El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 23 de marzo de 2014

LA ESCRIBANA DEL REINO

Primavera. Foto Jesús Aguado

-      Ya está aquí –

         Nunca como este año he deseado que llegara la primavera. Nunca he ansiado tanto la luz, el calor, el cielo azul y el colorido que ella nos trae, a pesar de los estornudos, la congestión de las vías respiratorias, los picores y los lagrimeos de ojos que también nos regala.

         Desde mi niñez he escuchado decir a mi padre que el invierno era lo más triste que había en la vida. Siempre me reí de tal afirmación, hasta este año. El invierno me ha resultado largo, oscuro, duro, cruel y triste como pocos. Demasiado triste como para echarlo de menos. Sólo he deseado que se acabara de una vez y se llevara con él su manto de tristeza.

         Salir a la calle estos días –sobre todo al campo- y descubrir esta nueva estación insufla optimismo.

         Observar los nuevos brotes en los árboles es una llamada a la vida que está por venir. Escuchar los incesantes trinos de los pájaros es un concierto gratuito de matices sonoros que llama nuestra atención y nos hace estar atentos a los mínimos detalles. Perdernos entre los tonos amarillos, verdes, rojos y violetas de la naturaleza y los jardines nos aporta alegría y vitalidad. Sentir el calor en nuestra espalda y en nuestro rostro nos invita a desprendernos de abrigos y capas y a andar más livianos. Dejarnos invadir por la luz es VIVIR LA LUZ.

         Yo necesito esa LUZ. Y creo todos la necesitamos.

                                                                                     M.E.Valbuena

Tenemos 8 comentarios , introduce el tuyo:

  1. ¿acaso no somos naturaleza?

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  2. Necesitamos luz como las plantas y cualquier ser vivo, porque a su calor crecemos y somos más brillantes en nuestro color; nos sentimos más vivos, con más energía.
    Formamos parte de la Madre Tierra en todos sus procesos de muerte y vida con distintos ritmos.
    En origen SOMOS LUZ, pero muchas veces lo hemos olvidado, por eso permanecemos en oscuridad, aletargados. La luz del sol, nos lo recuerda cada vez que nos exponemos. Está en la génesis de nuestra memoria y clama por expandirse.
    Un beso.

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  3. Hay veces que es tanto el pesar que no estamos en condiciones de ver la luz. No es el invierno en sí, es lo que ocurre en el invierno lo que nos lo hace más duro. No es la luz de la primavera lo que hace que el día sea más radiante, es cómo yo soy capaz de apreciar esa luz. Pero, aún así, qué duda cabe que los brotes de los árboles, el día más largo, la luz más intensa...me llevan a ver más fácil la vida. Norecic

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  4. Las cuatros estaciones del año tienen para Pepi su parte positiva y negativa que repercute en la salud de las personas.

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  5. Para "vivir la luz" hay que dejarse transformar y renunciar a algunos aspectos que nos roban libertad. A veces no estamos dispuestos a romper esas cadenas porque también nos aportan seguridad.

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  6. Somos luz atraidos por la luz

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  7. Hay un escritor francés, Gusthave Thibon, que tiene un libro maravilloso que se titula "Nuestra mirada ciega ante la luz". Yo también creo que somos y provenimos de la luz, y por eso la necesitamos... y hasta nos sobrecoge. La necesitamos por sus vitaminas, por el ánimo que nos da. Recuerdo una de las florecillas de san Francisco : Le dije al almendro háblame de Dios... y el almendro floreció.
    La primavera, después de este duro invierno, nos hará florecer, en todos los sentidos. ¡Ánimo!. Paco

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