El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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lunes, 24 de noviembre de 2014

«Pequeñas rebeldías cotidianas»

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Entre rendijas de piedra, foto Jesús Aguado
En este entorno posibilista, hostil, uniforme y un tanto gris que nos envuelve considero importante buscar formas de rebeldía para no dejarnos engullir por él. Se me ocurren algunas:
•  Desear “buenos días” de corazón a los que me rodean. Si los amargados tuvieran mal día (como ellos esperan) la convivencia sería terrible.
•  Expresarme desde el sentimiento, aunque lo correcto sea un lenguaje formal, frio, serio y racional.
•  Huir de los encuentros palabreros, donde se pone el centro de interés en arreglar el  mundo a distancia sin concretar nada.
•  Negarme a demonizar a Podemos. Hay cosas infinitamente peores que un grupo de gente preparando una alternativa política.
•  Celebrar los pequeños logros de cada día, aunque me consideren ingenua e infantil. Ojalá fuéramos tan libres como los niños.
•  No tomarme las críticas como algo personal (esto se lo debo a Miguel Ruiz). Una ha de asumir las consecuencias de sus comportamientos y vivir conforme a lo que piensa.
•  Compartir. Cada día escucho más y más mensajes individualistas que, a la larga, nos aíslan y nos hacen infelices. Y parece demostrado que se maneja mejor a una persona infeliz que a una feliz.
•  Reconsiderar lo que “hay que hacer”. ¿De dónde surge tal exigencia y por qué motivo hay que seguirla? ¿Quién dicta lo que hay que hacer?
•  No esperar comportamientos determinados de los demás. A mayor expectativa, mayor decepción. Ellos sabrán por qué hacen las cosas (se supone).
•  Esforzarme por estar a “mi altura”. No perder el tiempo y la vida por estar a la altura que otro imponga.
•  Esperar contra toda esperanza. Esto sí que es revolucionario.
Y seguro que hay muchas otras rebeldías cotidianas.

Tenemos 5 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Me apunto a esta invitación rebelde de la escribana: " A creer-pensar-sentir que Sole se ha ido para siempre. ¿No es más interesante y esperanzador vivir sabiendo que el gusano se ha transformado en mariposa?.
    Ah!, por otro lado, agradezco la utopía y lo novedoso de Podemos, son jóvenes que quieren hacer algo nuevo. Es su hora, su momento... Dejemos correr el agua.

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  2. Con estas rebeldías me sobra para empezar. Lo auténticamente rebelde es hacer algo. No sólo hablar.

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  3. Me apunto, entre tantos, a eso de compartir. Todos de alguna manera estamos en todos, porque somos humanos. De ahí que nada de lo humano me sea indiferente. Compartir, si es posible lo mejor que tengo, porque así voy poniendo algo mío y bueno para mejorar el conjunto. No por mejorar sino porque eso nos hará bien a todos. Compartir. A eso, desde mi creencia, me invita el recuerdo de Sole que tanto compartió en el TE. Compartir porque eso en sí mismo es bello. Compartir porque eso me aleja del egoismo, y me hace bien a mí y a los demás. Compartir...claro que sí. Otetipe

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  4. Estar conforme con mis actos y sin dejarme llevar por nadie.
    Que las llamadas de atención que de vez en cuando me hace mi jefe, (y para mí son inoportunas), siga como hoy, pasándomelas por la suela de los zapatos.
    Quererme cada día más y no esperar a que los demás me quieran.
    De lo negativo que vea en las personas, sacar yo mis consecuencias positivas.
    Pepi a estas horas ya no está para pensar. Se va a descansar. ¡Felices sueños!.



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  5. Me gusta la foto y el pie de foto. Está muy acorde con el artículo de hoy.

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