El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 31 de mayo de 2015

Romper los sueños

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Sin fuerza. Foto Jesús Aguado
Hay personas que se especializan, a lo largo de su vida, en romper los sueños propios y ajenos. Personas que, considerándose realistas y objetivas, entienden que es una pérdida de tiempo y energía soñar, por lo que siempre están pie firme en tierra, mente explotada al cien por cien y corazón a ras del suelo.

No está mal, desde luego, que haya gente así que, de vez en cuando, nos recuerde a los soñadores que aterricemos. Si no existiera la echaríamos en falta.
Pero yo, que soy del bando de los soñadores, sé el brillo especial que envuelve la realidad cuando nos dejamos llevar por la imaginación, cuando no organizamos ni planificamos, cuando sentimos que soñando es posible vivir y de sueños compartidos más.
No digo que no sea un autoengaño (a veces es palpable). No digo que no sea un mecanismo en algún caso de huída. No digo que haya que estar siempre por allá arriba. No. Lo que digo es que para algunos es imprescindible soñar porque, de lo contrario, la vida se nos hace un poco cuesta arriba.
Por eso, una bajada abrupta a la realidad –normalmente árida, seca, plana y previsible- nos supone un golpe del que nos tardamos en recuperar. Ya sabemos que la cenicienta no va a convertirse siempre en princesa, pero no hace falta que nos digan, día sí y día también, que sólo podemos ser caballo para tirar de una carroza.
Y que conste que no tengo nada contra los caballos. Son preciosos. Pero no son ni serán nunca la princesa del cuento.

Tenemos 5 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Combinar ambos -sueños y realidad- es lo que nos hará bien. Soñar, sí, claro que sí. Pero, comer tambien, claro que sí. Uno de alimenta de comida y de ilusión. Jairo.

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  2. Suelo ser como un globo al que sujetan con una cuerda y estoy infinitamente agradecida que de vez en cuando me tiren de la cuerda y me ponen un poco al ras del suelo.

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  3. La realidad no siempre es árida y seca. También puede ser agradable y dulce.

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  4. Cielo y tierra juntos

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  5. El desarrollo de mi vida siempre esta basado en la realidad; con mis alegrías y tristezas . Pero vivir la experiencia de soñar algún día tampoco estaría mal. Pepi

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