El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
miércoles, 6 de mayo de 2015

Mi querida soledad

Conversaciones con mi mente
M.ª José Calvo Brasa


Por querer huir de ti a toda costa, me embarro en ciénagas peligrosas. Por el terror que tu presencia me produce, busco refugio en castillos de papel, que a nada que sopla el viento se desmoronan.
Eres, Soledad, mi más indeseada compañera, mi tortura y mi tormento continuo, de tanto como deseo perderte. Eres esa enfermedad cuya cura persigo sin descanso y la carrera frenética por alejarme de ti hace que me sienta cada vez más y más atrapada en tu firme tela de araña.
Tú, sin embargo, no deseas abandonarme; buscas mi compañía como una amante obsesa, que sigue cada uno de mis pasos para no perderme nunca el rastro. Al final todo acaba siendo una batalla perdida, un cansancio inútil y un regreso a ninguna parte.
Quizá, mi querida Soledad estés aquí para enseñarme algo muy importante y yo no sea capaz de verlo, tan obcecada como estoy en perderte. Tu presencia puede servirme para no meter los pies en barro y pisar por el contrario un suelo firme y sano. A lo mejor quieres que abandone esos castillos tan inestables como inservibles que, al desmoronarse, me dejan más vacía y triste que a tu lado, mi querida Soledad.
Tanto has insistido que he decidido quedarme. Acepto la compañía y sabiduría que vienes a ofrecerme. Me quedo este tiempo contigo para caminar de la mano al interior de esa niña perdida que has venido a presentarme, para que sepa cuidarla y calmarla. Mi querida Soledad, quédate cuanto quieras aquí, mientras me cuentas, en voz baja y con tu calma infinita, qué pasos debo dar para no embarrarme.

Tenemos 8 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Mi querida soledad te acepto sin más, se acojo con cariño, dejo que penetres en mí...sin más, sin esperar lecciones, sin necesitar señales...porque entonces parece que no te acepto y es como si esperase que alguien me señalase el camino...no...lo iré descubriendo...a tu lado. Jairo

    ResponderEliminar
  2. Hermosa reflexión y hermosa evolución con la soledad, de enemiga a amiga. Un ejemplo de proceso, de acogida amable.

    ResponderEliminar
  3. Abrazando a la soledad. ..... a esa compañera y amiga, abrazando y aceptando.....
    Bravo M José por tu sinceridad y por darnos ejemplo de coherencia.

    ResponderEliminar
  4. El hambre de vida, aceptar la soledad para no sentirse enjaulado en su frio calabozo.

    Jm

    ResponderEliminar
  5. Pero, quién eres tú, que pareces conocer tan bien mi alma?¿serás mi otro yo que siente y se emociona con cada una de tus palabras?
    Un abrazo cálido que funda la soledad acompañada. Después de eso, todo está en todos, y vuelta a empezar...pero desde la Casa.

    ResponderEliminar
  6. Pero, quién eres tú, que pareces conocer tan bien mi alma?¿serás mi otro yo que siente y se emociona con cada una de tus palabras?
    Un abrazo cálido que funda la soledad acompañada. Después de eso, todo está en todos, y vuelta a empezar...pero desde la Casa.

    ResponderEliminar
  7. Primero Aceptación, aceptación, aceptación.....no solo de la soledad, sino también de los miedos, adversidades etc. que se nos presenta en la vida, y interiorizar con nosotros mismos para saber el camino que consideramos que tenemos que seguir. Pepi

    ResponderEliminar
  8. La soledad es una grata compañera cuando se la sabe escuchar...Como siempre, grandes reflexiones de un alma grande. Marta.

    ResponderEliminar