El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 16 de septiembre de 2012

INCERTIDUMBRE



Golondrina sobre la parra


Extraña palabra y extraña sensación la que produce.

Ese vivir sin vivir en una misma. Ese no saber dónde agarrarse. Ese descontrol donde cada cosa sigue su ritmo escapándose de nuestro albedrío. Ese no saber lo que ocurrirá este año, este mes, esta semana, mañana mismo…

Y sin embargo hay que aprender a vivir en la incertidumbre. Ligeros de equipaje, como dijo Anthony De Mello.

Porque por mucho que seamos, que tengamos o que controlemos, la vida es, por definición, inesperada, incontrolable. Y casi lo único seguro es que algún día nos abandonará sin excepción.

Mientras tanto buscamos seguridades varias: trabajos fijos, relaciones estables, propiedades, cómodas posesiones, disfrutes dosificados… que, en un momento dado, sin planearlo ni quererlo, desaparecen. Y volvemos a vivir en la incertidumbre no por vocación, sino porque no nos queda otra.

Me cuesta la incertidumbre. Pero me cuesta más ignorarla. Porque si hago como que no la veo me sacude de vez en cuando de una forma tan brusca que me deja sin palabras, sin entendimiento.

Quiero creer que llegará un momento en que sea capaz de integrarla en mí, en que me haga amiga de ella, en que pueda sobrellevarla tranquilamente e incluso abrazarla con alegría, como hicieron hace varios siglos unos sabios en Asís.

La Escribana del Reino
M.E.Valbuena

Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. ¿La fuente de la confianza no será l aintegración de lo imprevisto?

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    1. Pienso que sí.Intentamos controlar tantas cosas alrededor, que nos frustra cuando algo se sale de nuestro alcance y nos descoloca.
      En esos momentos en los que puede existir desconcierto, con cierta dosis de dolor, sólo queda la confianza profunda de que al final, todo pasará, todo estará bien.
      Prisca.

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  2. Entre las muchas y fabulosas enseñanzas recibidas del T. de la E. una de ellas es que hay que VIVIR EL PRESENTE.
    A Pepi se le presenta la INCERTIDUMBRE ante un problema de salud, que según del grado que sea se formula millones de preguntas, para encontrar, (si es posible) una solución.
    También en la relación con las personas cuando te presentan un problema inesperado la INCERTIDUMBRE me hace acto de presencia, para retomar otro camino, pues está claro que el que llevaba no era correcto.
    Son uchos los momentos que en la vida se te puede presentar una incertidumbre.
    Pero Pepi lo que trata en todos los momentos, es estar lo más serena posible, esperar, a veces hasta guardar silencio, porque el tiempo muchas veces arregla la INCERTIDUMBRE.

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  3. A mí también me cuesta la incertidumbre. Me pone nervioso la inestabilidad y lo inesperado. Pero ¿podemos elegir?

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