El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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martes, 3 de diciembre de 2013

EL RINCÓN DEL OPTIMISTA


En nuestros sueños aparecen historias ilógicas o irreales, pero no lo son


SUEÑOS

Se puede soñar despierto o dormido, pero es necesario soñar, forma parte de nuestra biología. Las proyecciones de la voluntad, los deseos, los anhelos, no se puede dejar de buscar un sentido a la vida. Soñar despierto tiene verdaderos riesgos, crear elevadas expectativas sobre lo que está por suceder, pero creo que si te predispones a que algo suceda tienes un elevado porcentaje de que acabe sucediendo, tanto para lo bueno, como para lo malo.

Hubo unos años de mi vida, cuando andaba por las dos décadas (ya sobrepasé las cuatro y ando buscando la quinta) que me dio por recordar casi todo lo que soñaba (lo escribía nada más despertar para que no se desvaneciese el recuerdo) y, curiosamente el escenario donde se desarrollaban siempre era el mismo, el pueblo donde nací, sus gentes, y por allí se mezclaban historietas y personajes variopintos, las más de las veces, inconexos. Un buen amigo sabía de mi afición a escribir estos sueños y cuando llegaba a casa me pedía que se los leyera. Fue a través de él que comencé a interpretar esos sueños, a comprobar que todas esas micropelículas tenían algún sentido, bien sobre algo que me había ocurrido recientemente, bien sobre algo a lo que me tenía que enfrentar pronto y que quizá me suponía algún bloqueo. Digamos que comencé a hacer caso a mis sueños, sobre todo a no verlos como imaginaciones irreales del subconsciente, sino como mensajes concentrados con pistas internas.

De aquella época es parte de un poema que me atrevo a reproducir en este apunte sobre mis reflexiones de entonces sobre los sueños, mezclados con la muerte y el amor. Lo que también me atrevo a recomendar a los lectores de este blog (escaparate para pensar) es que hagan un poco más de caso a sus sueños, pues están creados por vuestras mentes pensantes y, aunque estén fabricados mientras dormimos, no por eso dejan de tener su importancia, su crucial importancia me atrevería a decir. Se trataría pues de pensar, de descifrar las claves de lo que quieren decir esos sucesos, imágenes, personajes que aparecen cuando, aparentemente, no somos consciente de lo que pasa por el cerebro. Pero sí, es tu cerebro, es tu mente, son tus ideas disfrazadas de sueños a los que, quizá, deberías hacerles un poquito más de caso, sin obsesionarte, aunque cueste encontrar las coordenadas.

“Para morir dormimos,
pero tenemos miedo
y despertamos.
Los muertos duermen
y no quieren despertar.
Los que soñamos
vivimos mientras soñamos.
Los que no sueñan
continúan muertos.
Los que amamos, morimos;
los que no aman,
no saben lo que se pierden.
Los que escribimos,
qué locos estamos”.
Asín sea.

Juan

Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Agradezco esta invitación a tener en cuenta nuestros sueños, a atenderlos

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  2. Puede ser interesante escribir nuestros sueños y ver las consecuencias que sacamos, si hace referencia; a algo que hemos vivido, o que nos gustaría vivir. Pepi

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  3. Muy buena lectura inspira para seguir adelante para alcanzar nuestros sueños

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  4. Sueña quien está despierto y sueña quien está dormido, uno y otro sueñan, porque ¿qué sería la vida si no fuera sueño? Norecic

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