La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Una vez más la vida me ha sorprendido gratamente, regalándome flores en una planta de la que parecía imposible que brotara otra cosa diferente a sus grandes hojas. Pero ha brotado. Y a lo grande.
Se trata de una orquídea que me regalaron hará unos cinco años y que, rápidamente, perdió sus flores. Sin el encanto de las delicadas flores, la planta desmerece mucho pero, aún así, seguí conservándola durante estos años porque me daba pena desprenderme de ella. No lucía, pero se mantenía.
Hace más o menos un mes empezó a despuntar una vara que, en estos momentos, tiene ocho brotes a punto de eclosionar. Inesperadamente. Sorprendentemente.
Si esto es posible, otras muchas cosas también pueden serlo.
Con estos brotes la vida me está enseñando a esperar, a dar tiempo al tiempo, a no creer que todo esté perdido solo porque no se aprecie a simple vista. La vida, en forma de planta, me ha regalado el valor de la espera contra todo pronóstico. Me dio más vida donde parecía no haberla.
No son tanto las flores lo que agradezco -que también- sino la realización de lo imposible. La sorpresa. La esperanza. El creer que se puede. El ver que se puede.
Porque, de hecho, se puede. Ahí está la prueba.
El día a día está lleno de sorpresas agradables, solo hay que abrir los ojos de la esperanza. Norecic
ResponderEliminarHace tiempo tuve una orquídea que también me regalaron, cargada de flores, se cayeron esas flores y no aparecieron más, cansada de ver hojas solamente la tiré.
ResponderEliminarCuanto me alegro de tu paciencia y tu espera y en cierto modo confianza por lo feo, por lo que no nos hace juego y de repente llega un día y nos deslumbra con su belleza.
Hay que vivir con esperanza, paciencia, optimismo, serenidad. ....A veces también tenemos que poner de nuestra parte para recibir la/s sorpresa/s.
ResponderEliminarA veces el ordenador cuando coincide que están haciendo otro comentario me anula el mio ja,ja, y vaya lio. El último es de PEPI, que tuve que volver a escribirlo.
EliminarEn griego, el verbo ἐλπίζω significa creer... y también esperar. Es fundamental lo que hacéis con nosotros, ayudándonos a aceptar, a esperar, a confiar en lo aparentemente imposible... como esa ramita de orquídea. Hay flores que sólo florecen una vez cada diez años... pero florecen. Sepamos esperar... y confiar.
ResponderEliminarGracias por vuestra ayuda, por tu ayuda, escribana.
Paco
Es una alegría saber de ti Paco. Tus comentarios siempre tan sabios...
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