El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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miércoles, 25 de junio de 2014

Felicidad y sufrimiento

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla. Psiquiatra
La felicidad
Desde el punto de vista psicológico, es un estado emocional o afectivo, que se caracteriza por sentimientos de satisfacción y bienestar. Es un estado subjetivo y como tal, cada persona tiene un umbral para la felicidad, como para el dolor y la angustia.
La felicidad, en definitiva, depende de la relación que tengamos con nosotros mismos y la relación con los demás. Esos son los dos pilares donde se cimientan la felicidad (sensación de autorrealización y plenitud) y que no se contrapone necesariamente con la tristeza: uno puede estar triste y ser feliz o tener mucha angustia pero disfrutar con la caricia del nieto o el abrazo tierno de la pareja.
No podemos olvidar que la felicidad es algo dinámico e intransferible, y que esa vivencia, de autorrealización y plenitud plena y absoluta- como dice un amigo mío- solamente se conseguirá “una hora después de muerto”. Mientras tanto habrá que esforzarse para ir poniendo los peldaños que nos conduzcan a la cumbre: la felicidad.
El sufrimiento
Hay que distinguir entre dolor y sufrimiento: el dolor, tanto físico como psíquico (angustia) es un hecho inevitable por ser inherente a la condición humana. Además es objetivo. Sin embargo, el sufrimiento es el nivel de daño que puede causarnos un dolor determinado: “mi dolor”(=sufrimiento). Es subjetivo.
Para Ramiro Calle (2005) maestro de yoga, existen tres tipos de sufrimiento, de acuerdo con la sabiduría oriental: el sufrimiento inevitable: enfermedad, vejez, muerte, etc.; el sufrimiento evitable y absurdo: el que engendra nuestra mente neurótica, y el sufrimiento que causamos a los demás, por nuestra mente neurótica.
La felicidad y el sufrimiento en la vida cotidiana
La vida es un proyecto de felicidad que dependerá de cada uno de nosotros de hacerlo realidad o de estropearlo con falsas expectativas. Uno se siente feliz cuando llega a la conclusión  de que el problema no es el problema sino la respuesta que le damos. Por esto podemos entender la felicidad de un enfermo de cáncer o la paz interior que irradia un tetrapléjico. No podemos evitar todos los conflictos, vivimos en un mundo cambiante y adverso, pero sí podemos disfrutar a pesar de ellos.

Tenemos 3 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Sea bienvenida la felicidad a nuestras vidas. Voy a abrirle la puerta hoy mismo...

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  2. Me quedo con esta frase: el problema no es el problema sino la interpretación que le demos al mismo. Esta es una realidad constatable. Si queremos seguir dando vueltas a los mismo, como una peonza, jamás saldremos del sufrimiento -subjetivo-, pero es posible salir de ese círculo y comenzar a danzar de manera que seamos capaces de salir de ese sufrimiento -interpretar la situación de otra manera-. Pura enseñanza del TE. Norecic

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  3. Para Pepi ha sido una gran enseñanza del T. de la E.. El problema no es el problema en sí; si no la interpretación que hacemos a ese problema. Así que dar solución al problema de la forma más positiva y de esta forma lo empequeñecemos en vez de agrandarlo.

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