Pudiera ocurrir que un día, al levantarme, observara la realidad con unos ojos diferentes y una mirada más intensa, y descubriera así lo que el Principito dice que es invisible a los ojos: lo esencial.
Pudiera pasar que, al mirar quién me acompaña en el devenir de los días, me encontrara con unos pocos: menos de los que me gustaría presumir y más de los que necesito.
Pudiera ser que una tarde cualquiera, de esas que te invitan a pensar, decidiera que ya estaba harta de tirar de cargas inútiles que sólo impiden andar más ligera, y no dudara en desprenderme de ellas, como se desprende una de los viejos trastos en la hoguera de la noche de San Juan.
Pudiera darse el caso de que, en una noche de insomnio, descubriera las causas del mismo y los mecanismos de los que me sirvo para boicotear la felicidad y la serena aceptación de los acontecimientos.
Pudiera ser, incluso, que el manzano floreciera.
Claro está que estos “pudiera” sólo va a ser posible que se den si cambio la conjugación del tiempo verbal a “puedo”.
Mientras no nos creamos que podemos, seguiremos conjugando en hipótesis y, ya se sabe, las hipótesis sólo son suposiciones abstractas para obtener de ellas consecuencias.
La escribana del Reino
M.E.Valbuena
Tiene razón la Escribana: si yo no me creo las cosas, casi nada va a ser posible y si lo es, será gracias a mi
ResponderEliminarMuchas veces olvidamos la importancia que tiene el cómo nos enfrentamos a una situación. Para mi el pudiera supone un futuro incierto y anhelado pero el puedo conlleva un presente, un compromiso que te lleva a luchar por conseguirlo. Éste ultimo nos otorga una capacidad pero a la vez una gran responsabilidad sobre nuestros actos, que muchas veces, somos incapaces de creer.
ResponderEliminarInteresante reflexión
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