Encuentro de Navidad

H y MN

El sábado pasado, en un salón del Hotel París, un grupo de voluntarios y participantes del TE nos reunimos, en torno a la mesa, para pasar un rato juntos. Las viandas –algunas se hicieron esperar- fueron la escusa perfecta para pasar un buen rato juntos. Anécdotas con quien tenías al lado, recuerdos de este o aquel grupo o taller, memoria de algunos que quizás hace algún tiempo que no veíamos, cercanía y calor, estar  a gusto, bromas  y muchas cosas más fueron algunos de los ingredientes de este encuentro.

Regalos, villancicos, baile y diversión hicieron que una tarde de sábado, fría y lluviosa, fuese agradable, cercana, entrañable. Lo de los villancicos, con papel incluido, era fácil, aunque  no sabemos si las voces tenían que ver con un día tan lluvioso. Los regalos pusieron una nota de alegría, sobre todo en aquellos que tuvieron la suerte de recibir dádivas tan abundantes. ¡Y el baile! ¡Hay el baile! Esos cuerpos danzando, no sabemos si al hilo de la música o al son de los ruidos de cada uno, pero ¡cómo se aunaban! ¡Qué movimientos tan sincronizados! ¡Era admirable! Incluso el “Burrito sabanero” nos sirvió para intentar una coreografía. Aunque nos falló un poco el audio.

Todo estuvo bien, y fue bonito, y pasamos un rato muy divertido. Nos dijo la presidenta del TE que había sugerido a la dirección del restaurante que los “ojeadores” que buscan nuevas estrellas en las artes del canto y del baile no entrasen en nuestro salón, no sabemos si porque nada iban a encontrar para lanzar al mercado o porque conocedora de las buenas cualidades de alguno de los presentes no es bueno para el TE de León que algún voluntario cause baja porque quiera encontrar en el mundo de la farándula la autoestima que anda buscando.  

Cuando marchamos la tarde seguía en agua, a pesar de que pusimos nuestros mejores resortes para cantar y hacerlo bien. A nosotros que nos registren.

Así es como lo vivieron estos cronistas y así se lo cuentan. Si quieren saber algo más, preguntad. No es quedéis con la duda.  Como decimos en el TE: no somos adivinos.

Un abrazo