El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
martes, 14 de octubre de 2014

No hay solución contra la barbarie

Valentín Turrado
Las malditas cámaras de gas

He estado visitando Auschwitz hace poco tiempo y  la realidad sangrante de los campos de concentración –mejor llamarlos campos de exterminio-  creados en la segunda guerra mundial, por la irracionalidad y la locura, tan presentes,  a veces, en el ser humano.

Más de un millón de asesinatos a sangre fría, sin otro delito que ser distintos, diferentes a los de la raza aria. Ni las bestias llegan tan lejos en sus crueldades y en sus delirios de grandeza. Sentimientos de tristeza, asco, vergüenza, horror, miedo, ansiedad, se te agolpan en el pecho y no sabes cuál es más fuerte y más intenso, ante las cámaras de gas, los hornos crematorios, las alambradas electrificadas, las paredes de fusilamiento, las horcas colectivas, las cárceles para cuatro inocentes, de un metro cuadrado. Algo desde dentro te dice que eso no es posible, que la barbarie humana no puede llegar tan lejos. Pero sí lo es y te entran ganas de bajarte de este mundo y de esta especie humana tan oscura y tan ruin. Y te acuerdas de Mafalda: “¡Qué pare el mundo!. Que me bajo..”. Pero no te bajas porque no hay escapatoria ni huida posible.
Enseguida caes en la cuenta de que la segunda guerra mundial no fue la última y de que detrás de ella han continuado cientos de guerras no menos mundiales y no menos salvajes, con los mismos excesos y las mismas atrocidades. Que no acabamos de aprender de una puta/santa vez que este no es el camino, que hay que volver a recorrer los senderos de la humanidad.
Siento con gran pesar que nuestro mundo y nuestra especie no tiene solución. Que no hay esperanza. Que los horrores cometidos se están cometiendo ahorita mismo en varias partes del planeta y que detrás de muchas personas existe disfrazado un nazi o un fanático dispuesto a cometer cualquier barbaridad en nombre de cualquier comedura de coco. En mi propia bodega llevo escondido un ser con ganas de venganza, de competitividad, de envida, de mierda.
No, no hay solución, mientras sigamos alimentado patrias chicas o grandes, mientras sigamos creyendo en fronteras, en himnos patrios, en banderas de trapo, en imperios, en razas superiores, en religiones absurdas, mezquinas, en nuestra propia violencia, en la insolidaridad, en el egoísmo. Esta especie no tiene solución. ¿Qué más da quién nos traiga la derrota o detrás de quien venga enarbolada?
Es necesario un salto en nuestra conciencia personal y colectiva, más allá de nuestro ombligo, de nuestro fútbol, de nuestras creencias, de nuestras ideologías, de nuestras miserias. Un salto de calidad humana que nos haga sentirnos humanos y todos formando parte de un mismo proyecto, de una misma especie. El camino contra la barbarie es el de la solidaridad, la comunión, la unidad, la espiritualidad, la justicia, O NO HAY CAMINO.

Las malditas alambradas

La entrada al infierno

El paredón de la muerte

Los malditos botes de gas

Las víctimas de la barbarie

Las cifras de la vegüenza

Los zapatos sin alma

Los malditos crematorios


N.B. El reportaje gráfico corresponde a este mismo campo de exterminio. No es bueno perder la memoria de los errores colectivos, PARA AVANZAR COMO ESPECIE.

Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Las historias en la vida se suelen repetir. Para Pepi actualmente en la sociedad se está viviendo como una auténtica guerra, y muchas de las situaciones es por la falta de valores que hay a muchos niveles.

    ResponderEliminar
  2. Yo siento lo mismo cuando recuerdo esas imagenes, y cuando veo que en el día de hoy, seguimos siendo una civilización tan evolucionada para algunas cosas y para otras, verdaderos animales. Casi, con perdón de éstos, porque su instinto de superviviencia no crea tanto horror de "inteligencia".
    Cierto, el único camino es no dejarse llevar por el instinto que tenemos dentro de animal salvaje. Nuestros egos impulsan por salir y hacerse con el poder...
    Empatizar como "sintiente" con el que tengo al lado y al que puedo demostrar que no hay camino por la vía de la destrucción. Es un camino más lento, eso sí; y no siempre estamos dispuestos a "aguantar" el tirón de la paciencia que supone el llegar acompañado por el que creemos diferente.
    Un abrazo que se sale por los lados.

    ResponderEliminar
  3. Comparto rabia, ¿por qué esa lado oscuro, tenebroso y ruin del ser humano? Vamos a intentar que nuestra vida se aparte de él. Así ya habremos avanzado en el camino de la solidaridad. Otetipe

    ResponderEliminar
  4. El caminar por entre estas alambradas,el estar dentro de estos barracones, el revivir lo que pudo pasar aquí dentro es aterrador.Se te encoge el corazón.
    Pasó hace unos años.Pero, lo peor, es que se sigue repitiendo la historia, hoy.Se siguen cometiendo las mismas atrocidades contra personas indefensas, "porque somos los mejores","porque tenemos que salvaguardar el mundo de los malos", "porque si no fuera por nosotros..."
    Pero, ¿Quiénes nos pensamos que somos?¿Somos acaso los dueños y señores de la vida de los demás para poder manipularles a nuestro antojo?
    Me pregunto: aporto yo mi granito de arena para que valores como el RESPETO entre las personas, la LIBERTAD, la JUSTICIA, la AMISTAD, la SOLIDARIDAD... sean más reales entre nosotros?.Para hacernos la vida más fácil unos a otros.o tenemos que seguir pisoteándonos continuamente.

    ResponderEliminar