4ª.- Las vivencias de la creatividad y la sabiduría del tío Pepe

Las verdades que no tengo

La redacción del blog

Este blog de la mano del escritor, pensador y vividor Raúl Rodríguez semanalmente tiene una entrada  bajo el paraguas “Las verdades que no tengo” incluidas en uno de sus libros, que al final de este periplo desvelaremos para todos nuestros internautas; no pretendo –dice el autor– inculcar verdades, que por otro lado no las tengo, más bien me gustaría que cada cual aprenda a descubrir las suyas.

La redacción de este blog se ha permitido espigar dentro de las vivencias de Rául y hoy nos situamos en su creatividad y en tío Pepe.

— ¿Qué es para ti , Rául, un escritor?

— Un investigador. Alguien que se sale de los límites de la propia mente.

— Tú escribes y filmas.

— Y soy padre y cocino y limpio la casa y hago la compra y lavo el coche y cuido el jardín... Yo soy sobre todo lo que hago cuando no escribo ni filmo. Mi tarea más importante ahora es ser padre.

— ¿Cuál es la base de tu creatividad?

— Tener tiempo para perder el tiempo. El cerebro se muestra muy creativo cuando trabaja sin presión. Cuando tiene presión se dedica a sobresaltarse y lo que sale en realidad son aspavientos. El cerebro esponjado y tranquilo es la base de la creatividad. Creo que es la base de todo. Un cerebro necesita jugar para sentirse vivo.

— ¿Qué consideras básico en tu creatividad?

— La independencia. No ser esclavo de nadie, tampoco de ti mismo. Ser siempre libre para decidir en todo momento qué camino tomar.

— ¿Tienes admiración por algún artista?

— Mi tío Pepe, el hermano de mi madre. Falleció hace años. Considerado por muchos un tonto del pueblo y definido por los médicos como esquizofrénico, este hombre es de las personas que he conocido que mejor hablaban, eso sin apenas ir a la escuela, sin leer libros, tampoco escribió nada, parecía que las palabras se las dictara el viento..

— Te mocionas hablando de él, se te humedecen los ojos...

— Si, es verdad. Todo lo que decía eran tan espontáneo, las cosas le venían a la boca sin esfuerzo. ¿Sabes lo mejor de todo?.Era un ser que siempre hablaba de la transcendencia, pero de una transcendencia ligada a lo natural. Siempre hablaba de Dios con mucho humor: “¡Es que este dios de ahora...!. Era un hombre genial.

— ¿Os reíais?

— Sin parar. A su lado todo lo racional saltaba por los aires. Pepe con su presencia pulverizaba los anhelos del hombre vulgar y corriente, ese que se cree a pie juntillas la soberanía del raciocinio. Pepe era una persona con verdadero talento, lleno de creatividad.¡Y era tan humilde!. Se veía su humildad cuando por ejemplo iba a recoger los huevos de los nidales de las gallinas, veías cómo los iba dejando en la cesta con un tacto, con una unción.. Todo lo que hacía era sagrado.

— ¿Cómo eran sus palabras?

— Las de un hombre sabio. Decía: “¡Soy del sol que me da!”, “tengo la vista clara”, “ahora entro ya en fusión”.

— ¡Y fíjate, era un loco!.

— Un loco cuerdo. La vida lo disfrazó de loco porque solamente a través del disfraz de su locura llegaba a nosotros alguna de las cosas que la vida nos quiere contar. Es curioso, pero muchas veces los grandes maestros aparecen disfrazados. Pepe era un maestro disfrazado de otra cosa, eso a mi me ha enseñado a saber mirar detrás de las apariencias.

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