No se trata de entrar en la vida de los demás,
ni de meternos en el mundo de los otros.
No se trata de que sepamos cómo está el vecino
y cómo le podemos ayudar.
Se trata de no ser indiferentes a la realidad que vivimos
se trata de implicarnos en lo que ocurre a la humanidad
se trata de no ir por el mundo con los ojos cerrados,
ajenos a cualquier drama humano.
Se trata de que seamos personas que no somos ajenas a los demás
se trata de que no seamos personas que solo nos ocupamos de lo nuestro
se trata de que no seamos personas indiferentes...
Siendo buenas personas hacia la sociedad, Pepi considera que ya se pone el grano de arena para no ser ajenos ante cualquier drama humano.
ResponderEliminarTambién la duelen los actos de la gente mala. No le son indiferentes.
Lo que M. L.King trasladado a hoy quiere decir y por eso sirve para nuestros días, es que sabemos que el mal existe y quienes lo hacen, conscientes o inconscientes pueden seguir haciéndolo. Aceptamos la posibilidad, el hecho de que seguirá existiendo.
ResponderEliminarPero el mundo no lo mueve la gente que está detrás de ese mal, sino aquellos que intentan erradicarlo consiguiéndolo o no. Si las personas conscientes de la bondad que hay en cada uno, dejan de expandirla y desarrollarla, la humanidad desaparecería. ASí que desde quí, doy las GRACIAS a todas aquellas personas que no se cansan de hacer ese bien que les toca, aunque les llamen ilusas. Ese bien que cada uno podemos hacer no resulta indiferente para alguien, por lo que seguramente en algún momento de su vida, lo repetirá de cualquiera de sus formas.
Si sabiendo el bien que podemos hacer, lo omitimos, caemos de alguna manera en el mal compartido o encubierto. Y nuestro proyecto de ser mejores queda congelado.
La indiferencia de quien consideramos "buenos" duele más, porque esperamos bondad en acción. El no hacer nada observando el mal. es asentir de forma silenciosa al mal que se produce. Lo único que puede hacerlo cambiar es una respuesta bondadosa que interrogue al mal.