El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
viernes, 22 de mayo de 2015

Lecciones de moral para principiantes

Conversaciones con mi mente
M.ª José Calvo Brasa


Para aquellas personas poco formadas en los modernos y sofisticados conceptos morales de estos tiempos tan “sensibles”, es importante adquirir ciertas nociones para encajar a la perfección en este mundo de “buenos”.
Capítulo 1
Vi a un ser humano amable y sensible acariciar a un animal, criatura indefensa y noble, que necesita y merece de toda nuestra protección y respeto.
Vi al otro día al mismo ser humano amable y sensible gritar e insultar al vecino, sin dejar de menospreciarle y vituperarle. Probablemente porque la amabilidad y sensibilidad no sea extensible a determinados momentos y seres, algo digno de asombro, pero acorde con los tiempos.
Capítulo 2
Vi a otro ser humano, también muy humano y sensible, abrazar con ternura a un niño, y al desprenderse de este, vi como golpeaba con saña a un adulto. Quizá porque la inocencia y respeto que encierra el niño que todos somos, no se mantiene al alcanzar la edad adulta.
Capítulo 3
Un ser humano amante defendía a su familia con uñas y dientes porque eran los “suyos”, mientras daba la espalda e incluso permitía que se hundieran otras familias porque no eran la “suya”. Quizá otras familias no se amen igual entre ellas o carezcan de derechos similares… nuevos misterios que surgen en el devenir de la vida moderna.
Capítulo 4
También vi al más generoso y altruista de los seres humanos entregándose a causas nobles y altruistas, salvando el mundo a miles de kilómetros de su casa, mientras mentía y engañaba sin pestañear a los seres humanos que tenía a metros, jugando con sus sentimientos y riéndose de su dolor. Ensalzaba este ser humano aquellas vidas lejanas, tan nobles y perfectas mientras desdeñaba las cercanas. Lavaba su conciencia en lugares remotos, con aquellos que no veía, mientras escupía en el corazón de los que sí veía.
Conclusión
Decía Antony de Mello que la diferencia entre la noche y el día era que si al mirar a los ojos de una mujer veías en ellos a tu hermana, y al mirar a los de un hombre, a tu hermano, dejaba de ser de noche para ser de día. Animales, plantas, mujeres, hombres, niños, adultos… todos formamos parte de la vida y todos tenemos el mismo derecho a ser tratados con respeto y humanidad. Si esa humanidad se reparte por secciones y momentos, no es tal. Si se aporta toda en un saco y se escupe el otro, no es nada. Se pueden salvar mundos, vidas, lugares… pero con un solo golpe hacia un solo ser, no hay nada. “Salvar” a los lejanos mientras se golpea a los cercanos no es humanidad… ni moral… ni nada.

Tenemos 3 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Qué gran lección. Demuestra la incoherencia en la que nos desenvolvemos. ¡Cuánto tenemos que aprender! Gracias por recordármelo. Jairo

    ResponderEliminar
  2. Así de contradictorios somos!!
    La parte instintiva, más animal, siempre está al acecho cuando creemos ser superiores y olemos competencia...hay que domesticar al animalito que llevamos dentro.

    ResponderEliminar
  3. Somos capaces de lo más grande y también de lo más ruin. No podemos dejarnos llevar sólo por nuestros impulsos.Saber lo que tenemos que hacer y cómo actuar en cada momento es ciertamente difícil. Pero ahí estamos, intentando aprender, aprender de verdad a ser personas auténticas.

    ResponderEliminar