El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 16 de noviembre de 2014

«La vida
no sigue igual»

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
De nuevo la muerte me ronda este año para recordarme que nada es estable ni permanente ni para siempre, que estamos de paso por esto que llamamos vida y que en un momento dado nos vamos para que otros lleguen.
Y que dentro de unos años (pongamos cien, por ejemplo) nadie se acordará de que estuvimos por aquí, de que jugamos, reímos, lloramos y vivimos igual que ellos, de que pasamos por cosas similares y de que nos fuimos. El tiempo pasa inexorablemente y nos lleva con él.
Me viene a la memoria aquella vieja canción de Julio Iglesias que decía algo así como que “las obras quedan, los hombres se van”. Tiene razón. Cuando nos vamos dejamos todo aquí. Lo bueno y lo malo que hayamos hecho. Algunas obras se recordarán por días, por años y –si son espectaculares- por siglos. Pero hay obras que trascienden a su autor. Ahí están y nadie recuerda quién las hizo, lo cual es más triste todavía.
En lo que se equivoca la mencionada canción es en decir que “la vida sigue igual”. No es verdad. La vida de los que nos quedamos nunca vuelve a ser igual después de una despedida definitiva. No digo que no volvamos a repetir los mismos hábitos y rutinas que tuviéramos antes. De hecho, retomar la cotidianidad ayuda a vivir. Pero la tristeza y la falta de ilusión van dejando un poso que, en lugar de diluirse, engorda con el tiempo.
En fin, hoy digo de nuevo adiós al que se va y me quedo a vivir y a recordar, que es lo que toca.

Tenemos 9 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Ánimo Escribana! No se me ocurre nada más que decir.

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  2. Los que se van viven en nosotros, en nuestro interior, con sus enseñanzas, sus obras, sus defectos, abrazos y forman parte de nuestra manera de ser, tenemos que vivir sin ellos pero en cierto modo con ellos.

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  3. Gracias hoy por recordar a los que se nos han ido.
    Un abrazo, Escribana.

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  4. Siento Mª Elena que se te haya muerto otra persona cercana en tu vida.
    Comparto tu dolor y el que la vida ya no es igual. Siempre que se nos muere un ser querido (da igual familiares o amigos) se nos experimentan cambios en nuestra vida, los cuales hay que aceptarlos, integrarlos y poco a poco tratar de quedarnos con los buenos momentos vivido con ellos.
    Te mando besos y abrazos desde el corazón. Pepi

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  5. Hay una tierra de vivos y una tierra de muertos y el puente que hay entre ellas es el amor... la única forma de sobrevivir, lo único que tiene sentido. (T.Wilder)

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  6. Se han ido pero siguen con nosotros en nuestro corazón

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  7. La muerte no es más que un pasaje hacia otra forma de vida. Se han abandonado las formas físicas terrenales porque ya no se las necesita. El faro.

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  8. Sí, claro, ellos se van pero nosotros tenemos que remontar su pérdida y seguir viviendo. Eso es lo difícil.

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  9. Las pérdidas son difíciles, rompen el orden que teníamos establecido, se produce una inestabilidad y después por el bien de nuestra salud, tenemos que volver a encontrar otro equilibrio diferente al que teníamos, aunque no sea totalmente igual al que teníamos, pero que de nuevo, de buena armonía a nuestra vida. Si nos recuerdan o no después de la muerte, personalmente no me preocupa, ya que si no se, si va a haber vida o no después de la muerte, no se si lo veré lo que hice en vida, para sentirme orgulloso después. Hasta donde sabemos, de momento, es que podemos hacer buenas obras en vida, para disfrutar del amor y cariño de los demás y sentirnos orgullosos de nosotros mismos hasta el último aliento. Álvaro

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