El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
domingo, 3 de mayo de 2015

Madre

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Agarrado a mamá. Foto Jesús Aguado.
Para bien o para mal todos tenemos una madre.
Para bien, porque ella nos dio la vida, nos enseñó a vivirla, acompañó nuestros primeros pasos, alegrías y decepciones, estructuró nuestros hábitos, combatió nuestros miedos, configuró nuestra personalidad y nos dejó ir a su tiempo.
Para mal, porque –a lo peor– sólo nos dio la vida y nos dejó a nuestro aire. Dejó que nos criáramos sin pautas ni referentes, sin consejos, sin sostén emocional. Se envolvió en su trabajo, sus metas, su enfermedad, su desidia o su desprecio y, simplemente, fuimos un elemento más en su vida, a veces incluso molesto.
En cualquier caso, la madre (o su ausencia) siempre es un referente en cada uno de nosotros.
De niños anhelamos su cariño y compañía más que cualquier cosa en el mundo. De adolescentes la culpamos de nuestros traumas, miedos y cobardías, echándole en cara lo que, con el tiempo, descubrimos que son nuestras carencias. Y ya de adultos la colocamos en su sitio, reconociendo que, tal vez, todo no lo hizo bien pero intentó hacerlo. Dejamos de exigir la perfección y empezamos a valorarla como mujer y como madre en su tiempo y con sus circunstancias.
Hoy toca –no sólo porque lo orqueste una campaña consumista– reconocer su labor en nuestra vida. Si estamos donde estamos se lo debemos, en su origen, a ella. Nos haya ultraprotegido o abandonado, querido o despreciado, educado o ninguneado… no seríamos quienes somos sin nuestra madre. Nos pese o no.

Tenemos 8 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Estoy muy agradecida por la madre que tengo. Hoy quiero felicitarla por lo bien que me educó. Gracias mamá.

    ResponderEliminar
  2. Es cierto que hoy es un día para el consumo para hacernos sentir que hay que regalar algo a mami, desde bien pequeños ya nos enseñan así pero el amor de una madre es el único de dar todo a cambio de nada.

    ResponderEliminar
  3. Mi gratitud por sus desvelos y sus esfuerzos. Mis carencias?. Me he dado cuenta de que todos tenemos defectos de fábrica para pulir y trabajar. Mejor no buscar culpables. es más sano afrontarlo como un aprendizaje de la vida.
    Hoy me quedo con GRACIAS.

    ResponderEliminar
  4. Mi madre murió pero vive intensamente dentro de mi. Por eso, no me cansaré de decir a mi mamá: "Te quiero".

    ResponderEliminar
  5. Un pequeño homenaje a mi madre que hace poco hizo tres años de su fallecimiento: "Mamá este fin de semana me he venido sola a Asturias al lugar donde tanto te gustaba que te trajera por lo feliz que te encontrabas. El entendimiento entre nosotras era extraordinario. Cada vez que vengo sigo emocionándome, no he terminado de superar tu ausencia en este lugar.
    Aunque hemos tenido muchos problemas en nuestra relación, pero al final de tus años de vida, yo empece a conocerme y por tanto pude conocerte a tí ( el precio que pague fue muy alto, pero muy sanador), y nuestra convivencia se convirtió en algo maravilloso, que si antes me habías enseñado muchas cosas, ahora mucho mas, porque yo supe quererte de verdad, valorarte, comprenderte, entenderte.......
    Y allá donde estés, te diré que físicamente ya no te tengo, pero en mi corazón te sigo y seguiré teniendo siempre. Con infinito cariño llena de emoción. Tu hija Marian.

    ResponderEliminar
  6. A mi madre, la cual falleció siendo yo muy jovencito, ya hace más de cuarenta años, la sigo teniendo presente y siento su amor, diariamente la recuerdo y tengo una oración para ella, como me pidió. Me enseñó a ser positivo a mirar siempre para adelante y el ser como soy casi totalmente se lo debo a ella. La tengo en mi corazón. j.......

    ResponderEliminar
  7. Un abrazo nutritivo para l@s niñ@s que fuimos y somos.

    ResponderEliminar
  8. Todos tenemos una madre biológica. Y algunos hemos tenido la suerte de tener otras madres que nos han acompañado, abierto puertas y ventanas, enseñado... Gracias por su papel en mi vida.

    ResponderEliminar