El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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jueves, 9 de agosto de 2012

EL VUELO DEL HALCÓN







Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones y se los entregó al maestro de cetrería para que los adiestrara.

Pasados unos meses, el maestro le informó al rey de que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro no sabía lo que le sucedía: no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día en que llegó.

El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero sin resultado. Al día siguiente, el monarca pudo observar desde la ventana que el ave aún seguía inmóvil.

Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón. A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines. El rey ordenó:

- Traedme al autor de este milagro.

Su corte rápidamente le presentó a un campesino. El rey le preguntó:

- ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?

Intimidado, el campesino le dijo al rey:

- Fue fácil, mi rey. Sólo corté la rama, y el halcón voló. Se dio cuenta de que tenía alas y se echó a volar.

Tenemos 5 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Hay veces que hay que ser expeditivo, como lo fue el campesino con el halcón, le serró la rama donde se apoyaba y el halcón hubo de emprender el vuelo. Ocurre eso en ocasiones. Nos asentamos en nuestras comodidades, o simplemente en nuestras rutimas y nos autocortamos las alas, dejamos de volar. Esto, enlazandolo con la crisis actual, me recurda que la dificultades pueden ser oportunidades para ensayar más libertad, más arrojo, más capacidades. Todos somos seres capaces que no podemos quedarnos en lo rutinario. Explremos nuestars posibilidades. Utilicemos nuestar alas. Somos sers capaces de volar desde la libertad. ERASMO

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    1. Estoy de acuerdo con lo que dices, me uno a este comentario.

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  2. Hay que volar, volar, volar......,no anclarnos, no anularnos, que nuestra voluntad esté siempre al máximo. No dejarnos vencer por la pereza que en un momento determinado se nos pueda presentar. Pensamientos siempre para seguir nuestros caminos ante las distintas situaciones, buscando el enriquecimiento de nuestras personas, admitiendo nuestras limitaciones, pero a la vez que las podemos ir superando.
    Para Pepi, con este cuento, me viene a la mente las clases magistrales que he recibido en el Teléfono de la Esperanza.

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  3. La fotografía se me escapa, no sé si tiene que ver con un halcón, pero no capto el mensaje, quizá sea muy subliminal.

    Lo que sí me parece buenísima es la enseñanza que yo, al menos, recibo. Ni curanderos,ni sanadores, traducido en lenguaje actual, ni médicos,psicólogos, psiquiatras ... -lo siento pero no salís del todo bien parados..., así lo transmite el cuento-, ninguno supo hacer volar al halcón; "sencillamente" un CAMPESINO, un hombre de a pie, con la ciencia y la mayor sabiduría que es la que te cocede la vida consigue ayudar al halcón de una manera razonablemente práctica y fácil (en palabras del personaje).

    ¡MARAVILLOSA ENSEÑANZA!
    Me quedo con la grandeza de quien la da: un campesino.

    Hipálage

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  4. A veces, la respuesta sencilla que no vemos, nos viene de fuera y nos ayuda a crecer, a volar.

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