien correspondiera, pero sin lágrimas de emoción, ni gestos de cariño, ni un momento de silencio en su recuerdo.

Y me vino a la memoria aquello de que “cada uno muere como vive” que tantas veces he podido contrastar.

¡ Qué pena que tras tu paso por la vida nadie se acuerde de ti!

La escribana del Reino
M.E. Valbuena

Tenemos 6 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Para Pepi pudo ser una persona que en la vida hizo mucho bien pero en el anonimato total, esas personas para mí son las verdaderas, las auténticas, que realmente desarrollo su vida para su bienestar y el de los demás.

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  2. Las cosas no resultan siempre como nos gustaría.Pero que importante es, aún contando con ello, ser agradecido porque crees que es lo que está bien , no por lo que vayan hacer los demás.
    Esas dos personas,quizá, hubiesen agradecido un gesto de cercanía por parte incluso de algún desconocido y quizá ese gesto tan simple hubiese cambiado algo...Nunca lo sabremos, porque lo que importa es lo que se haga en el momento, aunque jamás se vuelvan a tocar las vidas pero un instante nuestro puede cambiar un mundo de alguien.

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  3. ¿Quién sabe cómo fue esa persona? Las apariencias engañan. Pero, qué bueno es tener amigos. Imprescindible.

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  4. No juzgueis y no sereis juzgados.. ¿Que sabemos de las circunstancias personales de cada uno?

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  5. No me gustaría estar en la piel de esos dos acompañantes. No me gustaría sentir esa soledad y esa falta de compañía. Aunque haya razones que lo expliquen. No me gustaría vivir una situación así.

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  6. Ante esa soledad me quedo callado...

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