El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
domingo, 29 de julio de 2012

COLMENA, QUE NO AVISPERO




De pequeña confundía las abejas y las avispas. Para mí eran todas ellas insectos zumbones que picaban cuanto podían y de las que había que huir lo más rápido posible. Pero cuanto más me movía o corría más posibilidades tenía de ser atacada por ellas.

Con el tiempo y la observación he empezado a distinguirlas.

Las abejas son seres organizados y muy trabajadores que construyen y mantienen la colmena con su esfuerzo y su organización. Producen miel y cera y sólo atacan, creo, cuando se sienten invadidas o en peligro. Se defienden con su aguijón, como otros utilizamos otras herramientas.

Las avispas, sin embargo, dan vueltas y vueltas sin hacer nada productivo, son nerviosas, alborotadoras, desordenadas y pican porque sí. Está en su naturaleza (así me lo ha contado). Marean con su constante zumbido y molestan más que agradan.

Pues algo así pasa en muchas organizaciones humanas (Centros de trabajo, ONGs, clubes de todo tipo, pueblos, barrios…). Hay quienes funcionan como abejas –construyendo- y hay quienes lo hacen como avispas –picando y dañando como único quehacer-.

Lo bueno de esto es que ellas no pueden elegir ser quienes son y hacer lo que hacen, y nosotros sí. Nosotros tenemos capacidad y posibilidad de ser como queramos ser. Elegimos cada día y en cada momento actuar de una forma u otra, consciente o inconscientemente. Aprendemos de nuestros errores y avanzamos o nos estancamos en ellos dándoles un barniz de inmovilismo.

Nosotros elegimos qué hacer con los recursos y habilidades que poseemos y que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida. Los usamos como queremos o, incluso, los ignoramos.

Nosotros elegimos qué construir: si colmenas o avisperos.

La Escribana del Reino
M.E.Valbuena

Tenemos 5 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Esto es como en la sociedad, que hay gente buena que solo con su presencia y forma de comunicarse, respeto hacía los demás, etc. para mí son de una gran enseñanza.
    Y gente que por desgracia (actualmente abundan) son como AVISPAS, al igual que el desgraciado de esta mañana, que Pepi tuvo el despieste de dejar las llaves en el coche puestas por ver que la había pasado a una amiga que estaba esperando para marchar de viaje y no llegaba, y en 1'vino un desgraciado y la robo el coche y viendolo y no pudiendo hacer nada más que correr detras de él. Pero como tambien hay personas buenas, vieron la situación y enseguida llamaron a la Policia y en media hora tuvo nuevamente el coche, y no la habia robado nada, ni al coche le había hecho nada. Pero el susto, rabia,impotencia que paso Pepi fue horroroso.
    A las 14,15 llego felizmente a su destino de vacaciones con sus amigas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Menos mal que acabó bien la cosa, Pepi. Un buen aguijón se merecía el que te llevó el coche. De avispa.

      Eliminar
    2. Menos mal que la cosa tuvo un final feliz. Un buen aguijón (de avispa) se tendría que llevar el que te arrebató el coche de esa manera.

      Eliminar
    3. Menudo susto te debiste llevar, "horroroso" se queda corto para mi. Lo importante es que se pasó en media hora y que a las 14,15 estabas donde tenías que estar. Ahora hay que vivir el aquí y ahora, el pasado no sirve más que para adquirir experiencia. ¡¡Felices vacaciones!!

      Eliminar
  2. Tal como la Escriban presenta a la abejas, me apunto a ellas, geenralemente. Porque a veces hay que hacer de avispas: zumbar y zumbar para que los zánganos se den cuenta que son eso: zánganos. ¡¡Hay señor, señor!! acabo de leer eñ comentario de Pepi, y como es con reusltado feliz, no deja de ser una anécdota para contar, pero claro, hay que espabilar, que los sinvergüenzas son muchos. ERASMO

    ResponderEliminar